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Mostrando entradas de octubre, 2011

Un Museo en el museo

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El Año Dual España-Rusia culmina, en su aspecto cultural, con la gran exposición de fondos del Hermitage de San Petersburgo que se verá en el Museo del Prado. Un acontecimiento que da pie a una revisión de la nueva literatura postsoviética. Hay algo enorme y milagroso en ver surgir un velázquez de un cajón de embalaje. Cuatro o cinco personas en bata blanca asistían al acontecimiento como un equipo de médicos y enfermeras dispuesto a intervenir. A pocos metros se colgaba con las precauciones necesarias Descanso en la huida a Egipto de Nicolas Poussin. El maestro francés ha sido una referencia de composición en todos los iconos de la pintura moderna, desde los bañistas de Cézanne a los saltimbanquis de Picasso. La frialdad habitual de Poussin se ve compensada con algunos detalles tiernos. El asno bebe en un pilón, María y el Niño reciben una bandeja de dátiles del tamaño de meloncillos, José sonríe a la mujer que le

Delacroix, el último romántico

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CaixaForum Madrid, en colaboración con el Louvre, acoge la mayor retrospectiva del pintor francés en el último medio siglo En uno de los poemas de «Las flores del mal», Baudelaire habla de Goya: «Goya, una pesadilla de cosas ignoradas,/de fetos que se cuecen en un gran aquelarre,/de viejas ante espejos y muchachas desnudas,/tentando a los demonios al ponerse las medias». Pero también de Delacroix: «Delacroix, rojo lago donde acuden los diablos,/al que un bosque de abetos siempre verdes sombrea,/donde extrañas charangas, bajo lúgubres cielos,/pasan como un suspiro sofocado de Weber». Eugène Delacroix (1798-1863), viajero romántico francés, siempre soñó con España. Siendo muy joven, se encaprichó con los «Caprichos» de Goya. Después viajaría a Algeciras, Cádiz, Sevilla... Resulta paradójico que el «pintor del color», como se le conoce, se sumergiera en el negro de Goya. «Todo Goya palpitaba a mi alrededor» , escribió a un amigo. De esa pasión surgieron obra

La escultura reducida a su esencia

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El Guggenheim de Bilbao confronta medio centenar de piezas de estos dos grandes maestros Son dos de los escultores más relevantes del siglo XX. Uno, rumano; el otro, norteamericano. El primero nació en 1876; el segundo, 63 años después, en 1939. Constantin Brancusi y Richard Serra están tan lejos, artísticamente hablando, el uno del otro, que casi llegan a tocarse. Resulta paradójico, pero así queda patente en la gran exposición que dedica a estos creadores el Guggenheim de Bilbao, en colaboración con la Fundación Beyeler de Basilea. Medio centenar de piezas distribuidas en la segunda planta del museo bilbaíno son suficientes para comprobar cómo en el arte se puede llegar a un mismo fin a través de caminos bien distintos, si no opuestos. A simple vista, uno podría preguntarse qué tienen que ver las torsiones elípticas de acero de Serra, gigantescas, de varias toneladas de peso, con las esculturas en piedra o bronce pulido de Brancusi, tan frágiles y exquisitas que pa

El Museo del Prado presenta su colección de miniaturas

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El Museo del Prado ha dado a conocer este lunes su colección de miniaturas, una de las más relevantes que se conservan en España así como la publicación del catálogo razonado de estas piezas que el prado expone por primera vez. La exposición, constituida por 36 miniaturas y tres pequeños retratos, podrá visitarse desde este martes 11 de octubre hasta el 26 de febrero en la primera sala de la cámara acorazada en la que se exhibe de forma permanente el Tesoro del Delfín. "Se habla de las colecciones ocultas del Museo del Prado. Quizás ésta sea la más oculta de todas", ha dicho Gabriele Finaldi, director adjunto de Conservación del Museo del Prado. Durante la presentación de esta muestra, el Museo ha dado a conocer la publicación que recoge y analiza en profun

Una mirada inédita de Velázquez

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El profesor Peter Cherry, experto en arte español del XVII, atribuye al genio sevillano un óleo hallado en una colección particular del Reino Unido. La revista 'Ars Magazine' muestra la obra en su último número. El azar, en combinación con la mirada curiosa, suele estar detrás del hallazgo de nuevas piezas que se añaden al puzzle incompleto de la producción pictórica de los grandes genios. Esto ocurre especialmente en aquellos autores poco aficionados a rubricar sus obras, caso de Diego Velázquez (Sevilla, 1599 - Madrid, 1660). De nuevo, la fortuna se ha cruzado en el camino de un lienzo -mezclado entre "una remesa de cuadros británicos mediocres"- que podría engrosar el listado de los retratos sin nombre del maestro sevillano. En esta ocasión, la historia parte del interés de una antigua alumna de un curso de pintura española del profesor Peter Cherry, del departamento de Historia del Arte y la Arquitectura en el Trinity College de Dublín, al contemplar en una peq