El estallido colorista de Kirchner deslumbra en Madrid

La fidelidad eterna a las artes primitivas y el zarpazo fauvista quedaron incrustadas para siempre en el imaginario salvaje de Ernst Ludwig Kirchner (Aschaffenburg, Alemania, 1880-Frauenkirch, Suiza, 1938).  Pintor, escultor, dibujante, grabador, arquitecto, fotógrafo, editor, historiador del Arte... fue cofundador de uno de los movimientos más activos de la vanguardia, «Die Brücke» (El Puente) —1905-1913—, junto con Fritz Bleyl, Erich Heckel y Karl Schmidt-Rottluff. Habían adoptado este nombre de una cita de «Así habló Zaratustra», de Nietzsche. Proclamaban la ruptura con el arte académico y su meta: innovar, experimentar. Sus banderas eran: libertad vital, espontaneidad y autenticidad.  Die Brücke, como Der Blaue Reiter (El jinete azul) señala el fin de una época del arte. Sus mujeres eran amarillas; sus nubes, verdes; sus lunas, rosas. Manejaba los colores a su antojo. No en vano los consideraba «la alegría de la vida». Kirchner  desplegó en sus obras una deslumbrante paleta, que contrasta con los grises y ocres que ensombrecieron su biografía.

'Bañistas en la playa (Fehmarn)', 1913 Staatliche Museen zu Berlin, Nationalgalerie, préstamo permanente del Estado Federado de Berlín. JÖRG P. ANDERS
'Bañistas en la playa (Fehmarn)', 1913 Staatliche Museen zu Berlin, Nationalgalerie, préstamo permanente del Estado Federado de Berlín. JÖRG P. ANDERS
La Fundación Mapfre ha producido en solitario (algo nada usual en los tiempos que corren) la más completa retrospectiva de Kirchner en España; repartidas en dos salas y ordenadas cronológicamente, las 153 obras (óleos, dibujos, grabados, esculturas, fotografías, cuadernos de apuntes...), con  préstamos importantes de 26 museos y colecciones privadas de todo el mundo destacan los del Legado Kirchner y el Museo Kirchner de Davos (Suiza), que conforman este conjunto son una exhibición frontal del tormento vital de Kirchner, sus 35 años de carrera condensados y reflejados fielmente en su obra. Aborda todas sus etapas: desde sus trabajos expresionistas en Dresde y Berlín, hasta los menos conocidos (y abstractos) de su estancia en Davos. Es decir, tanto la época en la que fue el centro de la vanguardia, como cuando estuvo en la periferia de la misma. Esta exposición va a coincidir en el tiempo con la de Edward Hopper (Fundación Thyssen) y Rafael (Museo del Prado), en lo que supone una triple oferta artística de alto voltaje en Madrid.

'Dos mujeres con aguamanil (Las hermanas)', 1913 Städel Museum, Fráncfort del Meno, propiedad de Städelscher Museums-Verein e.V. © BLAUEL/ GNAMM/ ARTOTHEK
'Dos mujeres con aguamanil (Las hermanas)', 1913 Städel Museum, Fráncfort del Meno,
propiedad de Städelscher Museums-Verein e.V. © BLAUEL/ GNAMM/ ARTOTHEK
En la planta baja de la Fundación Mapfre podemos admirar al Kirchner más expresionista, el más conocido por el público... Son los años de Dresde, «Die Brücke»... El artista pintó su obra Dos mujeres en aguamanil (Las hermanas) en 1913, en Berlín, en plena efervescencia expresionista: todo un símbolo. Vestidas de rosa y verde furioso, el contorno de sus repintajeados rostros está marcado en negro. El naranja, en cambio, marca los límites de las manos. El cuadro es toda una explosión de color de un prototipo de mujeres de la calle que el pintor integrante del grupo Die Brücke retrató profusamente durante los años (desde 1911 hasta 1915) que trabajó en Berlín; un período en el que las entrañas de la ciudad alimentaron su creatividad. Es el tiempo en el que la mano atormentada de Kirchner pinta paisajes periféricos, artistas de variedades, circos, prostitutas desnudas... La inquietante atmósfera de la Alemania de preguerra sobrevuela acentuando el contraste con el espectacular crecimiento que entonces experimentan la industria y la burguesía. Su estilo se centra en colores vibrantes y fluidas pinceladas que recuerdan a Van Gogh y a Matisse. Al igual que éste, fue un maestro del color y se interesó por el primitivismo. Cuelgan importantes obras como «Mujer yacente con camisola blanca», «Fränzi con gato», el tríptico «Mujeres bañándose» o «Toilette. Mujer ante el espejo», del Pompidou. El recorrido de la muestra está salpicado por esculturas encerradas en vitrinas. Como «Figura femenina yacente», en madera de castaño policromada, a caballo entre la escultura románica y las figuras africanas. Resulta muy curiosa la galería de retratos de médicos, cuidadores, pacientes... que conoció en sus diversos internamientos en sanatorios.

'El pintor (autorretrato)', 1919-1920 Staatliche Kunsthalle Karlsruhe 2011. © A.FISCHER/ H.KOHLER
'El pintor (autorretrato)', 1919-1920 Staatliche Kunsthalle Karlsruhe 2011. © A.FISCHER/ H.KOHLER
El tiempo que sigue a la disolución de Die Brücke es el de unos días en los que la vida desordenada y de entrega al alcohol y las drogas empieza a pasarle factura. La Gran Guerra, por la que fue movilizado, le sumerge de forma drástica en su primera gran crisis nerviosa. Empieza un largo calvario por sanatorios psiquiátricos en los que Kirchner continúa pintando sin parar. Al volver del frente, sufrió un accidente. En 1917, optó por la tranquilidad de Davos (Suiza), donde siguió pintando y encontó lo que sería lo más parecido a un hogar. Sigue con sus escenas clásicas y empieza a adentrarse en las escenas campesinas, un mundo hasta entonces muy ajeno a él. Pero las gargantas de los valles, las montañas, los animales... le hacen retomar el gusto infinito por el color junto a los trazos enmarañados de sus composiciones: un combate sin tregua. Kirchner contornea en negro los desbordantes azules, violetas y verdes de los paisajes alpinos. Sus sombras de aire presiden cada composición. Consumo de drogas, trabajo en exceso, falta de sueño, crisis depresivas, su terror a la guerra... le llevaron a un «via crucis» personal de sanatorio en sanatorio.

Una de las virtudes de Kirchner, comenta Pablo Jiménez, director del Instituto de Cultura de la Fundación Mapfre, es que «retornó al orden y creó un lenguaje nuevo, inventado por él». Karin Schick, comisaria de la exposición junto con María Luisa Barrio y responsable del museo de Davos además, afirma que, pese a ser un artista autodidacta, «le gustaba innovar, experimentar con nuevas tecnologías. Se reinventa una y otra vez». El mayor salto es el que da tras su llegada a Davos. Los Alpes suizos trasformaron radicalmente el estilo de Kirchner, que en los años 20 y 30 se torna más abstracto, aunque nunca fue infiel a la figuración. Decía que él era «pintor de personas». Se acerca a Picasso, Léger, Le Corbusier y La Bauhaus. Es la etapa menos conocida de este artista y quizá la que más sorprenda al público. Geniales, obras como «Cocina alpina», del Thyssen; «El pintor (autorretrato)», «Las tres viejas», «Desnudo en naranja y amarillo», «Pareja de acróbatas» y «Busto del Dr. Bauer».

Mujeres bañándose (tríptico, lienzo central), 1914-1915/1925 Kirchner Museum Davos, donación, legado Ernst Ludwig Kirchner, 1990. © KIRCHNER MUSEUM DAVOS
Mujeres bañándose (tríptico, lienzo central), 1914-1915/1925 Kirchner Museum Davos, donación,
legado Ernst Ludwig Kirchner, 1990. © KIRCHNER MUSEUM DAVOS
La exposición se cierra con una sección dedicada al Kirchner fotógrafo. Se muestran 35 copias de las imágenes que le servían para documentar su proceso creativo. Hay autorretratos, imágenes en el campo, instantáneas de Nina Hard desnuda posando para él...

Pero la llegada la poder de los nazis determinó su futuro inmediado; éstos le incluyeron en el saco del arte degenerado, retiraron 639 obras suyas de los museos alemanes, fue expulsado de la Academia de las Artes prusiana... En 1938, con 58 años cumplidos, contempla con angustia el avance del nazismo. La anexión de Austria por parte de Alemania le hace temer que ocurra lo mismo con Suiza. En esos momentos convulsos, el artista destruye una gran parte de su obra. En la mañana del 15 de julio, decide acabar con todo. Coge su pistola y se pega un tiro. Kirchner está enterrado junto a los bosques que inspiraron gran parte de su obra. Se apagó aquel día uno de los mayores talentos de la Historia del Arte.

Fundación Mapfre. Paseo de Recoletos, 23. Teléfono: 91 581 61 00. Horario: lunes, de 14.00 a 20.00 hrs. De martes a sábado, de 10.00 a 20.00 hrs. Domingos y festivos, de 11.00 a 19.00 hrs. Del 26 de mayo al 2 de septiembre. Visitas guiadas: martes, de 12:00 hrs a 19:00 hrs. www.fundacionmapfre.com

'El pintor (autorretrato)', 1919-1920 Staatliche Kunsthalle Karlsruhe 2011. © A.FISCHER/ H.KOHLER
'El pintor (autorretrato)', 1919-1920 Staatliche Kunsthalle Karlsruhe 2011. © A.FISCHER/ H.KOHLER
'El valle del Sertig en otoño', 1925-1926 Kirchner Museum Davos, donación de la Erbengemeinschaft Amstad, 2000.
© KIRCHNER MUSEUM DAVOS
«Aseo. Mujer ante el espejo» (1913-1920). CENTRO POMPIDOU DE PARÍS
«Aseo. Mujer ante el espejo» (1913-1920). CENTRO POMPIDOU DE PARÍS
«Desnudo en naranja y amarillo» (1929-1930). KIRCHNER MUSEUM DAVOS
«Desnudo en naranja y amarillo» (1929-1930). KIRCHNER MUSEUM DAVOS
«Retrato del pintor Heckel» (c. 1907). COLECCIÓN PARTICULAR
«Retrato del pintor Heckel» (c. 1907). COLECCIÓN PARTICULAR
«El juicio de Paris» (1912-1913). Anverso. JOACHIM WERKMEISTER
«El juicio de Paris» (1912-1913). Anverso. JOACHIM WERKMEISTER
«Autorretrato con muchacha; retrato doble» (1914-1915). JÖRG P. ANDERS
«Autorretrato con muchacha; retrato doble» (1914-1915). JÖRG P. ANDERS

Natividad Pulido, Madrid: El estallido colorista de Kirchner deslumbra en Madrid, ABC, 25 de mayo de 2012
Ángeles García, Madrid: El zarpazo fauvista fue el preámbulo de la muerte, EL PAÍS, 25 de mayo de 2012