Tintoretto en el Museo del Prado



Venecia organizó una exposición antológica sobre Tintoretto en el Palazzo Pesaro durante el año 1937. El Museo del Prado ha reunido, 70 años después, la colección más grande de obras de Jacopo Robusti (Venecia, 1518-1594), más conocido como Tintoretto, uno de los grandes nombres de la pintura renacentista italiana que influyó enormemente en artistas como Rubens o Velázquez. "Fuera de Venecia, sólo cabía organizar una exposición así en el Prado", dijo el director de este centro, Miguel Zugaza, durante la presentación a la prensa de la muestra. El museo madrileño conserva la colección de obras más importantes del autor veneciano, pero nunca hasta este momento había dedicado una antológica completa.

La pinacoteca madrileña había organizado una exposición que incluye 70 obras procedentes de museos e instituciones europeas y estadounidenses. La muestra se prolongó desde el 29 de enero hasta el 13 de mayo de 2007, constituyendo una de las grandes exposiciones del año en Madrid. A pesar de su importancia en la historia de la pintura, Tintoretto no ha sido nunca protagonista de grandes muestras a lo largo de la historia. Esto se debe, por una parte, al gran tamaño de muchos de sus lienzos, que se encuentran en Venecia, en los edificios para los que fueron concebidos. Pero también se debe a las dudas que muchos historiadores de arte tienen sobre la autoría de algunas obras atribuidas al veneciano. Ahora, el Prado ha intentado paliar estas dificultades después de una ardua labor de investigación, en la que han participado especialistas procedentes de Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Italia, Austria y España, que además han colaborado en la selección de obras que conforman la exposición. La exposición estuvo comisariada por Miguel Falomir, jefe del Departamento de Pintura Italiana del Prado, y que además ha coordinado un proyecto de investigación sobre este asunto con motivo de la exposición.

La exposición estuvo compuesta por cuarenta y nueve pinturas, trece dibujos y tres esculturas, procedentes de colecciones de todo el mundo, que nos permitían recorrer una parte de su producción, así como apreciar la diversidad de géneros en los que trabajó. No obstante, se ha querido hacer hincapié en dos aspectos concretos: por un lado, la pintura religiosa, materia en la que Tintoretto logró sus mayores éxitos, y, por otro, la importancia que tiene el proceso creativo en el desarrollo de su trabajo. Así, quien visite la exposición observará el valor que se concede al "disegno", como medio de aprendizaje y experimentación, siendo el dibujo un elemento fundamental en la labor compositiva de Tintoretto.

'San Jorge y el dragón' (1555), de Jacopo Tintoretto, obra prestada por la National Gallery de Londres.

Pocos artistas están tan ligados a una ciudad como Tintoretto lo está a Venecia, donde pintó y donde se encuentran gran parte de sus obras maestras. Esta ciudad italiana, que vio florecer a importantes representantes de la pintura del siglo XVI, fue también parada obligada para pintores que manifestaron su admiración por la figura de Tintoretto y cuya influencia es notable en su trabajo. En este sentido, la ubicación de esta exposición en la galería central del Museo del Prado, en paralelo a El Greco, Velázquez y Rubens fue un acierto y ha sido uno de los factores a tener en cuenta a la hora del montaje. Entre las pinturas más significativas de la muestra, merecen destacarse La Última Cena (Iglesia de San Marcuola en Venecia) y el Lavatorio del Museo del Prado, ambas pintadas para la Iglesia de San Marcuola en Venecia, y que se exhiben juntas por primera vez después de 400 años; Venus, Vulcano y Marte (Alte Pinakothek, Múnich) y el Origen de la Vïa Lactea (The Nacional Gallery, Londres), como ejemplos de temática mitológica y retratos como el de Lorenzo Soranzo (Kunsthistorisches Museum, Viena).

La trascendencia de esta exposición implicó una cuidadosa y muy estricta selección de obras, lo que supuso dejar fuera algunos cuadros del propio Museo del Prado y, de la misma manera, basándose siempre en la calidad, hayan sido incluidas algunas obras tardías en las que se aprecia la mano de colaboradores o ayudantes del propio Tintoretto, como fue el caso del Entierro de Cristo de la Iglesia de San Giorgio Maggiore, en Venecia.

"La Última Cena" (1547).

La exposición ahonda en el proceso creativo del pintor, concediendo gran importancia al "disegno", entendido como instrumento de aprendizaje, experimentación y composición, así como a los aspectos técnicos, plenamente integrados al discurso expositivo. Tintoretto concedió una importancia excepcional al dibujo y una selección de los mismos se incluyen en la exposición. Son de tres tipos: los que realizara de esculturas clásicas y de Miguel Ángel a partir de pequeños modelos, los dibujos preparatorios de composiciones enteras (se exhibe el único conservado, el realizado para "Venus y Vulcano", que se encuentra en el Staatliche Museen de Berlin), y los dibujos preparatorios para figuras aisladas, a menudo reutilizados por Tintoretto para varias composiciones.

Por el poder de su imaginación, el virtuosismo de sus pinceles, la fuerza de su personalidad y la magnitud de su producción, Tintoretto dominó la pintura veneciana en la segunda mitad del siglo XVI. Desde entonces ha tenido apasionados seguidores y acérrimos detractores, pero a nadie ha dejado indiferente, como admitiera ya en 1568 uno de sus más acerados críticos, Giorgio Vasari, cuando lo calificó del "cerebro más extraordinario que jamás haya tenido la pintura".

"Venus, Vulcano y Marte" (1545), óleo sobre lienzo que se conserva en la "Alte Pinakothek" de la ciudad alemana de Munich.

Jacopo Comin, alias Robusti, alias Tintoretto, nacido en Venecia de una familia originaria de Brescia, compartió con Tiziano y con Veronés una misma bravura del pincel puesta al servicio de nuevas exigencias narrativas, pero fue más allá, al crear un estilo que sintetizaba lo veneciano y lo toscano, aunando el colorido de Tiziano con el dibujo de Miguel Ángel.

Esta exposición del Prado, la primera monográfica dedicada a Tintoretto desde 1937, reúne obras de todos los géneros, aunque haciendo hincapié en la pintura narrativa religiosa, en la que el artista alcanzó sus mayores logros en grandes composiciones sabiamente equilibradas por el uso del color y la luz, donde la figura humana en movimiento se erige en piedra angular de su arte.

Apenas sabemos algo del aprendizaje de Tintoretto. Ridolfi, su primer biógrafo (1648), alude a un fugaz y accidentado paso por el taller de Tiziano, lo que pudiera ser cierto, para incidir a continuación en que fue autodidacta, algo improbable, pues las leyes exigían un aprendizaje de seis años. Lo más seguro es que Tintoretto se formase con un maestro menos ilustre, quizá Bonifacio de Pitati (1487-1553), cuya influencia es evidente en sus obras juveniles, e incluso es factible que, tras ingresar en el Arte dei Pittori, hacia 1536-1537, trabajara asociado a él.

A este aprendizaje formal Tintoretto sobrepuso una curiosidad que le llevó a un temprano conocimiento del arte centroitaliano, principalmente de Rafael y Miguel Ángel, a través de pinturas, esculturas y grabados, y de la presencia de artistas como Francesco Salviati, Guiuseppe Porta o Giorgio Vasari en Venecia, hacia 1540, donde existía un círculo de intelectuales y patronos muy receptivo a sus propuestas, liderado por Pietro Aretino, al que el joven pintor tuvo acceso. Paralelamente, su capacidad de experimentación dio como resultado una técnica propia que asumía la rapidez y libertad de la pintura al fresco y de mobiliario, y a la que tampoco fue ajena su cercanía a Andrea Schiavone (1500-1563), conocido por su factura libre. El estilo inicial de Tintoretto oscila entre la última moda y un llamativo radicalismo. La primera aflora en obras que, pese a su personalidad, se asemejan a otras contemporáneas de Bonifacio, Porta o Schiavone, como "La Sagrada Familia", con santos, mientras otras pinturas como "Jesús entre los doctores" y "La conversión de San Pablo" presentan una energía y libertad inusitadas en la pintura veneciana.

En abril de 1548 Tintoretto obtuvo un éxito clamoroso con "El Milagro del Esclavo", pintado para la Scuola Grande di San Marco, donde hacía realidad la unión ideal del 'disegno' de Miguel Ángel con el 'colorito' de Tiziano. El éxito desató una lluvia de encargos y, en años sucesivos, Tintoretto ejecutó importantes obras para iglesias y cofradías y fue muy solicitado como retratista. En febrero de 1551 le llegó el primer patrocinio oficial, culminando su progresión en diciembre de 1553 con el encargo de una pintura de historia para la Sala del Maggior Consiglio del Palacio Ducal, destruida en el incendio de 1577. Tan meteórica ascensión suscitó también muchos recelos. Pietro Aretino, aunque le felicitó por "El Milagro del Esclavo", le aconsejó paciencia y moderar la presteza en la ejecución, críticas comunes entre sus detractores, y a finales de 1551, la triunfal irrupción en Venecia de Pablo Veronés (1528-1588) le deparó un rival de altura que contaba además con el apoyo de Tiziano.

"Susana y los Viejos" (1555-1556), un grandísimo óleo sobre lienzo que pertenece al Kunsthistorisches Museum, en Viena (Austria).

Esta fase de la carrera de Tintoretto coincide con su proximidad a los Poligrafi, un grupo de intelectuales entre los que figuraban el impresor Francesco Marcolini, el comediógrafo Andrea Calmo y el escritor y editor Anton Francesco Doni. Se ha apuntado que la técnica aparentemente inacabada del artista y su frecuente yuxtaposición de elementos elevados y humildes, por ejemplo en "El Lavatorio", serían los equivalentes pictóricos del estilo de aquellos escritores cuyo desdeño del artificio en favor de lo popular y su gusto por la parodia y la imitación burlesca de géneros épicos probablemente influyó también en la desprejuiciada aproximación de Tintoretto a la mitología.

Las pinturas para la Scuola del Santissimo Sacramento de San Marcuola marcaron un punto de inflexión en la carrera de Tintoretto, inaugurando una fructífera relación que se extendería a las scuole radicadas en las parroquias de San Cassiano, San Felice, San Moisé, San Simeone y San Trovaso. Las scuole del S. Sacramento eran cofradías laicas consagradas al fomento de la devoción a la Eucaristía y, a diferencia de las más elitistas scuole grandi como las de San Marco o San Rocco, carecían de local propio y la extracción social de sus miembros era muy dispar. Cada jueves, en conmemoración de "La Última Cena", celebraban misa en la parroquia donde estaban radicadas.

Actualmente, en las paredes laterales del presbiterio de San Marcuola cuelgan enfrentadas "La Última Cena" y una copia de "El Lavatorio", lo que hizo que, durante tiempo, se pensase que habían sido concebidas como pareja. Sin embargo, ni tal fue su disposición original ni se encargaron conjuntamente. "La Última Cena" se pintó en 1547 para colgar sobre el banco del Sacramento, donde tomaba asiento la junta de gobierno de la scuola, lo que explica su simétrica frontalidad y el vacío central en la parte inferior, reservado a una imagen eucarística. "El Lavatorio", pintado hacia 1548, está diseñado para verse desde la derecha. Sólo desde ese punto de vista cobra coherencia la composición, articulándose a lo largo de una diagonal que, partiendo de Cristo, San Pedro y San Juan, prosigue por el blanco mantel para concluir en el arco del fondo. La exposición reúne por primera vez en cuatrocientos años ambas pinturas. "La Última Cena" se exhibe primando la visión frontal con la que la ideó Tintoretto, mientras "El Lavatorio" se muestra como una pintura lateral. El descubrimiento de una réplica de taller de "La Última Cena" permite no obstante ofrecer también ésta como lateral, reconstruyendo la disposición asumida por la historiografía hasta fecha reciente.

"Rapto de Elena" (1578-79), un óleo sobre lienzo de Tintoretto que se conserva en el Museo Nacional de El Prado de Madrid.

En 1548 el crítico Paolo Pino cifró la excelencia de la pintura en la conjunción del disegno de Miguel Ángel y el colore de Tiziano, ideal que Tintoretto asumió como propio. Su conocimiento de Miguel Ángel, perceptible desde su primera obra fechada ("Autorretrato"), le llegó filtrado a través de otros artistas y diferentes medios: dibujo, escultura, grabado. Tintoretto halló en Miguel Ángel soluciones originales a unos mismos problemas estéticos, sobre todo el tratamiento del cuerpo humano, pero también un modelo alternativo al de sus competidores venecianos, principalmente Tiziano.

Los dibujos autógrafos de esculturas revelan una profunda comprensión del original, pero los hay también que reflejan los usos pedagógicos del taller. La mayoría son estudios de figuras sueltas, hechos del natural o con maniquíes y modelos de cera que podía contorsionar en posturas inverosímiles "sacando de ellos infinitos dibujos a la luz de un candil, para componer de una manera fuerte y muy modelada mediante las valientes sombras que arrojan esas luces". Trazados con línea rápida, y siempre a lápiz negro o carboncillo, captan el dinamismo de los modelos con gran fuerza expresiva. Bosquejaba el modelo masculino desnudo o casi desnudo, para transformarlo en figura femenina. No se molestaba en ocultar trucos del taller y no es raro descubrir al modelo asido a una soga o pértiga para mantener el equilibrio.

En 1566 Tinttoreto fue elegido miembro de la Accademia dell'Arte del Disegno de Florencia y obtuvo una 'sansaria' del Fondaco dei Tedeschi, una sinecura que le convertía en pintor oficial del Estado. Cuando Tiziano falleció, en 1576, Tintoretto pudo vestirse el manto de primer pintor de Venecia. Fue el gran beneficiado de la muerte de Tiziano, como demuestra la identidad de los principales patronos a los que se aproximó: los Gonzaga de Mantua, los Fugger de Alemania y las Cortes de los Habsburgo en Madrid y Viena.

Fuentes: