¿Está la 'ciudad eterna' atrapada en el pasado?

Sobre las orillas del río Tíber junto a dos iglesias barrocas y el mausoleo de 2.000 años del Emperador Augusto, se encuentra una estructura de mármol, vidrio y acero, el primer edificio moderno en levantarse en el centro histórico de Roma. Pero a diferencia de los antiguos monumentos en su alrededor, el Museo Ara Pacis, diseñado por el arquitecto estadounidense Richard Meier y presentado hace dos años, podría no durar, al menos en su forma presente.

El Ara Pacis, dentro del edificio de Meier. (Foto: REUTERS)


El nuevo alcalde de derecha de Roma, Gianni Alemanno, prometió tirarlo abajo al asumir su cargo en abril, diciendo que carecía de "compatibilidad" con el corazón de la ciudad antigua. Desde entonces ha dado marcha atrás en parte, diciendo que la remoción de la estructura no es una prioridad inmediata. Pero el Ministerio de Cultura ha intervenido en el debate, con la propuesta del subsecretario Francesco Maria Giro de quitar una de las paredes adyacentes del edificio, y de bajar otra, para que no se oscurezcan las iglesias de atrás. "Es feo y excesivo (...) una bofetada para los ciudadanos romanos. Si fuese mi decisión, lo demolería por completo, pero como no tenemos el dinero, esto no es posible", dijo Giro, recorriendo el museo a fin de julio.

Sobreviva o no, el edificio de Meier se ha convertido en un símbolo de una feroz controversia acerca de cuan lejos debería la 'ciudad eterna' dejar que la arquitectura moderna ocupe su lugar junto al Coliseo o el domo de Miguel Angel. "Somos una ciudad esclavizada por su pasado, tan aferrada a ser el hogar del arte, de la cultura y de la creatividad que no se da cuenta de que en realidad es estática y rehén de políticos, arqueólogos e intelectuales que hablan y hablan pero no hacen nada", dijo el arquitecto romano Francesco Coppari.

'Cloaca indecente'

La construcción de Meier es un relicario para albergar el Ara Pacis del siglo I AC, un altar de sacrificio con frisos encargados por el emperador Augusto y dedicados a la paz en lo que ahora es Francia y España. En 1995, cuando Roma estaba gobernada por la centro-izquierda, Meier ganó un contrato para construir la estructura transparente y reemplazar un edificio despedazado que fue levantado bajo el dictador fascista Benito Mussolini. El Museo Ara Pacis fue defendido por los ex alcaldes Francesco Rutelli y Walter Veltroni como parte de una serie de iniciativas culturales por llevar a Roma hacia el nuevo milenio.

No obstante, el premiado arquitecto, cuyas obras incluyen museos en Los Ángeles, Barcelona y Frankfurt, luchó durante más de 10 años por lograr su proyecto de 16 millones de euros en medio de riñas presupuestarias y protestas callejeras. Vittorio Sgarbi, un extrovertido crítico de arte, una vez se refirió al Ara Pacis de Meier como "una cloaca indecente", un cruce entre una estación de servicio y una pizzería. Varias personas que viven y trabajan cerca del museo también lo califican como un despropósito. "Es desagradable. Ponen la modernidad justo al lado de dos iglesias antiguas, tapándolas", dijo Franco Rocca, quien posee un bar a la vuelta de la esquina. "Lamentablemente, ésta es una ciudad en la que ese tipo de arquitectura simplemente no será aceptada", agregó Rocca. Los partidarios de nuevos proyectos dicen que Roma está luchando por aceptar la modernidad al igual que otras capitales occidentales, en un conflicto indirecto con su pasado como icono cultural.

La cultura, rehén de la política

Alrededor del mundo, de Miguel Ángel a Fellini, lo "italiano" ha sido sinónimo no solo de belleza, gran arte y cultura, sino también de innovación. Hoy, sin embargo, el cambio y la innovación están luchando por ser aceptados. En la década pasada, un puñado de nuevos proyectos —principalmente en las afueras— han comenzado en realidad a desafiar las actitudes de los romanos para con las edificaciones contemporáneas. Renzo Piano inauguró en 2002 el auditorio de conciertos de Roma. El britanico-iraquí Zaha Hadid está construyendo una moderna galería de arte, la Maxxi, 800 metros al norte de las paredes de la ciudad antigua. Y el arquitecto italiano Massimiliano Fuksas ha concebido un centro de convenciones modernista para el sur de la ciudad, incorporando una gran estructura de acero y Teflon conocida como 'la Nube'.

Otros temen que debido a que el renacimiento cultural de Roma está principalmente asociado con los antecesores de centro-izquierda de Alemanno, el debate tenga más que ver con la política que con la estética. "Este es un triste legado de las administraciones previas, impuesto sobre los ciudadanos desde arriba por dos alcaldes que lo deseaban a cualquier costo", dijo Giro, quien al igual que Alemanno es un aliado del primer ministro conservador Silvio Berlusconi, mientras visitaba el Museo Ara Pacis. Coppari dijo: "Si Roma continúa de este modo, se convertirá en una hermosa necrópolis, hermosa para los japoneses quienes vienen aquí a hacer compras y para los americanos que se emborrachan en el centro, pero sin duda no será una ciudad moderna."

[Reuters, Roma]: ¿Está la 'ciudad eterna' atrapada en el pasado?, El Mundo, 17 de agosto de 2008