Confirmado un nuevo retrato de Frida Kalho

El Gobierno mexicano, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), presentó ayer un estudio científico para demostrar que Frida Kahlo pintó el Retrato de Alejandro Gómez Arias, en el que supuestamente aparece un novio de su juventud, cuya autenticidad había sido puesta en duda por la crítica de arte Raquel Tibol.

Juan Coronel, durante la presentación del análisis realizado a la pintura 'Retrato de Alejandro Gómez Arias'- EFE

El científico mexicano Javier Vázquez, experto en química aplicada al arte, ha realizado un análisis de cuatro muestras de un milímetro cuadrado que tomó del retrato de Gómez Arias (1928) y que comparó con otras sacadas de la pintura Niña tehuacana (1942), también de Kahlo. Vázquez analizó la obra con rayos ultravioleta, y luego usó microbisturíes, agujas de disección y lentes de aumento para obtener muestras sobre las que realizó pruebas microquímicas y de microcopía electrónica de barrido, entre otras. Los análisis le permitieron concluir que la obra, de 41 centímetros de ancho por 61,5 de largo y realizada directamente sobre un soporte de madera y sin base de preparación, fue pintada en los años 20.

El retrato se exhibió en el Palacio de Bellas Artes de la ciudad de México en el marco de la exposición Frida Kahlo 1907-2007, Homenaje Nacional , pero fue cuestionado porque aparentemente no tiene la misma calidad que otra obras de la artista. Aquella muestra es la mayor retrospectiva de la pintora mexicana jamás hecha y formó parte de las actividades organizadas para celebrar el centenario de su natalicio. En conferencia de prensa, el experto explicó que el óleo del cuadro, tanto en la superficie como en las capas inferiores, está "reseco", lo que "indica que el óleo ha pasado ya por un largo proceso de polimerización".

La clave está en el pigmento blanco de plomo

La principal evidencia de que el cuadro fue realizado en la misma época es que en su elaboración se empleó el pigmento blanco de plomo, que dejó de utilizarse a principios de los años 30, "fecha que coincide con su manufactura (1928)", destacó el químico. Este pigmento "dejó de usarse porque era venenoso y algunos artistas incluso murieron a consecuencia de él", sostuvo. Por el contrario, en Niña tehuacana (1942) aparece el color blanco de titanio, "material que se descubrió en 1921, y se generalizó su uso en los años cuarenta", subrayó.

Juan Coronel, que participó como comisario de la exposición, apuntó que hay múltiples evidencias históricas de que Frida pintó el cuadro, que ha despertado polémica porque apareció públicamente por primera vez en una exposición de 1994, después de permanecer por años envuelto en periódicos en un armario. Existe además una carta que Kahlo envió a Gómez Arias, que se encontraba en París, en la que le dice: "si puedes hacerte una bonita fotografía allá, me la mandas a ver si cuando esté un poco mejor hago tu retrato...".

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