Ven la luz en español las cartas y la autobiografía de Monet

Monet, autorretratoCoincidiendo con la gran exposición que le dedica a Monet el Grand Palais, Turner edita «Los años de Giverny. Correspondencia» y «Claude Monet por sí mismo»

Coincidiendo con la gran exposición que le dedica a Monet el Grand Palais, Turner edita «Los años de Giverny. Correspondencia», así como su autobiografía, «Claude Monet por sí mismo», publicada en 1900. Ambas aparecen ahora en español. Verán la luz en octubre. Una estupenda ocasión para conocer de primera mano al maestro impresionista francés. Al contrario que a Van Gogh, a Monet no le gustaba escribir cartas —comenta Manuel Arranz, traductor de esta correspondencia—. A pesar de ello llegó a escribir unas 3.000, la mayoría desde su retiro en 1883 en Giverny, donde pasó 43 años y creó su Parnaso. Esas cartas han sido recopiladas y traducidas por primera vez al español, con edición, introducción y notas de Paloma Alarcó, jefa del Área de Pintura Moderna del Museo Thyssen.

Escribir no era desde luego el fuerte de Claude Monet. Lo suyo eran los pinceles. Pese a que no escribió las cartas para ser publicadas —añade Alarcó—, y pese a las incorrecciones, estas misivas «dejan traslucir la delicadeza y sensibilidad de su alma de artista. Nos permiten adivinar sus dificultades e inseguridades, sus preocupaciones económicas, sus convicciones políticas, sus emociones más íntimas... Monet aparece ante nosotros como un ser humano mucho más enigmático y complejo de lo que hasta ahora pudiéramos imaginar». Entre sus destinatarios, su esposa, Alice, a quien escribía a diario; colegas como Renoir, Pissarro, Rodin, Toulouse-Lautrec... Por estas cartas sabemos que organizó una subasta a favor de los hijos de Sisley, que abanderó la suscripción para comprar la «Olimpia» de Manet —artista que adoraba— y donarla al Estado francés; que la pérdida de la visión le obsesionó al final de sus días...

Junto a la correspondencia de Giverny, otro descubrimiento es la autobiografía que escribió para «Le Temps». Arranca así: «Mi historia. Soy un parisiense de París. Nací en 1840, bajo el reinado del buen Luis-Felipe, en un medio de negocios en el que se hacía alarde de desdeñar las artes...» En ella, Monet se confiesa como «un indisciplinado de nacimiento (jamás se me pudo imponer una regla, ni siquiera durante mi más tierna infancia. Fue en mi casa donde aprendí lo poco que sé. La escuela siempre me pareció una prisión»), recuerda sus comienzos como caricaturista, la poca confianza que tenía su padre en él como pintor («No tendrás un céntimo», le dijo)... Entre las anécdotas que cuenta, destaca una con Manet. En la inauguración del Salón de 1866, felicitaron efusivamente a éste por una de sus obras: «Cuál no sería su sorpresa cuando se dio cuenta de que el cuadro por el que le felicitaban, “Mujer de verde”, era mío. Para una vez que le habían felicitado por una obra maestra, esa obra maestra era de otro. Qué amargura para una sensibilidad a flor de piel como la suya». Como cuenta el propio Monet, más tarde se harían íntimos amigos. También recuerda sus charlas en el café de Batignolles con Fantin-Latour, Cézanne, Degas, Zola, Sisley, Renoir... «De allí se salía siempre con los ánimos más templados, la voluntad más firme, el pensamiento más nítido y más claro».

Natividad Pulido, Madrid: Ven la luz en español las cartas y la autobiografía de Monet, ABC, 20 de septiembre de 2010