Salvar al soldado Velázquez
El Metropolitan Museum de Nueva York devuelve a la vida obras maestras al borde de la destrucción Para los que tengan la suerte de estar estos días en Nueva York: hay que subir hasta la Quinta Avenida, esquina con la calle 82, pasar por delante de los tenderetes de los artistas callejeros y de los vendedores de perritos calientes (son veteranos de guerra; si no, no tendrían derecho a plantar el carrito en esa acera privilegiada) y subir las majestuosas escaleras de entrada al Metropolitan Museum, el Met. Dejar atrás los ramos gigantes de flores que se renuevan todos los lunes. Pagar entrada (recomiendan veinte dólares, pero es posible entrar pagando sólo dos: a veces sirven mejor al interés público los que menos alardean de ello) y ascender una segunda escalinata majestuosa, esta interior, hasta la segunda planta. Donde pone European Paintings. A la derecha. Más. No dejarse distraer por una salita con cuadros de Goya que enganchan mucho. Un poquito más. Y ya está, al fondo de la úl...