ARCO dispara a la crisis a discreción

Damien Hirst se encierra en una de las vitrinas en las que él suele meter a los escualos flotando en formol. Lleva una camiseta en la que aparece estampada su célebre calavera de diamantes. Saca una pistola y se pega un tiro en la sien. No es una performance del midas Hirst. Es la última «travesura» de Eugenio Merino, que puede verse en el «stand» de la galería ADN de Barcelona. Con mucha ironía, altera el título de la joya-calavera de Hirst, «For the love of God», y lo convierte en «4 the love of Go(l)d». «No odio a Hirst -dice el artista-; es un gran artista y un tío muy listo. Me cae bien. He querido hacer un chiste sobre cómo podría ser su última obra: él, pegándose un tiro y superando todos sus récords. Yo no lo mato, sólo lo encapsulo, se mata él». Con esta pieza, que cuesta 32.000 euros, Merino reflexiona sobre artistas como Hirst o Murakami, que le gustan, pero cada vez menos porque «no aportan nada, hacen una obra meramente decorativa y lo único que quieren es forrarse».

Eugenio Merino ve así la última performance de Damien Hirst: se pega un tiro y su récord se dispara | SIGIFREDO

Es ésta una de las piezas que más se reproducirá, sin duda, de la 28ª edición de ARCO, que ayer pudieron visitar los profesionales, hoy inaugurarán los Príncipes de Asturias y mañana abrirá sus puertas al público. Había mucha curiosidad por sondear a las galerías. Tanto miedo le tenían a esta crisis que cualquier punto rojo que colocan es una bendición del cielo. En general, están moderadamente satisfechas. No hay euforia -los tiempos no están para tirar cohetes-, pero están vendiendo. Todos parecen coincidir en que se lo piensan más antes de tirar de visa. No hay carreras, cual primer día de rebajas en unos grandes almacenes, por conseguir la mejor pieza. Entre otros motivos, porque las mejores piezas brillan por su ausencia.

El nivel medio es bueno, pero faltan esas obras estrella que hacen que una feria deslumbre. Están Serra, Hirst, Barceló..., pero con obra gráfica o piezas menores. Está Bacon, pero se esperaba que su centenario y la muestra del Prado atrajera obras maestras a ARCO. Sólo se salva el cuadro que cuelga en Marlborough, «Study from the human body» (13,5 millones y medio de euros), pero Faggionato no se ha estirado. Ha traído a Madrid dos pequeños estudios para dos retratos, para cubrir expediente. En Lelong, cuelga una litografía de Bacon. Cuesta 7.000 euros. El marco, aparte. En Polígrafa, un aguafuerte de este artista, 24.000 euros. También sin marco. Es genial, en cambio, el vídeo de Bill Viola, «Tres mujeres», que vemos en la galería Haunch of Venison. En el exterior de su «stand», otra de las piezas más fotografiadas de ARCO´09, «Aquasaurus», de Jitish Kallat (un camión hecho con supuestos huesos de dinosaurio).

Mientras los Foster iban y venían de una galería a otra (Elena Ochoa más metida en faena que Norman Foster), sondeamos a los galeristas españoles. José Martínez Calvo, de Espacio Mínimo (galería que ha apostado por dejar el «stand» en la madera sin pintar) cree que «no es momento de bajar la guardia, luchamos porque sea un buen ARCO, porque, si la feria falla, sale perdiendo todo el colectivo del arte». A primeras horas de ayer ya habían vendido varias obras, entre ellas dos de Norbert Bisky, una por 50.000 euros. No han bajado los precios, pero reconoce que «la gente se piensa más qué y dónde comprar».

El «stand» de T20, de Murcia, nunca deja indiferente. En esta ocasión nos detenemos ante una foto: «Biktimak», del colectivo Democracia (Pablo España e Iván López), antes El Perro. El Parlamento vasco les encargó una pieza como homenaje a las víctimas del terrorismo. En su inauguración estaba junto a la pieza un grupo de políticos, encabezado por Ibarretxe. Democracia inmortalizó el momento con una fotografía, que, según ellos, completa la pieza. Las miradas de los políticos hablan por sí mismas. No sabemos cómo se tomarán las víctimas del terrorismo que se comercie en una feria con un homenaje a ellos. Seguro que reacciones no faltan...

Entre 40.000 y 50.000 euros

Seguimos el recorrido -pintura y fotografía están muy equilibradas este año- y en Salvador Díaz nos llama la atención un piano cuyas teclas tienen cuchillas de afeitar. Es obra de Javier Pérez. Su precio: 45.000 euros. Parece el precio máximo que están dispuestos a pagar los coleccionistas este año en ARCO: entre 40.000 y 50.000 euros. Juana de Aizpuru asegura que «no va a ser una catástrofe. Yo ya he pasado cuatro crisis. En las anteriores el coleccionismo no estaba consolidado. Ahora sí, aunque comprarán menos». De rebajas, advierte, nada de nada.

Marian Goodman, en su esperado regreso a ARCO, apuesta por aires españoles: Juan Muñoz, Cristina Iglesias, Thomas Struth y su serie del Prado... Elvira González, sin embargo, ha dejado en el almacén la vanguardia histórica y sorprende con Olafur Eliasson (a quien dedicará una exposición), Avedon, Warhol, más Juan Muñoz... «Como hay crisis -dice la galerista- todos nos hemos esforzado mucho este año». Carles Taché apuesta por que dialoguen jóvenes como Juan Carlos Bracho con maestros como Cragg o Scully. Rebosa optimismo: «Soy un entusiasta de ARCO. Será una buena edición, hay «stands» fantásticos. El coleccionismo será más selectivo y algunas instituciones comprarán menos, pero ARCO tiene una energía propia. Es necesario venir, aunque suponga un esfuerzo».

Igualmente optimista, Álvaro Alcázar: «ARCO se va a salvar de ventas, estoy viendo un buen ambiente y gente con ganas de comprar». Para Pepe Cobo, la primera impresión de la feria es buena: «Se ha mantenido el coleccionismo, aunque se compra con más cautela». De momento, le están salvando las compras institucionales. Su estrategia, acentuar el arte joven y precios más flexibles.

La feria ha ganado muchísimo con los nuevos espacios. Es más racional y cómoda, con amplísimos pasillos y zonas de descanso, que el público agradecerá. Antes de salir, nos topamos con Isabela Mora, que desde el lunes se incorpora como jefa de gabinete del director del Prado. Su perfil se adecúa a la contemporaneidad que Zugaza quiere dar al Prado: ha trabajado para Art Basel, Barceló... ¿Cuánto tardará ahora el mallorquín en aterrizar de pleno en el museo donde ya puso un pie? Se admiten apuestas...

Natividad Pulido, Madrid: ARCO dispara a la crisis a discreción, ABC, 12 de febrero de 2009