Documentado el templo de Augusto en Tarragona

Después de siglos de polémica, han salido a la luz los restos del templo de Augusto, ocultos bajo la catedral de Tarragona- JOSÉ LUIS SELLARTSe acabó el debate: el único templo romano documentado de Tarragona que seguía sin localizarse ha permanecido oculto durante un par de milenios en el subsuelo de la catedral. Hasta ahora. Tras cerca de varios siglos de polémicas y controversia entre arqueólogos, una excavación codirigida por el Ayuntamiento, la Generalitat y el Arzobispado de Tarragona -propietario de la catedral que se asentó sobre el recinto romano- ha localizado los cimientos del templo y de parte de la escalinata construida para acceder a su interior a unos dos metros de profundidad casi en el corazón mismo de la basílica.

Las conclusiones preliminares de la intervención arqueológica en la Catedral de Tarragona han determinado que allí se asentaba un gran templo romano con una fachada de ocho columnas y rodeado de una plaza porticada que imitaba el programa arquitectónico del foro de Augusto, en Roma. Por ello, los expertos creen que el hallazgo realizado bajo el subsuelo de la catedral corresponde al templo de Augusto, "foco de admiración en todo el mundo antiguo", y una joya de la arquitectura romana que se ha buscado durante 300 años.

La directora del Instituto Catalán de Arqueología Clásica (ICAC), Isabel Solà, ha explicado que se trata de una noticia con gran resonancia internacional, sobre todo en Italia. "Era uno de los templos más grandes de todo el imperio, los de su tamaño se pueden contar con los dedos de una mano", ha destacado.

El equipo científico, tras 24 días de excavación, ha confirmado el hallazgo de una estructura de cimentación de 1,80 metros de ancho y 2,30 de profundidad capaz de sustentar un edificio actual de 37 metros de altura, lo que da una idea de la enorme construcción, cuya anchura ocupaba toda la nave central actual y parte de las laterales. "Poder demostrar con pruebas científicas la ubicación, con todo perfectamente milimetrado, es un bombón para cualquier arqueólogo", ha añadido. También han sido encontrados los cimientos de la escalinata principal. Una prueba de la expectación que han despertado la investigación -realizada en 32 metros cuadrados bajo el pavimento original de la basílica- son las más de 8.000 visitas que ha recibido el blog de las excavaciones.

El templo de Augusto presidía el recinto de culto, la "plaza sagrada" de dos hectáreas de superficie del Foro Provincial de Tarraco, imitando al Foro de Augusto en Roma. Los investigadores del ICAC, junto con la arqueóloga del Ayuntamiento de Tarragona, Inma Teixell, y el del Capítulo Catedralicio, Andreu Muñoz, creen que el templo romano ocupaba toda la longitud de la actual Catedral, hasta el transepto, por lo que confían en poder volver a levantar el pavimento en aquella zona en 2011 "para acabar de estudiar la estructura y confirmar su longitud y dar con la antigua catedral visigótica, cuyos vestigios no han aparecido".


Los trabajos no han permitido por ahora determinar el periodo exacto de la construcción romana, cuyo templo erigido en honor al emperador Augusto se conocía gracias a la obra de Tácito. Los trabajos de este investigador romano permiten asumir que el templo se mandó construir el año 15 d. C. Los arqueólogos consideran válido, sin pruebas concluyentes, que se edificó en torno al siglo I d. C. "Sabemos que es una construcción del siglo I después de Cristo, pero no hemos podido datar con más exactitud. Esperamos encontrar algún elemento cerámico para poder ser más exactos", ha indicado Teixell, en relación al supuesto templo visigodo que se levantó sobre las ruinas del templo de Augusto. El arqueólogo del ICAC, Josep Maria Macías, tras un primer análisis de los restos -en el que han trabajado 28 personas- ha resaltado la precisión de los trabajos geofísicos previos, pues los resultados de la excavación "ratifican la fiabilidad de los equipos". La catedral de Tarragona, por su lado, se levantó en el siglo XII sobre los cimientos de una catedral visigótica, que a su vez se sobrepuso sobre el mismo templo romano.

Tras confirmar el hallazgo la labor de los arqueólogos consistirá en poner en orden el puzle cronológico que se amontona en la basílica de Tarragona. "Trataremos de determinar con mayor precisión qué construcciones y de qué época ocuparon este espacio en el que se encontraba el templo. Intentaremos hacer una especie de mapa del tiempo", ha señalado Imma Teixell, la arqueóloga municipal responsable del proyecto. El arqueólogo del Capítulo Catedralicio, Andreu Muñoz, ha adelantado que confían en que los resultados de la intervención puedan estar recogidos en una publicación científica a finales de 2010.

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