Camille Claudel al descubierto
Más allá de la celebérrima historia de sus amores con Rodin o de su triste fin en un hospital psiquiátrico, el Museo Rodin de París propone una retrospectiva de la obra de la escultora Camille Claudel, para 'dirigir una mirada nueva a una artista de su tiempo'. La exposición 'Camille Claudel (1864-1943)' se propone presentar la obra de la artista 'desembarazándose' de todo lo que se sabe ya sobre sus amores, su locura, las relaciones con su hermano, el escritor Paul Claudel, y 'mirando las obras en sí mismas', declara a AFP una de las comisarias de la muestra, Véronique Mattiussi. Evidentemente, sería 'estúpido' ignorar la influencia de Rodin en el trabajo y en la vida de Camille Claudel, pero la exposición desea 'aportar nuevas pistas', mostrar a una artista 'de su tiempo, influenciada por las corrientes de su época, como el 'japonismo' o el Art Nouveau'.
Unas 90 esculturas (lo esencial de la producción de la artista) son presentadas en esta retrospectiva, que fue mostrada ya en Madrid. Algunas de las piezas se habían visto antes poco o nada, dado que proceden de colecciones privadas o han sido reatribuidas a la escultora sólo recientemente. El recorrido cronológico, presenta las obras de juventud de la artista, apasionada desde muy joven por la escultura: los bustos de sus allegados (hermano, madre, hermana, empleada doméstica). La joven Camille seguía cursos entonces en un taller para jovencitas, dado que la Escuela de Bellas Artes no admitía en la época a las mujeres.
En 1882, su maestro viajó a Italia y pidió a uno de sus amigos que lo reemplazara. Éste se llamaba Auguste Rodin y tenía 24 años más que Camille, a la que integró dos años después en su propio taller. Cuando se conocieron, 'Camille Claudel tenía ya obras que mostrarle', todavía inmaduras, pero que manifestaban ya las preocupaciones que serían una constante a lo largo de toda su obra, la representación de la vida en sus retratos, el paso del tiempo, señala la curadora. Las cartas a sus amigos permiten apreciar que era una joven 'muy valiente, muy fuerte, que convirtió su oficio en un combate', afirma Mattiussi.
Camille pasó ocho años en el taller de Rodin, que 'le reconocía un verdadero talento' y con la cual compartía 'el culto del trabajo, del oficio'. Camille hizo suya la 'teoría de los perfiles' de Rodin, esculpiendo alrededor del modelo para no privilegiar ningún lado. En la muestra figuran varias esculturas encontradas en el taller de Rodin, que fueron recientemente reatribuidas a Claudel.
Una artista a la sombra de Rodin
En 1892, la escultora se separó del hombre y del taller. 'Ahora trabajo para mí', escribió Camille. Realizó entonces su primer gran tema, Sakountala, una pareja de dos metros de altura, 'La edad madura', que se percibe como un símbolo de vida, un hombre entre dos mujeres, 'Clotho', una vieja desgreñada. Camille Claudel 'es sumamente audaz en el tratamiento de la cabellera. Busca la excelencia técnica', dice Mattiussi. 'El vals', grupo de dos bailarines que Debussy, amigo de Camille, guardó encima de su piano hasta el fin de su vida, es declinado en un estilo Art Nouveau. 'Cuanto más trataba de existir por sí misma, más se la comparaba a Rodin', comenta la curadora. Y sin embargo, sus bustos, su 'Ola' en onix, influenciada por Hokusai, no tienen ya nada que ver con Rodin.
Hacia 1905, su creatividad se agotó y ya sólo hizo variaciones. Fue internada de 1913 a 1943 y no quiso esculpir más.
Camille Claudel al descubierto, Terra Actualidad, 15 de abril de 2008