El Palacio Real de Madrid desvela la faceta artística de Carlos IV

El Patrimonio Nacional y la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, bajo la coordinación del Ministerio de Cultura, celebran el Año Carlos IV. Desde hoy y hasta el 19 de julio el Palacio Real de Madrid acoge la exposición «Carlos IV. Mecenas y Coleccionista». El Monarca tuvo una gran sensibilidad artística, era un gran aficionado a la música -adquirió la extraordinaria colección de Stradivarius- y desarrolló una importante labor de mecenazgo: muchas de las piezas que integran la muestra son encargos que realizó a lo largo de su vida.

Los comisarios de la exposición, Javier Jordán de Urríes, conservador del Real Sitio de Aranjuez, y José Luis Sancho, historiador de Patrimonio Nacional, han reunido para la ocasión 180 piezas, de las cuales 118, alrededor de un 70 por ciento, pertenecen a fondos de Patrimonio Nacional. Además, han cedido obras instituciones como el Museo del Prado, el Arqueológico Nacional, la Biblioteca Nacional, el Palazzo Reale di Caserta y la Gallería Nazionale de Parma, entre otras.

La muestra arranca con una sala dedicada a la formación del Príncipe, en la que destacan retratos reales pintados por Mariano Salvador Maella y Anton Rafael Mengs, así como piezas de marfil que habitualmente se exponen en La Casita del Príncipe de El Escorial. En la segunda sala -ya como Príncipe de Asturias el primogénito de Carlos III-, aparte de importantes óleos se exhibe uno de los violines realizado en 1709 por Antonio Stradivarius y que pertenece a la Colección Palatina.

A continuación, la muestra se centra en la religiosidad: se muestran piezas como el Oratorio Portátil de los Príncipes de Asturias realizado por Francisco Bayeu en su parte pictórica, Juan López de Robredo como bordador y José López, ebanista. El recorrido de la exposición nos lleva a las Casas de Campo del Príncipe en el Escorial y El Pardo: podemos admirar planos, tapices, según los cartones diseñados por Goya; los diseños realizados por Jean Demosth_ne Dugourc para la decoración de la Casita de El Pardo, y piezas de mobiliario.

La sexta sala aborda la Colección de Pintura del Príncipe. De las trece obras expuestas destacan «El Políptico de Isabel la Católica», obra de Juan de Flandes, y «El Martirio de San Andrés», de Murillo, de la colección del Prado. El recorrido de la exposición continúa con unas salas que contemplan tanto la influencia francesa, con destacadas piezas decorativas, como la vuelta a los clásicos (libros, porcelanas, colgaduras...)

La costumbre de la realeza de utilizar la iconografía para divulgar su imagen de gobernantes centra un apartado en el que podemos contemplar unos retratos de Carlos IV y de su esposa, María Luisa de Parma, obras de Maella. De Goya cuelgan sendos retratos de los soberanos. Y más obras del aragonés en la sala que cierra la muestra, dedicada al arte de Corte que se realizaba en la época de Carlos IV. Es el caso de «El Milagro de San Antonio» y «La Gloria», bocetos para la Cúpula de la Ermita de San Antonio de La Florida. También se incluyen las obras que Carlos IV encargó durante su exilio en Roma.

Juan Carlos Delgado, Madrid: El Palacio Real de Madrid desvela la faceta artística de Carlos IV, ABC, 23 de abril de 2009