La estatua ampuritana de Esculapio sale del quirófano

Durante los trabajos realizados en 1909 en el yacimiento arqueológico de Empúries (Girona) se descubrió la única gran escultura griega localizada hasta ahora en el Mediterráneo occidental: la denominada Esculapio de Empúries. Próximo a cumplirse el centenario del hallazgo, la escultura ha sido sometida a un exhaustivo estudio y restauración, que ha permitido restituirle sus dos brazos y 85 fragmentos más de su cuerpo encontrados ya en la excavación del pasado siglo y depositados en cajas. El nuevo Esculapio fue presentado ayer durante la inauguración de la exposición L'Esculapi. El retorn del déu, que se puede ver en el Museo Arqueológico de Cataluña (MAC) de Barcelona hasta el 17 de febrero.

Asclepio, conocido en Roma como Esculapio, es el dios de la medicina. Nacido mortal fue fulminado por un rayo de Zeus, castigado por poner en peligro el orden universal, pues podía resucitar a los muertos. Con posterioridad, fue considerado un dios, se le veneró en todo el Mediterráneo y se le representó junto a una serpiente enroscada en un báculo, símbolo actual de la medicina.

En 1909 se encontraron diversas partes y fragmentos de escultura, dos de los cuales correspondían a la parte inferior y superior de una misma estatua, que pronto se identificaron con Asclepio. La escultura fue enviada a Barcelona, siendo la pieza más destacada del fondo del MAC.

Un siglo después, las incógnitas sobre la atribución y la datación de la pieza eran numerosas, que además necesitaba un proceso de restauración con criterios actuales, por lo que en 2006 el MAC impulsó el Proyecto Esculapio. Un equipo de restauradores dirigido por Àlex Masalles ha tratado al viejo dios como a un enfermo y lo ha sometido al mejor de los cuidados: se han identificado los mármoles -básicamente dos, de la isla de Paros el busto, y del Pentélico, cerca de Atenas, el cuerpo-, se ha fijado la fecha de la escultura en el siglo II antes de Cristo, se han realizado gammagrafías (una especie de rayos X para ver el interior) y se la ha digitalizado en 3D, para ver el estado del soporte sin tener que manipularlo. Por último, se han limpiado y sustituido los pernos que unían los fragmentos. Con la información obtenida se decidió recuperar la última imagen que tuvo la escultura en la antigüedad, reintegrándole los fragmentos y los dos brazos. El proyecto y la restauración han costado 63.000 euros.

Tanto trabajo de restauración ha sembrado la duda sobre la identidad del dios representado. Así, la posición de los nuevos brazos y el cuerpo y el hecho de que una serpiente que se atribuyó al conjunto escultórico ahora se sabe que no pertenece al mismo hacen pensar que podría tratarse de Serapis, figura tardía vinculada también a la medicina y que se veneraba en Alejandría.

La restauración y la exposición forman parte de los actos de celebración del centenario del inicio de las excavaciones dirigidas por Josep Puig i Cadafalch en Empúries, el 23 de marzo de 1908. Exactamente un siglo después, Esculapio volverá a su casa.

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