El Museo Arqueológico de Barcelona acoge la exposición «Rostros de Roma»

Una exposición en el Museu Arqueolgic de Catalunya (MAC) trae a Barcelona 32 piezas de mármol y bronce de la antigua Roma, entre las que destacan los rostros de Alejandro Magno, Marco Antonio y el emperador Nerón. «Rostros de Roma» reúne estatuas, bustos, cabezas y sarcófagos creados entre el siglo I a. C hasta el siglo III, procedentes del fondo del Museo Arqueológico Nacional (MAN), y se podrá ver en Barcelona desde hoy hasta el 13 de septiembre.

La muestra pretende reflejar la importancia del retrato como imagen de poder, por eso recoge hasta 15 retratos imperiales, representantes de las más importantes dinastías reinantes en el imperio romano, la judeoclaudia, la de los Flavios, los Antoninos y los Severos.

Comisionada por Bruno Ruiz, Angeles Castellano y Paloma Cabrera, la exposición se estructura en tres ámbitos, el primero de los cuales muestra la influencia griega en la escultura romana. «Monarcas y filósofos» muestra el nacimiento del retrato fisonómico, aunque todavía sujeto a las estructuras idealistas del mundo clásico.

La cotidianeidad del poder

En esta parte destaca el rostro de Nerón niño, acompañado por los de su madre, Agripina, y su esposa, Papea, a las que ordenó asesinar. Sin embargo, la escultura más impresionante se sitúa en el siguiente espacio, dedicado a la historia augusta, con retratos de emperadores y de miembros de las familias imperiales. Aquí destaca la Lívia de Paestum, una escultura sedante de cuerpo entero que representa a la esposa de Augusto como una divinidad. La belleza de los mármoles contrasta con las pistas que ofrecen sobre la vida cotidiana en la antigua Roma. Un buen ejemplo son las cabezas de Faustina la mayor y Faustina la menor por sus elaborados peinados.

Ruiz destacó que ambas cabezas permiten ver lo rápido que cambiaban las modas, ya que usaban postizos y ondas hechas con un 'calamistrum', el aparato precursor de las actuales planchas. "Es muy probable que Faustina la mayor usara extensiones", indicó Ruiz convencido, tras recordar que teñirse de rubio ya estaba de moda en la Roma imperial, fascinada con el exótico color de las esclavas germanas.

La tercera parte de la exposición está dedicada al retrato privado en la época de la República, con gran parte de bustos dedicados sobre todo al arte funerario. La costumbre de tomar la máscara mortuoria como base para esculpir se aprecia claramente en una de las esculturas de un anciano, con las sienes hundidas y los pómulos afilados.

El arte funerario continúa presente a través de varias estelas y un gran sarcófago, desmesurado para las dimensiones de un niño. Ruiz aseguró que los romanos eran "muy prácticos" y que distribuían los sarcófagos en serie, dejando un círculo central sin tallar para esculpir el rostro del fallecido.

Efe, Barcelona: El Museo Arqueológico de Barcelona acoge la exposición «Rostros de Roma», ABC, 10 de julio de 2009