Atarazanas de Sevilla: ¿el acuerdo definitivo?
Es probable que cuando Michael Ende escribió La historia interminable no pensase en que su novela juvenil de fantasía se quedase bastante corta al lado de todo lo que le ha sucedido a las Atarazanas en los últimos años. Un proceso más cercano al cuento de nunca acabar que al cinematográfico libro del alemán. Y es que la catedral civil de Sevilla, aquellos astilleros navales que mandara a construir Alfonso X en 1252, por el que matarían en el 99 por ciento de las ciudades del mundo, han sido durante muchos años un sapo que nadie estaba dispuesto a tragarse, un problema que no terminaba de encontrar una solución. Las Reales Atarazanas, con una localización envidiable en pleno corazón de la capital hispalense, son unas auténticas desconocidas para muchos sevillanos pues llevan cerradas a cal y canto desde 2009. Solo se han abierto en contadas ocasiones desde entonces. Para alguna visita guiada por la semana de la arquitectura, cada Lunes Santo para que...