Estampas de Goya: un mundo de capricho, desastre y disparate
Francisco de Goya, como ningún otro artista, genera año tras año una cadena de exposiciones, publicaciones y noticias de ventas y adquisiciones que vienen a demostrar la vigencia de su obra. Una obra que nos habla de su tiempo, pero que, por su universalidad, también nos muestra la esencia del ser humano y nos invita reflexionar sobre la misma. Todo ello queda claro en el colosal volumen de Juan Carrete sobre la obra gráfica de Goya.
De entre la obra del artista, las estampas -grabados y litografías-, precisamente por su carácter múltiple, fueron concebidas por Goya para expresar su visión crítica de la época que le tocó vivir y transmitirla a los lectores de su tiempo. Realizadas con una extraordinaria capacidad imaginativa, tienen sin embargo innumerables referencias al comportamiento humano y a los sucesos de su época.
Esta mezcla de imaginación y realidad, unida a una extraordinaria capacidad técnica y belleza formal, ha convertido a las estampas de Goya en paradigmas del grabado equiparables sólo a la obra de Durero, Rembrandt o Picasso.
Por ello, no extraño que haya que celebrar la aparición de Goya. Estampas, grabado y litografía (ediciones Electa) como un acontecimiento merecedor de ser celebrado. Juan Carrete es el renovador de los estudios sobre el grabado español y uno de los mejores especialistas en la obra gráfica de Goya. Durante años fue director de la Calcografía Nacional, desde la que impulsó numerosos proyectos de estudio, exposición y edición sobre la obra del artista aragonés, como la creación del Gabinete Francisco de Goya, donde se exponen de forma permanente una selección de los cobres y una serie de publicaciones sobre las distintas series de estampas que son hoy en día ineludibles puntos de referencia para los historiadores y aficionados.
En el conjunto de los estudios sobre la obra grabada de Goya, los catálogos constituyen un elemento esencial de conocimiento, y no en vano fueron de este género las primeras publicaciones especializadas aparecidas en Francia a mediados del siglo XIX. Un conocimiento que se articuló alrededor de un grupo de connoisseurs preocupados por el coleccionismo e interesados en las cualidades y calidades que diferenciaran las obras únicas del resto; las diferencias entre un ejemplar correspondiente a una primera edición de otro perteneciente a ediciones posteriores.
Disparate alegre.- Disparates, la última gran colección grabada por Goya y probablemente inconclusa, iniciada poco antes de poner a la venta la Tauromaquia.
En España no será hasta 1928, año del centenario de la muerte de Goya, cuando comience a haber un verdadero interés por la obra del artista aragonés. Ésta tendrá afortunadamente fructíferas consecuencias editoriales, como los libros de Miguel Velasco Aguirre de Grabados y litografías de Goya, y especialmente la obra del librero y bibliófilo madrileño Pedro Vindel Los Caprichos, La Tauromaquia, Los Desastres de la Guerra, Los Proverbios, de Francisco Goya: descripción de las diversas tiradas hechas hasta nuestros días con los precios que alcanzan en la actualidad. A este libro seguirían otros muchos, centrados unos en las imágenes, como los de Sánchez Cantón, otros en las interpretaciones, como los de Lafuente Ferrari.
El hito fundamental de este ámbito historiográfico de los catálogos lo constituye el ya clásico estudio de Tomás Harris Goya, Engravings and Lithographs, que, pese a su publicación en 1964, todavía hoy continúa siendo referencia básica para los estudiosos y coleccionistas, donde se describen las diferentes ediciones y estados del proceso creativo de cada obra.
El conocimiento en España por parte del gran público se produjo unos años después de la mano de la Fundación March, que en 1979 inició una serie de exposiciones itinerantes por España, acompañadas de un catálogo con breves comentarios de Alfonso E. Pérez Sánchez y con pequeñas reproducciones de las estampas tomadas de diversas ediciones.
A medio camino entre estas dos últimas publicaciones se encuentra el nuevo libro de Juan Carrete, que ante todo es un libro de divulgación destinado al gran público con el objetivo de difundir el mensaje y la belleza de esta obra universal. Carrete se hace eco de todo ese conocimiento acumulativo al que nos hemos referido y aporta algunas novedades destacables en una publicación de gran tirada. De acuerdo con los últimos estudios, el autor señala las principales aportaciones artísticas y conceptuales de Goya, situando su obra en un contexto ideológico que hace de Goya un observador crítico de su tiempo y el primer artista moderno.
Pero la principal aportación de esta obra consiste en el apartado catalográfico y visual. Como los críticos anteriores apuntaron, es esencial conocer la obra de Goya a partir de las primeras ediciones publicadas por el artista o, cuando éstas no existieron como en el caso de los Desastres de la guerra y los Disparates, gracias a las pruebas privadas que el mismo artista había realizado para sí o para sus amigos. En este sentido, destaca la reproducción por primera vez de forma conjunta de las primeras ediciones de las Copias de Velázquez, Los Caprichos y La Tauromaquia; del ejemplar único de Los Desastres que regaló a Ceán y que se conserva en el British Museum de Londres y de las pruebas de estado únicas de Los Disparates, dispersas por colecciones españolas y extranjeras. Además, se incluyen estampas de otros periodos, y las litografías elaboradas por Goya en su etapa española y en la etapa final de su vida en Burdeos.
Carrete no olvida incluir un catálogo en el que se consignan las características técnicas de cada estampa, incluyendo una actualizada bibliografía de referencia, la colección en la que se localiza cada ejemplar y unos comentarios que permiten entender el significado esencial de cada una.
Fuente:
La huida a Egipto
De entre la obra del artista, las estampas -grabados y litografías-, precisamente por su carácter múltiple, fueron concebidas por Goya para expresar su visión crítica de la época que le tocó vivir y transmitirla a los lectores de su tiempo. Realizadas con una extraordinaria capacidad imaginativa, tienen sin embargo innumerables referencias al comportamiento humano y a los sucesos de su época.
Esta mezcla de imaginación y realidad, unida a una extraordinaria capacidad técnica y belleza formal, ha convertido a las estampas de Goya en paradigmas del grabado equiparables sólo a la obra de Durero, Rembrandt o Picasso.
Por ello, no extraño que haya que celebrar la aparición de Goya. Estampas, grabado y litografía (ediciones Electa) como un acontecimiento merecedor de ser celebrado. Juan Carrete es el renovador de los estudios sobre el grabado español y uno de los mejores especialistas en la obra gráfica de Goya. Durante años fue director de la Calcografía Nacional, desde la que impulsó numerosos proyectos de estudio, exposición y edición sobre la obra del artista aragonés, como la creación del Gabinete Francisco de Goya, donde se exponen de forma permanente una selección de los cobres y una serie de publicaciones sobre las distintas series de estampas que son hoy en día ineludibles puntos de referencia para los historiadores y aficionados.
En el conjunto de los estudios sobre la obra grabada de Goya, los catálogos constituyen un elemento esencial de conocimiento, y no en vano fueron de este género las primeras publicaciones especializadas aparecidas en Francia a mediados del siglo XIX. Un conocimiento que se articuló alrededor de un grupo de connoisseurs preocupados por el coleccionismo e interesados en las cualidades y calidades que diferenciaran las obras únicas del resto; las diferencias entre un ejemplar correspondiente a una primera edición de otro perteneciente a ediciones posteriores.
Disparate alegre.- Disparates, la última gran colección grabada por Goya y probablemente inconclusa, iniciada poco antes de poner a la venta la Tauromaquia.
En España no será hasta 1928, año del centenario de la muerte de Goya, cuando comience a haber un verdadero interés por la obra del artista aragonés. Ésta tendrá afortunadamente fructíferas consecuencias editoriales, como los libros de Miguel Velasco Aguirre de Grabados y litografías de Goya, y especialmente la obra del librero y bibliófilo madrileño Pedro Vindel Los Caprichos, La Tauromaquia, Los Desastres de la Guerra, Los Proverbios, de Francisco Goya: descripción de las diversas tiradas hechas hasta nuestros días con los precios que alcanzan en la actualidad. A este libro seguirían otros muchos, centrados unos en las imágenes, como los de Sánchez Cantón, otros en las interpretaciones, como los de Lafuente Ferrari.
El hito fundamental de este ámbito historiográfico de los catálogos lo constituye el ya clásico estudio de Tomás Harris Goya, Engravings and Lithographs, que, pese a su publicación en 1964, todavía hoy continúa siendo referencia básica para los estudiosos y coleccionistas, donde se describen las diferentes ediciones y estados del proceso creativo de cada obra.
El conocimiento en España por parte del gran público se produjo unos años después de la mano de la Fundación March, que en 1979 inició una serie de exposiciones itinerantes por España, acompañadas de un catálogo con breves comentarios de Alfonso E. Pérez Sánchez y con pequeñas reproducciones de las estampas tomadas de diversas ediciones.
A medio camino entre estas dos últimas publicaciones se encuentra el nuevo libro de Juan Carrete, que ante todo es un libro de divulgación destinado al gran público con el objetivo de difundir el mensaje y la belleza de esta obra universal. Carrete se hace eco de todo ese conocimiento acumulativo al que nos hemos referido y aporta algunas novedades destacables en una publicación de gran tirada. De acuerdo con los últimos estudios, el autor señala las principales aportaciones artísticas y conceptuales de Goya, situando su obra en un contexto ideológico que hace de Goya un observador crítico de su tiempo y el primer artista moderno.
Pero la principal aportación de esta obra consiste en el apartado catalográfico y visual. Como los críticos anteriores apuntaron, es esencial conocer la obra de Goya a partir de las primeras ediciones publicadas por el artista o, cuando éstas no existieron como en el caso de los Desastres de la guerra y los Disparates, gracias a las pruebas privadas que el mismo artista había realizado para sí o para sus amigos. En este sentido, destaca la reproducción por primera vez de forma conjunta de las primeras ediciones de las Copias de Velázquez, Los Caprichos y La Tauromaquia; del ejemplar único de Los Desastres que regaló a Ceán y que se conserva en el British Museum de Londres y de las pruebas de estado únicas de Los Disparates, dispersas por colecciones españolas y extranjeras. Además, se incluyen estampas de otros periodos, y las litografías elaboradas por Goya en su etapa española y en la etapa final de su vida en Burdeos.
Pinturas de Velázquez.- Retrato ecuestre de Felipe III.- Las estampas de la serie representan las figuras de Felipe III y Felipe IV y de las reinas Margarita de Austria e Isabel de Borbón.
Carrete no olvida incluir un catálogo en el que se consignan las características técnicas de cada estampa, incluyendo una actualizada bibliografía de referencia, la colección en la que se localiza cada ejemplar y unos comentarios que permiten entender el significado esencial de cada una.
José Manuel Matilla es director del Departamento de Dibujos y Grabados del Museo del Prado.
Mariano Ceballos, sobre otro toro, quiebra rejones en la plaza de Madrid.- Tauromaquia, serie de láminas de cobre firmadas y fechadas en 1815. Muchos estudiosos la conciben como un paréntesis donde el pintor remomora su juventud.
Qué valor!- Desastres de la guerra. Goya necesitó 82 estampas para narrar sus reflexiones sobre la Guerra de la Independencia
El cantor ciego.- Últimos caprichos.- Se trata del último conjunto de grabados que hace Goya en Burdeos poco antes de morir. Se compone de cinco estampas.
Ni así se la distingue.- Caprichos.- La publicación de los Caprichos en 1799 se convirtió en uno de los símbolos del fin del antiguo régimen y la llegada de la época contemporánea.
Retrato de Sebastián de Morra.- Pinturas de Velázquez. Goya demuestra su admiración por Velázquez con una serie de estampas dibujadas y grabadas al agua fuerte en 1778
Fuente:
- Estampas de Goya: un mundo de capricho, desastre y disparate, El País, 29 de diciembre de 2007 (texto José Manuel Matilla)