Los turistas cercan Florencia

Pasear por sus calles es impregnarse de obras de arte de maestros como Leonardo da Vinci, Miguel Ángel, Donatello, Bramante y un interminable etcétera que nos llevaría a escribir una enciclopedia de arte. Todos estos geniales ingredientes, sumados a su exquisita gastronomía, la han convertido durante años en meta de turistas de todo el mundo y de la propia Italia, que cada año desfilan por la Piazza della Signoria, el Ponte Vecchio, la Galería de los Uffizi o la de la Academia, entre tantos otros puntos de referencia de la historia del arte. Florencia siempre ha sabido hacer frente al turismo, tratándolo de forma cordial, acorde al carácter toscano. Pero en los últimos años el flujo de turistas ha aumentado un diez por ciento anual, lo que ha provocado algún problema logístico.

Frente al gran número de turistas que se concentran cada día en el Ponte Vecchio y en la Piazza della Signoria, el asesor toscano a la cultura, Paolo Cocchi, propuso trasladar el mítico David de Miguel Ángel a las afueras de la ciudad, creando así una vía de escape al atasco de visitantes que hacen cola diariamente (excepto el lunes que está cerrado) para entrar en la Galería de la Academia.

Difuminar el arte

Muchos se llevaron las manos a la cabeza con la propuesta, afirmando que de este modo se perdía un poco de historia y de esencia de la ciudad. La verdad es que el centro histórico de Florencia es pequeño, y en su interior se concentran la mayor parte de las obras de arte de la ciudad, así que quien va a la capital de la Toscana, ya va con la idea de hacer colas en todas partes. Según datos del Ayuntamiento de Florencia, en los últimos tres años han llegado 100.000 turistas más al aeropuerto de la ciudad, alcanzando en 2006 el millón de visitantes, sin tener en cuenta que éste no recibe la mayor parte de los vuelos de bajo coste, que en cambio llegan al aeropuerto de la cercana Pisa, a tan sólo una hora de tren. Además, hay que tener en cuenta que muchos turistas llegan a la capital italiana y desde ahí viajan a la ciudad renacentista, por lo que la cifra la podemos triplicar tranquilamente. Con estos datos en la mano es comprensible entender la «idea» del asesor cultural toscano, es decir, «difuminar» un poco el arte por toda la ciudad, para que el turista pueda caminar a un paso más normal y no como en una procesión de Semana Santa. De los turistas que viajan hasta Florencia, el tercer puesto lo ocupa España (6,5 por ciento) y más en particular Barcelona, de donde llegan la mayor parte de vuelos. Los primeros de la lista de visitantes son, obviamente, los propios italianos (27 por ciento), y en segundo lugar los estadounidenses (19,5 por ciento).

Pintar los rincones de la ciudad

Británicos, y cómo no, japoneses, seguidos de franceses, australianos, canadienses y rusos forman el globo terráqueo de culturas que se funden en Florencia. Aunque el panorama pueda parecer desalentador, Florencia te hace olvidar esas «pequeñas» incomodidades que causa el turismo de masas, porque haciendo la cola para entrar en el museo uno se queda ensimismado viendo a los estudiantes de arte dibujar los distintos rincones de la ciudad, y el tiempo pasa leyendo las guías con tanta información que comentan: «Menos mal que tenemos que esperar, así sé qué es todo lo que estamos viendo».

Verónica Becerril (Florencia), Los turistas cercan Florencia, ABC, 5 de mayo de 2008