Taiwan «made in Spain»

Un equipo de arquitectos españoles gana un concurso internacional para construir un complejo cultural en Kaohsiung, la segunda ciudad de la isla

Simulación del proyecto español para el complejo cultural Kaohsiung. ABC

Seriamente afectada por la crisis y el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, la arquitectura española se lanza al extranjero para explotar todo su talento. Debido al ascenso de potencias emergentes como China y la India, todas las vistas están puestas en Asia, donde un equipo de arquitectos españoles, Made In, acaba de ganar un disputado concurso internacional para construir el Centro Marítimo de Música Cultural y Popular de Kaohsiung, la segunda ciudad más importante de Taiwán tras la capital, Taipei, con la que está comunicada mediante un «tren bala».

Dicho conjunto, cuyas obras empezarán en breve y durarán hasta 2015, cuenta con un presupuesto de 100 millones de euros y se convertirá en la última joya urbanística de Kaohsiung, una urbe industrial de tres millones de habitantes rodeada de futuristas parques tecnológicos que alberga uno de los puertos con mayor tránsito de mercancías del Lejano Oriente.

Con una superficie de 100.000 metros cuadrados, este centro dispondrá de dos auditorios: uno al aire libre con capacidad para 12.000 personas y otro interior con un aforo de 3.500 espectadores. Además, contará con un museo del mar, otro de la música, ocho salas de conciertos de menor tamaño e incluso una zona comercial no solicitada en las bases. Se trata de un mercado nocturno de 20.000 metros cuadrados que abrirá las 24 horas, como es habitual en esta isla tropical que permanece separada de China desde el final de la guerra civil (1945-49) y cuya soberanía es reclamada por el régimen de Pekín.

«Es un elemento tradicional de la cultura taiwanesa que ha sido valorado muy positivamente por el jurado», explica a ABC Manuel Álvarez-Monteserín, uno de los arquitectos que ha redactado el proyecto, que forma parte del equipo Made In, creado expresamente para este concurso por él y por Beatriz Pachón (de Manu-facturas y León 11). A ellos se han unido otros arquitectos como Antonio Alejandro, Javier Simó, Corona y P.Amaral, Laín Satrústegui (Zira 02), Guiomar Contreras, Sara Pérez, Andrés Infantes (Gyra) y Jorge López (León 11). Además, el equipo Made In tiene un socio local, HOY Architects, y ha recurrido a consultoras internacionales como la parisina Xu para la acústica; la barcelonesa Boma para las estructuras; la londinense Theatre Projects para la escenografía, y la hongkonesa Arup para las instalaciones.



Agudizar el ingenio

Con más de 7.000 horas de trabajo, la unión de los arquitectos españoles obtuvo la adjudicación del centro cultural en dos fases. A la primera concurrían más de 150 estudios de todo el mundo, de los que resultaron seleccionados cinco finalistas.

«Ha sido una competición muy desigual por la falta de recursos económicos, pero esta falta de medios agudiza el ingenio. En varios momentos estuvimos a punto de no poder entregar los planos porque la falta de recursos complicaba mucho el trabajo», aclara en un correo electrónico Antonio Alejandro, quien calcula que «el presupuesto del concurso puede pasar de los 100.000 euros y, sin embargo, se ha hecho casi sin financiación, ya que todo el equipo ha trabajado de forma desinteresada durante seis meses». Finalmente, el colectivo de arquitectos españoles se impuso a las propuestas del japonés Akihisa Hirata; de los estudios Jeanne Gang (Estados Unidos) y JJ Pan and Partners (Taiwán); del americano Mack Scogin y del francés Yves Bachmann. Toda una demostración de que la unión hace la fuerza, sobre todo en estos tiempos difíciles.

Made In Estudio de arquitectura

En estos tiempos de crisis, y con la economía española arrastrando aún las secuelas del «ladrillazo», a los arquitectos no les queda más remedio que ampliar sus horizontes. En el caso del equipo Made In, no es la primera vez que los estudios que lo integran participan en obras de gran escala o concurren a concursos internacionales.

Corona y P. Amaral Arquitectos son autores de la terminal del aeropuerto norte de Tenerife, seleccionada por el prestigioso Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA) para su exposición «On site», dedicada monográficamente a la arquitectura española. Entre los premios en concursos destacan el proyecto «Vores by» para Carlsberg, European 9 y el mercado de San Chinarro.

Como consecuencia de su vocación internacional, el equipo Made In cuenta con la colaboración de importantes consultores internacionales, como Arup, Boma, TPCE, Xu y Old Farmer, que han participado, respectivamente, en la Opera de Sidney, la Ciudad BBV-A, la Opera de Oslo, el edificio de la Filarmónica de Luxemburgo y la Expo de Shanghái.

Para el futuro, los arquitectos españoles tienen la vista puesta en Asia porque sus numerosas convocatorias les permiten desarrollar proyectos innovadores.
«Este premio demuestra que la estructura de colectivos que ha aparecido en España en los últimos tiempos tiene capacidad para crear una arquitectura de calidad desde planteamientos horizontales y con jerarquías fluidas», se enorgullece Antonio Corona, quien matiza que la «dificultad se debió a la complejidad y volumen del proyecto, pero la organización en grupo hizo posible el éxito y dio lugar a un resultado arquitectónico plural y poliédrico».

Para ello, el equipo Made In alumbró una propuesta que llamó desde el primer momento la atención del jurado, que lo seleccionó pese a albergar ciertas dudas por parecer «demasiado arriesgado». Según Antonio Alejandro, «hemos querido dar una solución urbana, generando un espacio público capaz de articular toda la bahía Kaohsiung donde se levantará el centro, pero sin necesidad de generar un icono. De esta forma, el proyecto piensa en el ciudadano que lo usará y disfrutará».

El Centro Marítimo de Música Cultural y Popular de Kaohsiung ya se ha convertido en uno de los proyectos arquitectónicos más importantes desarrollados por un equipo español en el extranjero. Impulsado por su espíritu colectivo, supone todo un ejemplo a seguir para la internacionalización de otras firmas de arquitectura española que pretendan sobrevivir al fin del ladrillazo.

«La arquitectura española está bien considerada en el extranjero. Los momentos de crisis constituyen oportunidades de cambio donde resulta necesario plantear nuevas estrategias», asegura Arsenio Pérez, para quien «la compleja situación actual de España ha permitido a un elevado número de personas con talento embarcarse en esta aventura invirtiendo en ella toda su energía».

Y todo ello en la otra punta del mundo y sin ningún contacto en el proceso de adjudicación, ya que la parte japonesa del jurado se decantaba al parecer por el proyecto de su compatriota. Sólo con el apoyo de sus miembros profesionales, los músicos que tocarán en los auditorios del centro, el equipo Made In ha triunfado con su apuesta por la heterogeneidad tanto en tipologías edificatorias como en situaciones especiales, ya que los diferentes recintos y espacios públicos articulan la bahía en la que desemboca el río Amor.

«El proyecto se podría definir por su adaptabilidad y continuidad y por la incorporación de un programa que garantiza la actividad en la zona, no sólo en los momentos en que se celebren actos multitudinarios, sino en el día a día de Kaohsiung. El centro no tiene un gesto uniforme, sino que hemos tejido con diferentes hilos la propuesta con la ciudad», señala Manuel Álvarez-Monteserín.

Con una duración prevista de cuatro años, la construcción del centro comenzará en breve bajo la dirección del equipo español Made In, que participará en todo el proceso de ejecución del proyecto en colaboración con la empresa taiwanesa Hoy Architects. Kaohsiung, desde donde salen los barcos cargados de ordenadores y pantallas de plasma que se fabrican en Taiwán, tendrá a partir de 2015 un emblemático centro cultural «made in Spain».

Pablo M. Díez, Pekín: Taiwan «made in Spain», ABC, 23 de enero de 2011