La herida abierta del expolio artístico nazi en Austria
Han pasado siete décadas desde el fin del horror nazi y en Austria sigue aún abierta la herida causada por el expolio de obras de arte que, en muchas ocasiones, acabaron colgadas en museos públicos, y cuya restitución fue durante décadas ignorada por el Estado y aún hoy es motivo de polémica . El debate recobró fuerza este mes con la negativa a devolver el Friso de Beethoven, un mural de Gustav Klimt, robado y devuelto luego a la familia propietaria y comprado por el Estado en 1972 en una operación que los herederos denuncian fue forzada. En ese asunto, como en todo lo que tiene que ver con su pasado nazi (1938-45), la actitud del Estado austríaco estuvo marcada durante años por la tesis de que no fue un colaborador sino la «primera víctima» de Adolf Hitler . Una interpretación de la Historia cuestionable, pero reconocida en el derecho internacional, y que no comenzó a cambiar hasta mediados de la década de los años 1980. Y en el arte, el cambio vino forzado desde afuer...