Miguel Ángel pintó inadvertidamente estructuras cerebrales en la Capilla Sixtina

Miguel Ángel ocultó las imágenes de dos partes del cerebro (un tallo cerebral y una médula espinal) (Foto: Neurosurgery)Se sabe que Miguel Ángel diseccionó numerosos cadáveres humanos, una actividad que inició siendo todavía un adolescente. Profundizando de este modo tan directo en los entresijos de la anatomía humana, consiguió adquirir conocimientos clave y de primera mano que le permitieron crear representaciones extremadamente minuciosas y realistas de la figura humana en sus esculturas y cuadros, como por ejemplo la carismática estatua de David, en Florencia, y las pinturas de Dios y otros personajes del Libro del Génesis en la Capilla Sixtina del Vaticano, en Roma.

Aunque la inmensa mayoría de detalles en esta pintura están considerados correctos desde el punto de vista de la anatomía, algunos académicos, críticos de pintura e historiadores del arte han debatido largamente el significado de algunas peculiaridades anatómicas presentes en el cuello de Dios, en la parte de la pintura conocida como Separación de la Luz y las Tinieblas. En esa porción de la imagen, el cuello aparece grumoso, y la barba de Dios se curva hacia arriba, alrededor de su mandíbula, de un modo un tanto extraño. "Miguel Ángel indudablemente sabía cómo pintar cuellos; conocía la anatomía humana muy bien", subraya el Dr. Rafael Tamargo, profesor en el Departamento de Neurocirugía de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins. "De ahí que haya existido tal misterio sobre por qué este cuello en particular se ve raro".

Para investigar el enigma, Tamargo buscó la ayuda de su colega Ian Suk de la misma universidad, un ilustrador médico y también profesor en el Departamento de Neurocirugía. Juntos, profundizaron en los entresijos de esta rareza introducida subrepticiamente por Miguel Ángel, y acabaron por darse cuenta de que los rasgos inusuales del cuello forman una imagen de un tallo cerebral, la porción de tejido en la base del cerebro que conecta con la médula espinal.

El motivo de que nadie del mundillo artístico hubiera reconocido anteriormente la imagen camuflada se debe a que el tallo cerebral aparece visto desde una perspectiva visual muy poco frecuente en las ilustraciones comunes. Nadie sin estudios profundos de neuroanatomía podría reconocer la estructura. Además, el tallo cerebral tan astutamente camuflado en ese punto de la pintura podría también explicar otro rasgo inusual de ésta. En esa misma imagen, Dios lleva una toga roja con un raro pliegue tubular en la zona del pecho. Aunque Dios aparece con la misma toga roja en otras imágenes del fresco, esa estructura tubular no está en ellas. Resulta que la estructura tiene la forma, ubicación y tamaño correctos para representar una médula espinal, lo que sugiere que Miguel Ángel introdujo también esta parte del cerebro de manera intencionada y subrepticia en la pintura.

En los últimos años, otras partes del trabajo pictórico de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina ya han despertado sospechas de que el genial artista quiso dejar, a modo de mensaje oculto, partes relevantes de la anatomía que más define la condición humana, o sea del cerebro. Las interpretaciones sobre qué quiso expresar con estas imágenes camufladas serán probablemente el tema de bastantes estudios futuros.