Medina Azahara, la ciudad más grande jamás levantada en Occidente

Icono del poderío del califato Omeya en Occidente, Medina Azahara emergió como gran referencia de Al-Andalus. Los últimos estudios arqueológicos determinan que ha sido, hasta el momento, la ciudad de mayor extensión levantada de una sola vez.

Frente a las urbes colindantes, como Córdoba, que crecían por la incorporación de residencias cercanas, la ciudad alzada en el siglo X por Abderramán III se levantó sobre una estructura rectangular de unas dimensiones aproximadas de 1.515 metros de lado en el sentido este-oeste y 745 metros en el eje norte sur. La superficie de la urbe califal era, por tanto, de 112 hectáreas, cifra nunca superada por una ciudad fundacional.

Estos datos han surgido tras años de intensa investigación en los vestigios de la medina califal, completada con arduas tareas de recuperación patrimonial. A lo largo de los últimos quince años se han intensificado las tareas de acondicionamiento y estudio de la ciudad del siglo X, siempre bajo la tutela de la Junta de Andalucía. El análisis sobre los elementos hallados ha arrojado luz sobre el modo de vida y la organización de poder de los momentos de mayor esplendor de Al-Andalus, siempre definidos por la figura de Abderramán III y, en menor medida, por Alhaken II, el segundo califa omeya.

Recuperación de la zona palaciega

La minuciosa metodología de recuperación y estudio ha atendido durante la última década la recuperación de la zona palaciega de la ciudad. El Dar al Mulk -o residencia del califa- presidía la ciudad desde el extremo más alto. Un poco más abajo aparecen las grandes residencias privadas de los hombres más notables de la corte califal. Así, en los últimos tiempos se ha podido delimitar con cierta exactitud el perímetro de las residencias del primer ministro del califa: la casa de Ya´far, un singular espacio de encuentro denominado Patio de los Pilares y, en breve, arrancará la intervención de la Vivienda de la Alberca, espacio que presumiblemente ocupaba el sucesor de Abderramán III, su hijo Alhaken II.

El director del complejo arqueológico de Medina Azahara, Antonio Vallejo, explicó a ABC que mientras se recuperaba la Casa de Ya´far, la investigación paralela permitió descubrir que allí vivía el primer ministro del califa, una figura clave para explicar las modificaciones en el gobierno de Al-Andalus. «Ya´far era un hombre de la corte que escala socialmente. Abderramán III sustituye a la aristocracia árabe en su gobierno, renuncia a la presión de los hombres de genealogía, tal y como había sucedido anteriormente en el mundo islámico», señala.

En un extenso rectángulo de la ciudad se conectan la residencia del califa, la de su primer ministro y la Vivienda de la Alberca, el último reto investigador. Sobre la hipótesis de que servía de residencia al heredero Alhaken II, los responsables de Medina Azahara emprenden una interesante tarea que tiene como objetivo explicar las claves de la zona palaciega de Medina Azahara, los espacios de encuentro entre los grandes hombres de Al-Andalus.

Uno de los hitos de la investigación desarrollada en los últimos tiempos han sido la revolución urbanística de la ciudad califal. «No fue una ciudad muerta, sino que se dejó arrastrar por un vertiginoso movimiento urbanístico que se constata a través de la existencia de distintos cimientos en las zonas excavadas», apunta Vallejo. Sólo quedaría en el aire el análisis de una estancia, aún no excavada, que se levante en el corazón de la zona noble de la medina, cuya hipótesis principal es que era una construcción habilitada para la visita del califa. La primera aproximación de los restauradores ha aportado abundante material epigráfico que recoge frases del Corán. Pero no pasajes cualquiera.

Textos del Paraíso

En los elementos hallados se reproducen textos que hablan del Paraíso. Sólo existe una zona en la ciudad califal en la que se hayan encontrado epigrafías similares: la mezquita aljama. El director del complejo arqueológico argumenta que la investigación ha de desentrañar qué significado tienen las epigrafías y cómo interpretar que todas ellas hablen del Paraíso.

La restauración de Medina Azahara ha permitido descubrir que abunda la decoración a base de atauriques, esto es, motivos decorativos vegetales a partir de hojas y frutos estilizados, y la proliferación de construcciones presentadas bajo fachadas trazadas a partir de arcos de herradura dovelados de medio punto -en algunos casos a imagen de la Mezquita de Córdoba-.

La recuperación de zonas como el Salón Rico o la Casa de los Visires -sin olvidar la Casa de Ya´far y, en breve, la Vivienda de la Alberca- se produce a partir de un arduo trabajo de estudio que antecede a la restitución de fragmentos originales localizados en el propio yacimiento arqueológico, una labor lo más parecida a un puzzle arqueológico. Los investigadores han podido detectar la red original de saneamiento de la zona noble de Medina Azahara y, a partir de ahí, propiciar el estudio de la dieta de los habitantes de esa zona de la ciudad: el resultado fue que la alimentación se sustentaba en las carnes -salvo cerdo-, desprovistas de hueso casi siempre, así como fruta autóctona; toda vez que no existen datos que permitan confirmar que se consumía algún tipo de pescado.

Fuente: