Rusia se suma a la 'rothkomanía'
Es un hecho: Rothko está de moda. Sus pinturas baten marcas -Sotheby's vendió por 25 millones de euros Untitled esta semana- y el actor Alfred Molina lo hace volver en Broadway de los muertos (se suicidó en 1970) con montaje -Red - en el que sus cuadros de intenso y colorido expresionismo abstracto son un personaje más. Y Barack Obama ha elegido uno de sus lienzos para colgar en su gabinete en la Casa Blanca. Por si fuera poco, Rusia, su tierra natal, tan reacia a su figura, también se une a la rothkomanía. La exposición en Moscú (Viaje a un mundo ignoto) supone, además de un acto de justicia poética y un gesto de cierta revancha, la gozosa vuelta del artista a la ciudad de la que se vio obligado a huir en 1913 con su familia. El título de la muestra proviene del manifiesto que Rothko firmó con Adolph Gottlieb en 1943. "Para nosotros, el arte es un viaje a un mundo ignoto", escribieron. "Lo pueden emprender aquellos que no temen arriesgarse...". Durante décad...