El Museo d´Orsay aterriza en España

Un año de «impresión». Así se presenta 2010, si no en el plano económico, al menos sí en el artístico. Los maestros impresionistas protagonizan algunas de las grandes citas del año. A la espera de que, en otoño, Monet reine en París con la mayor retrospectiva dedicada al pintor francés (200 obras se verán en el Grand Palais), Madrid será la capital del impresionismo. A finales de febrero, el Museo Thyssen y la Fundación Caja Madrid dedicarán una muestra a «Monet y la abstracción» y en noviembre ambas instituciones repiten con «Jardines impresionistas». Pero la primera y esperada cita será la próxima semana. Noventa obras del Museo d´Orsay, el gran templo mundial de la pintura del XIX, y concretamente, del impresionismo, llegarán a partir del próximo viernes, y hasta el 22 de abril, a la Sala Recoletos de la Fundación Mapfre.

Edgar Degas, La clase de danza (1873-75). Museo d' Orsay, París

Hasta ahora sólo habíamos visto en España préstamos puntuales del museo francés, pero nunca se había cedido un «botín» como éste, que haría enrojecer de envidia al mismísimo Museo del Prado. No sólo por el número de cuadros, sino porque una treintena de ellos son obras maestras absolutas de la Historia del Arte y no suelen viajar. En este caso ha sido posible el excepcional préstamo gracias a un acuerdo de colaboración entre ambas instituciones y, sobre todo, a que el d´Orsay se halla en plena renovación de sus instalaciones. Ya ocurrió algo similar con el Museo Picasso de París: buena parte de sus fondos se exhibieron en el Reina Sofía y el dinero obtenido por los préstamos sirvió para sufragar parte de las obras. En esta ocasión, el d´Orsay va a renovar este año el montaje de sus colecciones impresionista y postimpresionista -ambas se separarán y se modernizarán las instalaciones del museo, que han quedado muy obsoletas-. Parte de las obras se costearán con estos préstamos. Aunque no se ha hecho público el montante desembolsado, se ha pagado un millón de euros por los seguros. Pero, a diferencia de lo que ocurrió con el Museo Picasso, en esta ocasión no se trata de traer a España las obras maestras del d´Orsay sin más, sino que la exposición cuenta detrás con un ambicioso proyecto expositivo. La tesis es que el impresionismo dio origen a un nuevo Renacimiento -una nueva manera de hacer y entender el arte en el siglo XIX-, pero que, al contrario de lo que se cree, esta revolución artística no supuso una ruptura radical con el arte más clasicista que triunfaba en el Salón de París, sino que convivieron en paz impresionismo y academicismo. «No es una película de buenos y malos», subraya Pablo Jiménez, comisario general de la exposición junto a Guy Cogeval, director del d´Orsay.

Manet es la columna vertebral de ese periodo y, por ello, adquiere un papel protagonista en la muestra: destacadas obras suyas la abren y la cierran. En total, once. Entre ellas, «El pífano», «Madame Manet en el Prado», «Angelina» o los retratos de Mallarmé y Clemenceau. El arte barroco que le deslumbró en su viaje a España (Velázquez, muy especialmente) será un gran referente para los impresionistas, cuyo origen se remonta a la Escuela de Batignoles, representada en la muestra con un gran lienzo de Fantin-Latour.

Edouard Manet Olympia, Museo d' Orsay, París

Una nómina impresionante

Salvo obras que nunca se prestan (las del legado Gachet o cuadros emblemáticos como la «Olimpia» de Manet), en la muestra conviven en armonía joyas del arte más clásico, que sí triunfaba en el Salón (Millet, Courbet, Bouguereau, Moreau o Puvis de Chavannes) con celebérrimos cuadros impresionistas, que tanto gustan a coleccionistas y público y de los que tan escasos andamos en España. Degas decía que «para verlos había que ponerse gafas de sol». La nómina es impresionante: 9 obras de Monet (con tesoros como «La urraca», «La gare Saint-Lazare» o «La Rue Montorgueil de París»), 10 de Renoir («La balançoire», retratos de Monet y Bazille), 5 de Cézanne («Nature morte à la soupi_re»), otras tantas de Degas («Portraits à la Bourse», «La classe de danse» y un par de sus célebres escenas de jinetes)... Tras su paso por Madrid, la muestra viajará a San Francisco y Nashville.

Natividad Pulido, Madrid: El Museo d´Orsay aterriza en España, ABC, 10 de enero de 2010