Quiero arte, no (solo) dinero
De forma ostensible y vertiginosa, los coleccionistas privados de arte contemporáneo se han multiplicado exponencialmente a lo largo de la última década. Las principales ferias internacionales venden en cuestión de pocas horas sus piezas más caras e importantes. Miles de coleccionistas se agolpan minutos antes de que se abran las puertas de ferias como Art Basel o Frieze , en sesiones exclusivas para ellos, y se quitan de las manos las obras, sin chistar. Pagan cientos de miles y hasta millones por las firmas más codiciadas, sobre todo de artistas vivos. Artprice , web dedicada al mercado del arte, otorga un 31,90 % de aumento de confianza en el sector en los últimos días. Y la previsión es que se mantenga o suba. La crisis económica —es cada día más evidente— no se siente entre las grandes fortunas. Por el contrario, parece que el arte contemporáneo se está convirtiendo no solo en el nuevo refugio de estos potentados de los países emergentes, sino en una autént...