Antonio del Castillo, el mejor dibujante del Siglo de Oro
"Los errores de identificación de sus dibujos se mantuvieron incluso en vida del propio artista", explica Navarrete, comisario de la exposición. De hecho, para reafirmar la autoría de alguna de sus obras, como en el caso de 'David con la cabeza de Goliat', en la imagen, escribía de forma elocuente: "Por que otra vez no lo niegue y sepa que es mío. Antonio del Castillo". Y eso a pesar de que, en palabras del investigador, "es el dibujante más importante del Siglo de Oro por su versatilidad, inventiva, la cantidad de dibujos conservados y su calidad sostenida".
(Dibujo cedido por cortesía de Hispanic Society of America).
SINGULAR"Desde sus primeros años estuvo influido por las estampas flamencas y holandesas", explica el investigador. "Es evidente que se formó en la tradición del dibujo de Sevilla", en especial "en el círculo zurbaranesco" y la técnica del buril de Francisco Herrera el Viejo. Pero Castillo, a su vez, contó con una corriente de discípulos "que perpetuaron el lenguaje creativo compiando sus composiciones y repitiendo modelos aunque sin el trazo enérgico y decisorio del dibujante".
'Escena campestre con cerdos en primer término', cedida por la Real Academia de las Artes de San Fernando
LUCES Y SOMBRAS
Castillo tomó la fórmula de Herrera el Viejo para el grabado en metal. "Imitó la huella del buril en la plancha y su reflejo en el estampado, jugando con las luces y sombras en una retícula capaz de captar los efectos más verosímiles", explica la investigadora Fuensanta García, también comisaria de la exposición. El artista cordobés entendió el dibujo como preparativo para la pintura, pero también como obra de arte independiente. "Castillo fue un dibujante nato que creyó que la ideación gráfica es consustancial al arte", cuenta Navarrete.
'Escena campesina con niño montando en un caballo', cedida por la Real Academia de las Artes de San Fernando
INVESTIGADORESLa labor de los investigadores Benito Navarrete y Fuensanta García de la Torre durante nueve años ha sido decisiva para apreciar en la exposición la relevancia la obra de un autor poco conocido. Una de las mayores dificultades con las que se encontraron se debe "al escaso número de dibujos fechados por el artista, apenas 10, y la falta de una evolución clara como dibujante y pintor", asegura Navarrete. Sin embargo, se las han sabido ingeniar para mostrar en la exposición la reconstrucción del artista desde el naturalismo hasta el descubrimiento del paisaje a partir de lienzos estampas y dibujos.
En la imagen, los investigadores con la responsable de arte de la fundación, Begoña Guerrica-Echevarria. (dcha).
Luis Cano, El mejor dibujante del Siglo de Oro, El Mundo - Especial Fotográfico, 30 de abril de 2008