Una de las muestras más completas del mundo

Un detalle de la exposición. | Efe

Con bastón de mando y sable de ordenanza, el capitán Pantaleón Pérez de Nenin preside la exposición que, en el capitalino y bello Museo Nacional de San Carlos, acaba de abrir sus puertas para celebrar los doscientos años de la Independencia mexicana. Su retrato, pintado por Francisco de Goya en 1808, abre una muestra que componen sesenta piezas artísticas integrantes ahora de Confluencias, dos siglos de modernidad en la colección BBVA.

Con las sucesivas fusiones de bancos en Iberoamérica hasta quedar consolidado como gigante económico, la colección BBVA atesora un fondo envidiable de arte, codiciado por cualquier museo, que aquí muestra arte proveniente de Argentina, Colombia, Chile, España, México, Perú y Venezuela.

Fue Tomás Llorens, ex director del Reina Sofía y conservador en jefe del Museo Thyssen durante quince años, quien seleccionó durante año y medio las obras a exponer y el hilo que las conectaría. Éste recorre desde el romanticismo, a quien Goya le sirvió de puerta, según el experto, al naturalismo, el informalismo y la vanguardia pop, entre otros estilos que la exposición ha encuadrado en cuatro etapas que cubren los dos siglos. La clasificación, alejada de la ortodoxia, atiende más a criterios artísticos que cronológicos.

En la muestra se dan cita nombres ilustres del arte como el del valenciano Joaquín Sorolla (“Retrato de una calavera”, 1883), el muralista mexicano David Alfaro Siqueiros (“Paisaje I”, 1967) y la anglo-mexicana Leonora Carrington (“The spheres themselves”, 1965), nonagenaria y aún activa.. Llorens, que ha sido ayudado en la curaduría por su hijo Boye, recorre serenamente las salas desgranando con naturalidad lo que sabe acerca del arte, que es mucho. Muchísimo, realmente. Lo hace totalmente alejado de la pompa académica, como quien abre su ventana cada día y se asoma a un paisaje pintado al óleo, y no a la imagen que lo inspiró.

Otros nombres menos conocidos, pero deliciosos

La muestra combina nombres muy conocidos internacionalmente para el público masivo con otros que, aunque acotan más el lugar donde se les venera, merecen ser degustados por más gente. Aquí quizás podría enclavarse “Puerto de Bilbao” (1908), del asturiano Darío de Regoyos, que muestra la desembocadura de la ría vasca del Nervión, dominada por el Monte Serantes, partida en dos por el espigón de Arriluze y contemplada desde el mirador de María Cristina, en el pueblo de Algorta. O la vanguardia pop del argentino Libero Badií en “Ariadna” (1969-1975), una monumental figura policromada inspirada en la hija del Rey Minos cretense -sí, el que construyó un laberinto en su tiempo libre-, abandonada y dormida.

Aunque la mayoría de las piezas (41), son pictóricas, no faltan las realizadas en otros soportes. Por ejemplo, y volviendo a Goya, diez estampas en papel de su serie “Caprichos”, incluida “El Sueño de la razón produce monstruos”; o la escultura en bronce de Antonio López, “Mujer dormida”, que data de 1960, una de las obras menos oníricas de su periodo surreal.

A pocos metros se coloca una obra del catalán Antoni Tapies, muestra de lo más abstracto, que data de la década de los 50. Son varias las obras de artistas españoles en esa época que, aunque repudiados por el régimen franquista dentro del país, tuvieron salida en los círculos internacionales a cuenta de la propia dictadura, que pensaba así abrirse un poco al mundo y mejorar su imagen. Lo explica Llorens, de nuevo con esa naturalidad pasmosa que hace al oyente preguntarse cuántos detalles lleva en su interior este maestro de la apreciación artística.

Latinoamérica está muy representada a través de obras de artistas de un gran número de países, como el ya mencionado Badií, argentino, el cubano Pancho Cossío (“Puerto”, 1957), el ecuatoriano Oswaldo Guayasamín (“Maternidad”, 1919) y el peruano José Sabogal, con su representación de un suburbio limeño en “Ribac, Arrabal”, de 1926. La muestra permanecerá abierta hasta el 28 de febrero de 2010 en el Museo Nacional de San Carlos, ubicado en Puente de Alvarado, 50.

Mario Valle, Una de las muestras más completas del mundo, EL MUNDO, 13 de noviembre de 2009