Un párroco de Guadix recupera un lienzo atribuido a Murillo

El Ecce homo atribuído a Murillo que puede verse en Guadix.
El Ecce homo atribuído a Murillo que puede verse en Guadix.
Joaquín Caler, don Joaquín el párroco, como es más conocido en la diócesis de Guadix-Baza (Granada,) se ha convertido en propietario de una pintura atribuida a Bartolomé Esteban Murillo. Se trata de un Ecce homo que compró hace algún tiempo a una familia sevillana interesada en vender el que creían era un viejo cuadro del siglo XIX. Caler, amante del arte, contempló la pieza y la adquirió. Desde el instante en que vio la pintura pensó que “escondía algo más”. “Siempre estuve convencido de que compraba un Murillo”, afirma.

A partir de este viernes esta obra podrá contemplarse durante un año en la catedral de Guadix, tras cuatro siglos pasando de generación en generación en una familia que desconocía su autoría. “Desde luego ellos no sabían lo que vendían”, asegura su propietario. A sus 47 años, Joaquín Caler es el párroco de tres pequeñas localidades granadinas, La Calahorra, Lanteira y Alquife. Lleva más de 20 con esta “pasión por el arte” y cree “un sexto sentido o sensibilidad especial”, aunque es un autodidacto que carece de formación artística.

El cura, un avezado coleccionista,  recuerda como al contemplar el cuadro por primera vez se percató de que bajo “aquella gruesa capa de barniz se escondía algo más”. Pensó que su antigüedad era mayor y su autor un gran maestro de la escuela sevillana.

“La rotundidad en la cabeza fue lo más evidente”, apunta, ya que las manos y el manto “se veían peor”. Como no paraba de rondarle por la cabeza que podría tratarse de un Murillo, el párroco consultó a dos expertos para conocer la autoría de la obra: el doctor en Historia y miembro de la Real Academia de Bellas Artes de Sevilla, Granada y Cádiz, Enrique Pareja López -exdirector del Museo de Bellas Artes de Sevilla-, y el restaurador Manuel Chiappi. Ambos han comparado los trazos y el estilo con otras obras del pintor sevillano, lo han datado en la segunda mitad del siglo XVII y lo han atribuido a Murillo. Han sido necesarios para ello dos meses de minuciosos procesos de restauración utilizando las últimas técnicas de limpieza y tratamiento.

Se trata de una obra realizada sobre un fino lienzo, con el craquelado propio de la época, que mide 72 centímetros de alto por 54,50 de ancho y está enmarcado con una sencilla moldura dorada. La composición muestra a Cristo con la amplia corona de espinas trenzada en la cabeza, el torso desnudo, los brazos cruzados atados por las muñecas y sosteniendo en su mano derecha una caña a modo de cetro real. El rostro pensativo y la mirada baja y perdida.

 Este Ecce homo es, según esta atribución, el único cuadro del autor sevillano que existe en la provincia granadina. “Aunque me pertenezca a mí, debe exponerse al público para que la cultura esté al alcance de todos. Ese es el valor y la riqueza que hay que darle”, añade el párroco que hace apenas unos 15 días confirmó, con expertos, su intuición. Había comprado un Murillo. Al menos, según la atribución.

Valme Cortés, Granada: Un párroco de Guadix recupera un lienzo atribuido a Murillo, EL PAÍS, 19 de diciembre de 2013