Los rayos solares vuelven a iluminar el rostro del faraón Ramsés II en Abu Simbel

El sol ha iluminado el rostro de la estatua del faraón Ramsés II en su templo de la ciudad monumental de Abu Simbel, en el sur de Egipto, en un raro fenómeno que ocurre sólo dos veces al año. A las 05.55 hora local (03.55 GMT), los rayos solares comenzaron a entrar por la estrecha puerta del templo para iluminar la cara del rey durante 24 minutos. Durante ese breve lapso de tiempo, los rayos recorrieron los 60 metros desde la entrada hasta llegar al sanctasanctórum del templo para anunciar el inicio del mes del 'Bert', que marcaba el comienzo de la temporada agrícola para los antiguos egipcios. El sol iluminó primero el rostro de Ramsés II, después a su izquierda, donde se encuentra la estatua del dios Ra, antes de moverse a iluminar a la derecha del faraón para cubrir gran parte de la estatua del dios Amón. Una vez más, el dios creador Ptah, la cuarta deidad sentada en el sanctasanctórum del templo, se quedó fuera de los rayos del sol, haciendo honor a su origen vinculado con el submundo.

Imagen del fenómeno tomada en 2002. (Foto: AFP)

Según el director de antigüedades de Abu Simbel, Mohamed Hamed, citado por la agencia oficial Mena, alrededor de 2.500 turistas pudieron disfrutar del espectáculo, que se repetirá el próximo 22 de febrero. Las celebraciones, que empezaron anoche con distintas presentaciones folclóricas, continuarán hasta la noche cuando los visitantes podrán ver un espectáculo de luz y sonido que narrará la historia del mítico faraón Ramsés II. Este espectáculo también explicará el proyecto de la UNESCO que salvó al templo de Abu Simbel de quedar sumergido bajo las aguas del lago Naser cuando se construyó la gran presa de Asuán en 1964.

Ramsés II, faraón de la XIX dinastía del Imperio Nuevo (1539-1075 antes de Cristo), construyó dos templos en Abu Simbel, uno grande para los dioses Ra y Amón y otro pequeño para su esposa, la reina Nefertari. El Templo del Sol, como también se conoce al de Ra y Amún, está construido de manera que los rayos solares iluminan la cara de la estatua de Ramsés II tan sólo dos veces al año: una el 22 de octubre, para conmemorar su acceso al trono, y otra el 22 de febrero, con motivo de su cumpleaños. Los ingenieros de la UNESCO que participaron en el salvamento del templo tuvieron en cuenta este fenómeno y consiguieron que se repitiese en su nueva localización, varios metros por encima de su emplazamiento original. Eso sí, este pequeño milagro de la naturaleza y la ingeniería se retrasó dos días con el traslado, ya que se cree que en la Antigüedad el fenómeno tenía lugar el 20 de octubre y el 20 de febrero.

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