Perrault: «La crisis en España se relaciona con una monocultura de la construcción»
En su país de origen su proyecto para la Biblioteca Nacional de Francia ha eclipsado su brillante carrera: «Ocultó todos los demás proyectos que he hecho en una década, pero hay una vida después de la Biblioteca Nacional de Francia». Esa situación («soy mucho más conocido en el extranjero que en Francia») ha empezado a cambiar tras la gran exposición que le dedicó el Pompidou y que ahora recala (con variantes) en el Museo Colecciones ICO de Madrid.
El arquitecto Dominic Perrault
«Es una exposición de percepciones», dice. De los 25 proyectos que se muestran, 16 son españoles (los hay acabados, sin construir, paralizados...). Un escenográfico montaje (muy en sintonía con su arquitectura), ideado por los comisarios, Fréderic Migayrou y Gaëlle Lauriot-Prévost, permite que cada proyecto se exhiba en una plataforma que incluye desde cajas de luz con la geografía donde se desarrolla cada proyecto, hasta maquetas, croquis, pruebas de los materiales utilizados y vídeos de su construcción. Una forma nueva y muy efectista de exhibir arquitectura.
Cómo le afecta la crisis
Cuando se le dice que no parece afectarle demasiado la crisis (tiene bastantes proyectos en cartera), hace gestos muy elocuentes de que no es exactamente así. Siempre ha destacado la vitalidad arquitectónica en España, al contrario de lo que ha ocurrido en Francia. ¿Cree que la crisis del ladrillo podría frenar en seco esa vitalidad? «La crisis va a permitirnos desarrollar una visión menos arquitectónica y un poco más urbana y medioambiental. Las raíces de este choque de la crisis en España están relacionadas con una especie de monocultura: construcción, construcción, construcción... y una ausencia de urbanismo». Decía Jacques Herzog recientemente que son tiempos para arquitectura contenida, sin excesos. ¿Está de acuerdo? «Yo siempre he hecho una arquitectura contenida y sin excesos. Para mí, la noción de economía es sinónimo de inteligencia, ser ahorrador es ser inteligente».
De todos los proyectos que tiene en España, el más espectacular es el Centro Olímpico de Tenis, la llamada Caja Mágica, que se inaugurará el 8 de mayo y que, en su opinión, será «un proyecto de referencia, como el de la Universidad Femenina de Seúl. Fue una sorpresa para mí ganar este concurso, porque mi proyecto no se ve, y en Asia ganan los proyectos que brillan, se mueven o son los más grandes». ¿Dónde reside la cualidad mágica de la Caja de Madrid, en la geometría variable, en la luz? «Es una caja de luces y la luz puede venir del exterior y atravesar la caja a través de grandes cortinas metálicas, pero también puede venir de la apertura de las cubiertas. Es una luz también interior. El movimiento de estas cubiertas amplía el efecto luminoso de este edificio. La magia está ligada a la sorpresa».
En Tenerife, ganó un concurso para construir un hotel y acondicionar la playa de las Teresitas. Tras ejecutar un 20 por ciento del proyecto, se ha paralizado. Una guerra de intereses políticos y protestas medioambientales tienen la culpa. Él lo defiende: «El proyecto en la playa de Tenerife es no construir en la playa: intentar doblar la superficie de arena blanca, multiplicar la vegetación... La idea es proteger la playa y otorgarle una presencia mayor para que esta playa popular lo sea aún más». Tiene además proyectos en Barcelona, León, Durango y otro más en Madrid.
La construcción de paisajes
Dice Perrault que no construye edificios, sino paisajes. ¿No sacrifica esto la arquitectura de autor? «No. Al contrario, me obliga a tener una imaginación desbordante. El arquitecto estrella es prisionero de su propio estilo. Al final el cliente le compra lo más comercial». Una constante en su arquitectura es dotar de piel (la malla metálica de la Caja Mágica cuelga en la exposición) a sus edificios. ¿Por qué? «Porque creo que lo que se plantea con la arquitectura es la naturaleza del muro: cómo separar para protegerme sin verme excluido de mi entorno. El muro como lugar de intercambio entre lo de fuera y lo de dentro. Es como un vestido para el cuerpo». Perrault cree que somos prisioneros de una lógica inflacionista que nos impide aunar arquitectura y bienestar: «La ciudad es hoy depredadora porque no conseguimos controlar su transformación; estamos provocando situaciones de violencia, agresión, barrios en los que es difícil vivir... Estamos construyendo un caos. Tenemos la responsabilidad de hacer un entorno urbano donde el ser humano pueda vivir seguro, protegido... ¿Está hoy prohibido ser feliz en la ciudad?».
Natividad Pulido, Madrid: «La crisis en España se relaciona con una monocultura de la construcción», ABC, 3o de enero de 2009