Picasso es también la sensación del año en Tokio

Un total de 230 obras entre pinturas, esculturas cerámicas dibujos, grabados y fotografías, integran la mayor exposición que sobre Pablo Picasso se haya hecho nunca en Tokio. Es la exposición de la temporada en Japón, un país ávido de Arte occidental que admira especialmente la obra del maestro español. La excepcional colección proviene del Museo Picasso de París, cuyos responsables se tomaron muy en serio la respuesta del Gobierno francés cuando pidieron fondos para reformar su sede: "búsquense la vida", les dijeron. Ahora algunas de sus mejores piezas se encuentran en Tokio, donde pueden verse hasta el 14 de diciembre de 2008, tras haber pasado por Madrid. Después continuarán una gira mundial que tiene destinos en Sidney, Beiyin, Abu Dhabi, Nueva York, Sao Paulo y Moscú.

En Tokio han hecho falta dos museos para acoger la muestra: el Centro Nacional de Arte y el Suntory. En el primero se pueden ver desde las pinturas de juventud hasta el periodo surrealista, mientras que en el segundo se exhiben sus trabajos más subjetivos a través de una colección de retratos. El imponente Centro Nacional de Arte de Tokio muestra bañadas por la luz natural y en medio de grandes espacios obras como 'La Celestina', pintada en Barcelona en 1904, y otras muchas de su época azul. La exposición continúa por orden cronológico hasta algunas de sus últimas piezas surrealistas, como la familia' (1970) o 'Madre con su hijo' (1971). La muestra del Suntory, a menos de diez minutos caminando desde el Centro Nacional, recoge en los dos pisos del museo una serie de retratos espléndidamente iluminados con luz tenue y azulada, bajo el titulo 'Picasso: Retrato de un Alma'. Entre ellos se encuentran varios retratos y autorretratos que son algunas de sus obras más reconocibles, como 'Paul vestido de Pierrot'.

Las piezas que han viajado desde Francia proceden del Museo Nacional creado en 1985 para acoger las obras entregadas por los herederos del pintor español en pago de sus impuestos por derechos sucesorios. El Estado francés pudo escoger entre un total de 70.000 obras, quedándose finalmente con algo más de 3.000. A ellas se unió la colección personal de Picasso que ilustra el diálogo del artista con otros grandes maestros contemporáneos. La dación realizada en 1990 tras la muerte de la última esposa del artista, Jacqueline Roque, otorgó a la institución casi cien piezas más. El Museo Picasso de París espera conseguir con esta gira mundial buena parte del dinero necesario para su remodelación, que deberá estar lista para 2010. Cuando reabra sus puertas, contará con una superficie suplementaria de más de 1.000 metros cuadrados para exposiciones, además de espacios nuevos destinados a cafetería, vestuario del personal y un taller de actividades infantiles.

En Japón ha sido el grupo de medios de comunicación Asahi el que ha corrido con los gastos del transporte y los seguros de los cuadros, que superan los mil millones de euros. Se calcula que el coste del alquiler de la exposición asciende a unos cuarenta mil euros diarios, aunque se espera recuperarlos con creces, como ya ocurrió en Madrid, donde el Museo Reina Sofía logró atraer a casi 550.000 personas en sólo tres meses. En Tokio, una muestra de Arte español con las obras maestras del Museo del Prado y una completa retrospectiva de Salvador Dalí, celebradas en 2006, se convirtieron en las más vistas de la capital japonesa al recibir más de un millón de visitantes.

Picasso es también la sensación del año en Tokio, www.arteseleccion.com, 7 de octubre de 2008