Los dibujos del maestro Antonio del Castillo

El Museo de Bellas Artes de Córdoba exhibirá hasta mayo de 2008 una colección de creaciones en papel del máximo artista cordobés del Barroco, Antonio del Castillo, que incluye, entre otros, retratos, animales y piezas ornamentales. Al igual que con el lienzo, este artista dejó impresos en papel algunos de los trazos de más alta calidad del Barroco, obras que se encuentran custodiadas por algunas de las instituciones cultuales más prestigiosas del país como son el Museo del Prado, la Academia de Bellas Artes de San Fernando, la Biblioteca Nacional o el Museo de Bellas Artes de nuestra ciudad, poseedor de la colección más numerosa.

La pinacoteca cordobesa exhibe por primera vez de manera íntegra estos fondos bajo el título Antonio del Castillo (1616-1668). Dibujos. Se trata de una exposición ubicada en la planta alta del museo que reúne 27 obras de Castillo (realizadas con lápiz, pluma de caña, pluma de ave o sanguina) en las que se pueden advertir tan variados como distantes contenidos como es el caso de la serie dedicada a las vidas de santos, escenas de la vida de la Virgen y Jesucristo, elementos ornamentales y decorativos, dibujos sobre animales o repertorios de cabezas. "No es frecuente tanta variedad temática en un artista de esta época, especialmente en el caso de los animales (perros, jabalíes, caballos, carneros o avestruces) algunos de los cuales utilizó posteriormente dentro de otras escenas campesinas que se conservan en la Academia de San Fernando", recordó la directora del Museo de Bellas Artes, Fuensanta García de la Torre, que además es investigadora del artista y coautora de un catálogo razonado sobre los dibujos de Castillo.

Los expertos consideran que la mayoría de estas pinturas sobre papel eran concebidas como bocetos para obras posteriores, algunas de las cuales se conservan terminadas en Córdoba como es el caso del lienzo Coronación de la Virgen, ubicado en la iglesia del Hospital Jesús Nazareno, o algunos elementos decorativos de la Puerta del Perdón de la Mezquita-Catedral. Este carácter transitorio ocasionó que la mayoría de creadores coetáneos a Del Castillo no conservaran sus dibujos -algo que afortunadamente sí ocurrió con el artista cordobés- y que los escasos ejemplos que han llegado hasta hoy no suelan aparecer ni fechados ni firmados, salvo excepciones como el dibujo que se conserva en la pinacoteca cordobesa que el artista dejó plasmado en el año 1642.

Otros de los bosquejos más singulares del artista Barroco son las colecciones de cabezas de una misma persona realizadas desde diferentes perspectivas que, "aunque no está demostrado, podrían ser cartillas de enseñanza", remarcó García de la Torre, que también destacó la existencia de copias de artistas locales, "que reinterpretaron los dibujos de Del Castillo debido a la fama que alcanzó en su época".

El museo posee igualmente en su colección una singular pieza digna de mención. Se trata de un paisaje sin ninguna figura humana o animal (el único de estas características que se conserva) que tiene inscrito en su reverso un poema del propio Antonio del Castillo titulado Quejarse un prado porque el enero lo había agotado.

M.L., Córdoba: Los dibujos del maestro Del Castillo, El Día de Córdoba, 28 de diciembre de 2008