Expertos internacionales investigarán los restos del anfiteatro romano del Rectorado de Córdoba

Un gran proyecto de investigación liderado por la Universidad de Córdoba con la participación de varios centros académicos europeos está sirviendo para excavar y analizar uno de los yacimientos arqueológicos más importantes que han aparecido en la ciudad en los últimos tiempos. Se trata del anfiteatro hallado en los terrenos situados a la espalda de la antigua Facultad de Veterinaria, hoy sede del Rectorado de la UCO. En sus restos se trabajaba desde más de un lustro.

Desiderio Vaquerizo, Catedrático de Arqueología de la Universidad de Córdoba, confirmó que en este proyecto participan las Universidades de Barcelona y Florencia, además del Instituto Arqueológico Alemán, un organismo que ya colabora en la ciudad con la excavación de la almunia Alamiriya, muy próxima a Medina Azahara.  La finalidad, es, como resaltó Desiderio Vaquerizo «elaborar un estudio en profundidad tanto del anfiteatro como de todo su entorno», pues en este caso tan importante es el recinto recreativo como toda la zona que creció a su alrededor. El proyecto estará en marcha hasta 2010 y será beneficioso para la excavación, que avanzará tanto en el conocimiento como en el análisis de lo que se encuentra, y para los estudiantes que participarán, que completarán su formación teórica con la práctica sobre el terreno en un yacimiento de gran importancia. En total serán unos 40 investigadores, a los que se unirán los alumnos, trabajarán en lo que Desiderio Vaquerizo insistió en definir como «un laboratorio al aire libre» por las posibilidades que brindará tanto a los docentes como a los jóvenes que tienen un elemento privilegiado para completar la formación teórica.

Hallazgos importantes

Desiderio Vaquerizo aseguró que hay fundadas esperanzas de que los resultados que afloren de este trabajo sean muy llamativos, tanto por los usos que el anfiteatro ha tenido a lo largo de los siglos como por el papel que ha desempeñado en el entorno en que estaba asentado, y en el que ha sido elemento central en torno al que giraba la vida de quienes habitaban la zona.

El edificio se construyó en una zona situada a extramuros de la ciudad de Córdoba, que en la época romana terminaba en lo que hoy es la Puerta de Gallegos. Los investigadores creen que se empezó a construir alrededor de los años 40 y 50 después de Cristo, entre los reinados de los emperadores Tiberio y Claudio. Se trataba de un anfiteatro de grandes dimensiones que evidenciaba la importancia y la población que tuvo Córdoba en aquel momento, ya que un edificio de este tamaño sólo se podía construir para una gran ciudad. En palabras de Desiderio Vaquerizo, «un anfiteatro tan grande servía para acoger tanto a la colonia como la capital», es decir, tanto a quienes vivían en la ciudad de Córdoba como a los que habitaban las poblaciones que habían crecido fuera de ella. Se destinaba a espectáculos sangrientos: peleas, ya fuera entre hombres, entre animales o entre hombres animales, y ejecuciones en general, pues al fin y al cabo, como apunta Desiderio Vaquerizo, «cuando tiraban a los cristianos a los leones en realidad lo que hacían era ejecutarlos», aunque se convirtiera en una diversión para quienes iban a contemplarlo.

El final de la época romana no supuso el ocaso para este edificio, que, según Desiderio Vaquerizo, continuó siendo el centro de la vida de las personas que habitaban en sus alrededores, aunque con un carácter muy distinto del original. Así, tanto primero en la época visigótica como después durante la dominación árabe, los restos de este anfiteatro siguieron al aire libre y tuvieron distintos usos. ¿Cuáles? El profesor de Arqueología de la Universidad de Córdoba no quiso avanzar nada de lo que se está estudiando porque todavía está por confirmar, pero aseguró que podría haber hallazgos importantes, sobre todo de la etapa cristiana, en los primeros siglos de nuestra era. Hay estructuras que hablan de elementos propios de esta religión, aunque todavía es pronto para saber si en esta época el anfiteatro se convirtió en una iglesia. El paso de los musulmanes también ha dejado multitud de huellas tanto en el edificio como en lo que lo rodea, que fue uno de los más importantes arrabales de los muchos que crecieron a extramuros de la populosa Córdoba de la época califal.

Al mismo tiempo que se conoce más sobre el anfiteatro, también se estudia la zona que lo rodea. Así, se ha comprobado que en los alrededores existió un «ludus gladiatorius», es decir, una escuela de gladiadores, con lo que se infiere que estaba relacionada con la actividad del anfiteatro. También se están recogiendo muestras de la actividad que llevaron a cabo los habitantes de esta zona durante distintas épocas, lo que servirá para esclarecer más el pasado de Córdoba y para conocer el día a día de quienes la habitaron.