El Teatro Romano de Sagunto no se toca

El Teatro Romano de Sagunto no se toca. Así lo ha decidido el Tribunal Supremo. Los magistrados de la sección primera de la sala de Lo Contencioso-Administrativo del alto tribunal han desestimado el recurso de casación presentado por el abogado y ex diputado del PP Juan Marco Molines, en el que instaba a que se hiciera efectiva la sentencia en la que el propio Tribunal Supremo declaró las obras ilegales y el auto posterior en el que instaba a que se cumpliera. Con esa respuesta, el Tribunal Supremo convierte en firme el fallo del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) en el que argumentó contra la reversión las obras de rehabilitación del Teatro Romano porque no se garantizaba que el monumento volviera al aspecto que tenía cuando se realizaron a finales de los años ochenta. Existía, dijo, "causa de imposibilidad legal" para ejecutar la sentencia del Tribunal Supremo.

Las obras de rehabilitación del Teatro Romano de Sagunto fueron aprobadas por la Consejería de Cultura de la Generalitat en 1988. Los arquitectos encargados de ellas fueron Giorgio Grassi y Manuel Portaceli. Fue una decisión que se convirtió en polémica política. El PP encabezó una lucha por dar al traste con un ambicioso proyecto de recuperación del monumento saguntino que había sido promovido por el Gobierno autonómico, entonces socialista, y la corporación local, también del PSPV. Y en 1993, Juan Marco Molines, abogado y entonces diputado popular, llevó el asunto a los tribunales.

En el camino judicial, la escena política ha cambiado y ha resultado que la propia Generalitat ha tenido que argumentar en contra de la sentencia que declaró ilegales las obras (por cuestiones normativas) y el auto que obligaba a levantar las placas de mármol que modificaban la cávea y rebajar la altura del muro de cierre de la escena. El PP se ha tenido que enfrentar a las consecuencias de lo que instigó porque en 1995 ganó el Gobierno de la Generalitat. Y poco después, de Sagunto, cuyo Ayuntamiento ha sido parte en el procedimiento.

Tras una sucesión de decisiones judiciales, el 6 de abril de 2009, ya en incidente de inejecución de sentencia, planteado por la Generalitat valenciana, el TSJ consideró que no se podía ejecutar el fallo del alto tribunal del año 2000, en el que ordenó revertir a su estado original las obras de restauración realizadas en el Teatro Romano. Recursos, informes periciales, prórrogas para la toma de decisiones, terminan ahora con la desestimación del recurso de Marco Molines.

En realidad, la inadmisión obedece, como dice el alto tribunal, a que incumple los preceptos legales, no lo ha hecho como la norma establece. Y le impone las costas.

Lydia Garrido, Valencia: El Teatro Romano no se toca, EL PAÍS, 24 de noviembre de 2009

"Punto final" al litigio por el Teatro Romano de Sagunto

La Consejería de Cultura considera que el auto del Tribunal Supremo (TS) que rechaza demoler las obras de rehabilitación en el Teatro Romano de Sagunto (Valencia) "ha puesto punto y final a un largo proceso judicial que se inició hace 20 años" e "impide cualquier tipo de recurso o reclamación sobre el futuro de las obras". La resolución permitirá, además, potenciar el "uso cultural y social" del monumento a través de una serie de obras de adecuación que está previsto iniciar en 2010.

Así lo ha asegurado hoy la directora general de Patrimonio Cultural Valenciano, Paz Olmos, quien ha recordado que en estas dos décadas la Generalitat no ha podido llevar a cabo el mantenimiento del teatro al estar el caso sub iudice. Por eso "ahora está para una rehabilitación", aunque sin modificar lo existente. En este sentido, especificó que la actuación consistirá en la musealización del monumento y en la adaptación a la normativa actual de cuestiones como la accesibilidad y la iluminación del recinto.

El Supremo ha rechazado el recurso del abogado Juan Marco Molines contra la sentencia del Tribunal Superior de Justicia valenciano (TSJCV) que estimó que existía una "causa de imposibilidad legal" para ejecutar un fallo anterior que obligaba a demoler las obras de rehabilitación ejecutadas en el monumento por los arquitectos Giorgio Grassi y Manuel Portaceli a finales de los ochenta. El PP apoyó la lucha de Molines, ex diputado popular, contra la restauración del teatro, y una vez al frente de la Generalitat a partir de 1995, ha cambiado de posición para defender que las obras no se podían revertir.

La directora general subrayó que "ahora que se ha despejado el panorama judicial" el objetivo es potenciar el uso del recinto "como teatro y como museo" con el fin de dar a conocer a todos los ciudadanos "qué significa el Teatro Romano, sus dimensiones y elementos". Las obras de adecuación del recinto se enmarcan "dentro de un plan director elaborado junto al Ayuntamiento de Sagunto que considera la ciudad como un museo y que se completa con actuaciones como el Centro de Interpretación de Visitantes en el Castillo, el Museo Mestre Peña, la Morería o el Circo Romano".

Por su parte, el PSPV de Sagunto ha manifestado su "enorme alegría" por el fallo judicial y ha instado al Consell a "acabar las obras que quedan pendientes y finalizar así una historia que dura casi 20 años". "Ya no hay excusas, Francisco Camps debe cumplir con su compromiso: acabar las obras del teatro y dotarlo de las mejores condiciones para que en él pueda desarrollarse una programación cultural estable que lo dignifique", han añadido los socialistas.

ELPAÍS.com / AGENCIAS, Valencia: "Punto final" al litigio por el Teatro Romano de Sagunto, EL PAÍS, 24 de noviembre de 2009