¿Quién visita el Prado?
La crisis parece pasar, de momento, de puntillas por el Prado, donde cruzan los dedos para que siga así el próximo año. No se han cumplido los negros augurios previstos para 2009, según los cuales los visitantes iban a caer un 15 por ciento. Todo lo contrario, el público mantiene su fidelidad al museo y, a falta de quince días para acabar el año, se prevé que se cierre con un número casi similar al de 2008: 2.650.000 visitantes, frente a los 2.598.016 del pasado año -son datos sin incluir visitas extraordinarias: actos oficiales, prensa, eventos privados...-. Un millón de esas visitas fueron gratuitas (estudiantes, profesores, mayores de 65 años...). Se han salvado los muebles. Y de ello ha tenido buena culpa el éxito de algunas exposiciones temporales, como la dedicada a Sorolla, que ha batido todos los récords del museo: 500.000 personas se acercaron a ver las obras del valenciano (sólo un 5% eran extranjeros).Caen los japoneses
El museo ha hecho públicos los datos de un estudio sobre sus visitantes, elaborado por el Instituto de Estudios Turísticos. Gracias a él podemos conocer el perfil de quienes se acercan al Prado. El primer dato relevante del estudio es que la crisis ha dado un vuelco al origen de los visitantes. Si en 2008 lo visitaron más extranjeros que españoles (51% frente a 49%), este año se han invertido las tornas: un 59% es español y un 41% extranjero (hasta 250.000 foráneos menos se han acercado este año al Prado).
Por Comunidades Autónomas, barre Madrid (55,8 %), seguida de Cataluña (8,2) y Andalucía (7,8). Por países, Estados Unidos está a la cabeza (17,2%), seguido de Italia (14,5) y Francia (11,7). Sorprende la fuerte caída de visitantes japoneses (sólo un 6,1%). La crisis va a acabar con el tópico del japonés, cámara en ristre, fotografiando cuadros a diestro y siniestro.
Miguel Zugaza, director del Prado, no es muy amigo de entrar en guerras de cifras, pero hace una lectura positiva de estos datos, que se acercan al modelo ideal de todo museo: un tercio procede de la ciudad donde se halla (madrileños en este caso), otro tercio del resto del país (España) y el último tercio son extranjeros. Precisamente, ampliar el público nacional del Prado era uno de los objetivos de su director. Ya sabemos de dónde son los visitantes, pero, ¿cómo son? En general son las mujeres las que visitan el museo, aunque este primer semestre ha subido la cuota masculina. ¿Habrá menos retransmisiones de fútbol en televisión? (el chiste, malo, era inevitable). Por edades, los que más frecuentan el museo son entre 25 y 34 años. ¿Y qué ven? Un 58% visita exclusivamente la colección permanente; un 20% sólo las muestras temporales, y el 22% restante, ambas.
Notable alto
De cada 10 visitantes, 6 ya habían estado antes. Aunque no hay datos en el estudio, se sabe que «Las Meninas», de Velázquez; «Las Majas», de Goya, y «El Jardín de las Delicias», de El Bosco, son las obras que más atención concentran. ¿Dónde compran las entradas? La mayoría, en taquilla (2 millones), pero suben las compras por teléfono e internet. El Prado aprueba con un notable alto (8,8).
Zugaza está muy satisfecho, pues se ha logrado mantener a los visitantes que se atrapó con la ampliación del museo. La media de 2,5 millones anuales -los 8 millones del Louvre son una pesadilla para el museo francés- es, en su opinión, buena. Advierte que «no hay que obsesionarse con las audiencias; queremos que las exposiciones lleguen al público, que les interese». Hacer exposiciones sólo para atraer al público es, dice, «pan para hoy y hambre para mañana». Para 2010, se prevé de nuevo una bajada de público de un 15%. ¿Se equivocarán también este año?
Hubo tiempo para hablar con Zugaza de otros asuntos. Sobre si otro museo se ha llevado parte de su presupuesto para el próximo año, Zugaza lo niega: «Nos han dado lo que hemos pedido». En cuanto al Museo del Ejército, no sabe aún qué irá a él, aunque apunta la posibilidad de que participe en el proyecto alguna otra institución. Y, finalmente, la escultura que se iba a encargar a Richard Serra para el exterior del museo tendrá que esperar a coyunturas económicas más favorables.