Picasso: bocetos del Gernika

El Guernica no se presta. Su delicado estado de conservación, deteriorado por largos peregrinajes como símbolo del horror de la guerra y tratamientos de dudosa eficacia, ha sido la razón esgrimida desde que el cuadro de Picasso llegó a España, hace ya 26 años, para negar las sucesivas peticiones de exponer la obra de Picasso en el País Vasco. La contraoferta del Reina Sofía fue acceder a la solicitud del Ayuntamiento de Gernika (Vizcaya) para mostrar los bocetos del mural dentro de los actos la conmemoración del 70º aniversario del bombardeo que destruyó la villa en la Guerra Civil. El Museo de la Paz, en Gernika, inauguró ayer la exposición Picasso-Gernika. 70 aniversario, con 23 bocetos preparatorios del mural y la pintura Madre con niño muerto II (1937).

Boceto del mural de Picasso- LUIS ALBERTO GARCÍA

Nunca antes el Reina Sofía ha prestado tantos bocetos del Guernica. A favor del préstamo ha jugado la perseverancia en la petición del cuadro desde el País Vasco y, sobre todo, la conmemoración del aniversario del bombardeo, aunque la exposición ha llegado con retraso al programa de actos que tuvo su punto álgido el pasado 26 de abril, la fecha del ataque de los aviones de la Legión Condor a Gernika. En los bocetos se revela la gestación del mural, la forma en la que Picasso perfiló las figuras claves de la pintura, como el caballo, la cabeza de toro, y el rostro de la mujer, llorando presa del terror, y la composición de una de sus obras más importantes. "Los bocetos son la primera plasmación de la idea original", dijo la directora del Reina Sofía, Ana Martínez de Aguilar. "Guardan la inspiración de Picasso y la esencia de la obra. En los bocetos se ve su metamorfosis".

Impresionado por las noticias del bombardeo de Gernika, Picasso comenzó a trabajar en el mural que el Gobierno republicano le había encargado para el pabellón español de la Exposición Internacional de París el 1 de mayo de 1937. Cuando 10 días más tarde empezó a pintar sobre el lienzo había realizado una veintena de bocetos y estudios. Mientras realizaba el mural siguió experimentando. En la exposición se pueden ver los bosquejos sobre las manos del guerrero empuñando una espada realizados entonces y otras figuras que Picasso, finalmente, no utilizo en el Guernica. En 24 días Picasso tenía acabado el cuadro, un mural de casi ocho metros de largo por 3,5 de alto.

La exposición de los bocetos no acaba con la vieja reivindicación de exponer el Guernica en Gernika. El alcalde de la villa, José María Gorroño (EA), ha retomado la tarea de sus antecesores en el cargo. "Los bocetos son sólo un paso; el fin es ver el cuadro de Picasso en Gernika", dijo. "No cejaremos en el empeño". El Museo Guggenheim Bilbao también sigue aspirando a exponer temporalmente el Guernica, a pesar de las sucesivas negativas que su pretensión ha cosechado. El Gobierno vasco lo pidió formalmente para la exposición inaugural del museo en 1997. La respuesta fue negativa pero avivó los deseos de contar con el mural en el País Vasco. Con el Guggenheim en marcha, las instituciones vascas contaban con el lugar ideal para mostrar el cuadro de Picasso inspirado por el bombardeo de Gernika y volvieron a pedirlo para celebrar el 70º aniversario de la obra. Otra negativa, pero no fue la última. El propuso en abril el estudio de nuevas soluciones técnicas al traslado. Y el Gobierno vasco anunció que insistirá "con motivo del 75º aniversario".

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