El ARTE en el 2009. Impresiones (I)
Clásicos aunque contemporáneos
Clásicos aunque contemporáneos, EL MUNDO / El Cultural, 31 de diciembre de 2009
2009: el año de las oportunidades
El mundo del arte no ha sufrido en 2009 tanto como se esperaba. Aunque algunos todavía afirmen que lo peor está por llegar, la impresión general es que se ha resistido bastante bien. Lo que explica que la mayoría haya mirado a otra parte y se haya postergado abordar los problemas del sector: los modelos de producción, gestión, distribución y patrimonio, a nivel estatal y autonómico y en su articulación; así como la precariedad laboral de los profesionales. Y no sólo de los artistas visuales, que sí están preparando junto al resto de artistas, un estatuto laboral. Pero no se han abordado las deficiencias en política artística: la que llevan a cabo los políticos, desde un Ministerio de Cultura con demasiados cambios de responsables en las últimas legislaturas; y la liderada por medios de comunicación, en la Universidad y en las fundaciones, en centros de arte, museos y galerías. A pesar de que la crisis propiciara un cambio de sensibilidad, de vuelta a la realidad, y de que tantos resortes glamurosos se evidenciaran con el pie cambiado.
Entre los que sí aprovecharon este interludio para las buenas ideas se encuentran iniciativas de formato discreto y diseño bien ajustado, con la aparición de nuevas revistas (Ars, para coleccionistas), de nuevas muestras (MADATAC, dedicada al arte audiovisual), de nuevas ferias de tamaño medio (MadridFoto y Just Madrid, en preparación en paralelo al próximo ARCO) y la remodelación de otras como Espacio Atlántico en Vigo y la extensión del festival PHotoEspaña en Latinoamérica, Trasatlántica. En otro orden, una nueva asociación MAV, Mujeres en las Artes Visuales, nació para completar el mapa del asociacionismo.
Sin embargo, las actitudes conservadoras prevalecieron en 2009 ante la que estaba cayendo. Sirvió, por ejemplo, para que el sector del galerismo se apaciguara y para que no arrecieran las críticas frente a ARCO. Los grandes museos públicos iniciaron una senda preocupante, a la búsqueda de financiación en taquillas. El Prado propuso filigranas en horarios y precios, que afectaron incluso a su función de pedagogía escolar. Mientras las exposiciones en MNCARS y MACBA amenazaron con su conversión en filiales de la Tate Modern, sin que saltaran alarmas críticas. De hecho, el público en general se encontró más desasistido de la mediación crítica. Todos los suplementos culturales de periódicos de tirada nacional redujeron sus páginas dedicadas a arte, lo que también se tradujo en mayor conservadurismo crítico. Por inercia, los más importantes Premios Nacionales, de Artes Plásticas: Nacho Criado, y Velázquez: Antoni Muntadas, aunque ambos merecidos, obviaron las abultadas estadísticas que indican que el primero sólo ha recaído en 2 artistas mujeres en 25 ediciones, y el segundo todavía no se ha estrenado, después de 8 años.
Y cierta discreción, al final, también se impuso ante escándalos sonados: Barceló en Venecia, salidas forzadas de direcciones en Centros de Arte (CGAC, Rekalde…) y arribismos confusos (Salamanca, Murcia...). Es significativo que mientras el Instituto de Arte Contemporáneo (IAC) sigue abanderando el Documento de Buenas Prácticas, aceptando a su pesar una aplicación peculiar que va dejando a cada uno en su sitio, la asociación de directores, ADACE, se haya desentendido por completo del tema.
En cuanto a nuestra lista de lo mejor durante este 2009, a pesar de las históricas de Bacon y Lágrimas de Eros, se impone la escultura, la instalación, la tradición del arte conceptual. Las exposiciones más votadas por más vistas son las celebradas en Madrid, aunque no hayan sido las mejores sin discusión. Esperamos que la lista de cada crítico sirva para rememorar otras excelentes exposiciones y para no perder la oportunidad de ver las que todavía están en cartelera.
No hay un nexo común entre las diez mejores exposiciones del año. Quizá la ausencia de antiguos maestros y el hecho de que la mayor parte de los elegidos sean clásicos, aunque contemporáneos, es lo más distintivo de una selección encabezada por nombres propios. Así, Francis Bacon y Juan Muñoz sobresalen en una nómina en la que destacan también las españolas Dora García y Eulàlia Valldosera. La suma de votos unida a la posición de preferencia en las listas de nuestros críticos, que aparecen detalladas en nuestra web, nos proporcionan esta lectura de 2009.
Inocencio X, de Francis Bacon.
1. Francis Bacon. Museo del Prado. Madrid
Manuel Mena, jefa de Conservación de Pintura del siglo XVIII y Goya en el Museo del Prado, comisarió la magnífica exposición de Francis Bacon en Madrid. Al margen de la consabida polémica sobre la entrada de un artista contemporáneo en las nuevas salas del edificio de Villanueva, la muestra resultó una magnífica oportunidad para adentrarse en la obra descarnada del artista irlandés. Más de un centenar de piezas, entre pinturas, papeles, fotografías, libros y otros objetos nos ayudaron a entender mejor a uno de los pintores más influyentes del arte actual. En los últimos años de su vida, Bacon fue visitante habitual del Prado y con esta exposición la institución quiso, además, homenajearle en el año de su centenario: el pintor se reencontraba así con sus maestros. “La grandeza de la obra de Francis Bacon arranca de la dignidad majestuosa que caracteriza su concepción de la pintura como arte de representar, y, al mismo tiempo, de la asunción auténtica y creativa que él hace de las fuentes de 'su' tradición; principalmente, de Velázquez y de Rembrandt, de Soutine y de Van Gogh, a quienes reafirma como base de sus obras”, explicaba José Marín-Medina (El Cultural, 30 de enero). Prueba del éxito de la muestra fueron las 174. 000 personas que la visitaron. Leer crítica
2. Juan Muñoz. MNCARS. Madrid
Buscaba efectos que golpearan al estómago, y eso mismo son las esculturas, dibujos, instalaciones, obras radiofónicas, escritos de Juan Muñoz... una mueca teatral llena de “afecto”. Este año, el artista regresó a su ciudad natal, Madrid, en forma de retrospectiva que el Museo Reina Sofía ha ensamblado de manera célebre a sus espacios. Así la vió Miguel Fernández-Cid (El Cultural, 17 de abril), “Juan Muñoz juega fuerte desde el principio, marca el espacio y lo cuida, sabe atraer hacia él los debates, bucea buscando qué hay tras la apariencia. Consciente de la importancia del vacío, del espacio, crea escenarios donde las esculturas nunca se ofrecen como imágenes finales”. Leer crítica
3. Eulàlia Valldosera. Dependencias. MNCARS. Madrid
“Redonda: con esta exposición Eulàlia Valldosera ha alcanzado la madurez, el completo dominio de su lenguaje y capacidad de transmisión”. Con estas palabras describía Rocío de la Villa (El Cultural, 13 de marzo) la muestra de la artista catalana en el Museo Reina Sofía. El título, Dependencias, daba la clave desde donde leer su trabajo desarrollado en las últimas dos décadas. Vídeos, instalaciones, objetos… botellas que hablan y que recogen nuestros malos deseos para hacerlos desaparecer. Una visión de la vida, el paso del tiempo, el feminismo, la huida y el regreso. Leer crítica
4. Dora García. ¿Ádónde van los personajes cuando acaba la novela?. CGAC. Santiago de Compostela
Titulaba Dora García esta exposición con un interrogante, aunque nos advertía, con una de sus frases de oro, que Una buena pregunta debe evitar a toda costa una respuesta. Compuesta como una novela, los personajes y acontecimientos de la muestra propuestos por la artista tienen su propia lógica, que el espectador debe descubrir y entretejer. Una exposición que David Barro (El Cultural, 16 de octubre) describió como “certera y alejada de excesos, que nos induce a reflexionar sobre lo que vemos, huyendo de las respuestas y de las obras comprensibles a primera vista”. Un entramado de contradicciones, juegos y desplantes que incitan al espectador a preguntarse también por la dirección correcta a coger. En cartel hasta el 31 de enero. Leer crítica
5. Cildo Meireles. MACBA. Barcelona
Ha sido la muestra de Cildo Meireles más grande y completa de todas las que hasta entonces había realizado. La acogió el MACBA, tras pasar por la Tate Modern de Londres, con más de 80 obras. Ganador del Premio Velázquez 2008, el artista brasileño, máximo exponente del arte de su país, alude en sus obras a un compromiso socio-político a raíz de un planteamiento donde el artista apela a la vida, al olfato y al tacto para reflexionar sobre la percepción. Javier Hontoria (El Cultural, 6 de febrero) decía de la muestra que era “como una secuencia quebrada, en las antípodas de lo lineal” y hacía incapié en la seducción, “la fuerza que recorre toda su obra”. Leer entrevista
6. La anarquía del silencio. John Cage y el arte experimental. MACBA. Barcelona
Hasta el 10 de enero se puede visitar esta exposición con la que el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona ha querido situar la figura de John Cage en el universo creativo posterior a la Segunda Guerra Mundial. “La aportación de la muestra consiste precisamente en contextualizar la figura de Cage en un marco de interacciones con artistas y creadores visuales de la época. No es que se prescinda del universo sonoro, por otra parte muy presente, sino que se inscribe éste en una perspectiva más amplia”, explicaba en estas páginas Jaume Vidal Oliveras (El Cultural, 10 de octubre). Leer crítica
7. Máquinas de mirar. CAAC. Sevilla
Manuel Mena, jefa de Conservación de Pintura del siglo XVIII y Goya en el Museo del Prado, comisarió la magnífica exposición de Francis Bacon en Madrid. Al margen de la consabida polémica sobre la entrada de un artista contemporáneo en las nuevas salas del edificio de Villanueva, la muestra resultó una magnífica oportunidad para adentrarse en la obra descarnada del artista irlandés. Más de un centenar de piezas, entre pinturas, papeles, fotografías, libros y otros objetos nos ayudaron a entender mejor a uno de los pintores más influyentes del arte actual. En los últimos años de su vida, Bacon fue visitante habitual del Prado y con esta exposición la institución quiso, además, homenajearle en el año de su centenario: el pintor se reencontraba así con sus maestros. “La grandeza de la obra de Francis Bacon arranca de la dignidad majestuosa que caracteriza su concepción de la pintura como arte de representar, y, al mismo tiempo, de la asunción auténtica y creativa que él hace de las fuentes de 'su' tradición; principalmente, de Velázquez y de Rembrandt, de Soutine y de Van Gogh, a quienes reafirma como base de sus obras”, explicaba José Marín-Medina (El Cultural, 30 de enero). Prueba del éxito de la muestra fueron las 174. 000 personas que la visitaron. Leer crítica
2. Juan Muñoz. MNCARS. Madrid
Buscaba efectos que golpearan al estómago, y eso mismo son las esculturas, dibujos, instalaciones, obras radiofónicas, escritos de Juan Muñoz... una mueca teatral llena de “afecto”. Este año, el artista regresó a su ciudad natal, Madrid, en forma de retrospectiva que el Museo Reina Sofía ha ensamblado de manera célebre a sus espacios. Así la vió Miguel Fernández-Cid (El Cultural, 17 de abril), “Juan Muñoz juega fuerte desde el principio, marca el espacio y lo cuida, sabe atraer hacia él los debates, bucea buscando qué hay tras la apariencia. Consciente de la importancia del vacío, del espacio, crea escenarios donde las esculturas nunca se ofrecen como imágenes finales”. Leer crítica
3. Eulàlia Valldosera. Dependencias. MNCARS. Madrid
“Redonda: con esta exposición Eulàlia Valldosera ha alcanzado la madurez, el completo dominio de su lenguaje y capacidad de transmisión”. Con estas palabras describía Rocío de la Villa (El Cultural, 13 de marzo) la muestra de la artista catalana en el Museo Reina Sofía. El título, Dependencias, daba la clave desde donde leer su trabajo desarrollado en las últimas dos décadas. Vídeos, instalaciones, objetos… botellas que hablan y que recogen nuestros malos deseos para hacerlos desaparecer. Una visión de la vida, el paso del tiempo, el feminismo, la huida y el regreso. Leer crítica
4. Dora García. ¿Ádónde van los personajes cuando acaba la novela?. CGAC. Santiago de Compostela
Titulaba Dora García esta exposición con un interrogante, aunque nos advertía, con una de sus frases de oro, que Una buena pregunta debe evitar a toda costa una respuesta. Compuesta como una novela, los personajes y acontecimientos de la muestra propuestos por la artista tienen su propia lógica, que el espectador debe descubrir y entretejer. Una exposición que David Barro (El Cultural, 16 de octubre) describió como “certera y alejada de excesos, que nos induce a reflexionar sobre lo que vemos, huyendo de las respuestas y de las obras comprensibles a primera vista”. Un entramado de contradicciones, juegos y desplantes que incitan al espectador a preguntarse también por la dirección correcta a coger. En cartel hasta el 31 de enero. Leer crítica
5. Cildo Meireles. MACBA. Barcelona
Ha sido la muestra de Cildo Meireles más grande y completa de todas las que hasta entonces había realizado. La acogió el MACBA, tras pasar por la Tate Modern de Londres, con más de 80 obras. Ganador del Premio Velázquez 2008, el artista brasileño, máximo exponente del arte de su país, alude en sus obras a un compromiso socio-político a raíz de un planteamiento donde el artista apela a la vida, al olfato y al tacto para reflexionar sobre la percepción. Javier Hontoria (El Cultural, 6 de febrero) decía de la muestra que era “como una secuencia quebrada, en las antípodas de lo lineal” y hacía incapié en la seducción, “la fuerza que recorre toda su obra”. Leer entrevista
6. La anarquía del silencio. John Cage y el arte experimental. MACBA. Barcelona
Hasta el 10 de enero se puede visitar esta exposición con la que el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona ha querido situar la figura de John Cage en el universo creativo posterior a la Segunda Guerra Mundial. “La aportación de la muestra consiste precisamente en contextualizar la figura de Cage en un marco de interacciones con artistas y creadores visuales de la época. No es que se prescinda del universo sonoro, por otra parte muy presente, sino que se inscribe éste en una perspectiva más amplia”, explicaba en estas páginas Jaume Vidal Oliveras (El Cultural, 10 de octubre). Leer crítica
7. Máquinas de mirar. CAAC. Sevilla
José Lebrero se despidió del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo con esta completa exposición en la que se une la espléndida colección del cineasta experimental alemán Werner Nekes (200 piezas y objetos sobre la historia del cine e ingenios visuales) con las obras de artistas actuales interesados por los fenómenos ópticos y por la historia de la construcción de las imágenes. Así, junto a las antiguas “máquinas de mirar” encontramos (sigue abierta hasta el 10 de enero) obras de William Kentridge, Thomas Ruff, Ed Ruscha, Douglas Gordon o Sigmar Polke. “Enhorabuena al CAAC por la iniciativa. Así se hace público para el arte contemporáneo”, escribía Elena Vozmediano (El Cultural, 2 de octubre). Leer crítica
8. Lágrimas de Eros. Museo Thyssen-Bornemisza/Caja Madrid. Madrid
Todavía se puede ver esta exposición en la que el director del Thyssen, Guillermo Solana, ha reunido pinturas, fotografías, vídeos y esculturas que representan el lado más oscuro de la pulsión sexual en un personal proyecto. Lo explicaba Mariano Navarro: “Se sale de los discursos habituales del crítico o del historiador para internarse en una aventura íntima, que cabe calificar de capricho inteligente, y cuyo objetivo es tanto la reflexión estética como su disfrute” (El Cultural, 23 de octubre). Una oportunidad única para ver las venus francesas de Amaury-Duval o Bouguereau con las adolescentes de Rineke Dijkstra o la conjunción de los sansebastianes de Bronzino, Guido Reni, Ribera y Renoir. Leer crítica
9. Rodchenko y Popova. MNCARS. Madrid
“Una exposición grande, singular e irresistible, que seduce a sus visitantes situándolos y haciéndoles sentirse en el ojo de un huracán estético que no cesa de crecer a medida que avanza el desarrollo de su panorámica. Se trata del huracán Constructivismo ruso”, escribía José Marín-Medina (El Cultural, 30 de octubre) de Rodchenko y Popova. Definiendo el constructivismo. La muestra nos llegaba este otoño desde la Tate Modern londinense con 350 obras entre pinturas, esculturas, fotografías, diseño gráfico, textil y de vestuario, proyectos arquitectónicos, maquetas de escenarios teatrales y fragmentos cinematográficos de los principales artífices del movimiento ruso. Hasta el 11 de enero. Leer crítica
10. Anthony Gormley. Between You And Me. Artium. Vitoria
Ramón Esparza (El Cultural, 20 de marzo) destacó de su trabajo “la reflexión sobre la condición humana, la relación entre escultura y arquitectura y los espacios que genera, la preocupación por una trascendencia laica y los ecos de su formación en antropología y arqueología”. Anthony Gormley llegó a Vitoria con un conjunto de obras entre las que se encontraban dos de las piezas más significativas de su carrera: Critical Mass II (1995) y European Field (1993). Leer crítica
8. Lágrimas de Eros. Museo Thyssen-Bornemisza/Caja Madrid. Madrid
Todavía se puede ver esta exposición en la que el director del Thyssen, Guillermo Solana, ha reunido pinturas, fotografías, vídeos y esculturas que representan el lado más oscuro de la pulsión sexual en un personal proyecto. Lo explicaba Mariano Navarro: “Se sale de los discursos habituales del crítico o del historiador para internarse en una aventura íntima, que cabe calificar de capricho inteligente, y cuyo objetivo es tanto la reflexión estética como su disfrute” (El Cultural, 23 de octubre). Una oportunidad única para ver las venus francesas de Amaury-Duval o Bouguereau con las adolescentes de Rineke Dijkstra o la conjunción de los sansebastianes de Bronzino, Guido Reni, Ribera y Renoir. Leer crítica
9. Rodchenko y Popova. MNCARS. Madrid
“Una exposición grande, singular e irresistible, que seduce a sus visitantes situándolos y haciéndoles sentirse en el ojo de un huracán estético que no cesa de crecer a medida que avanza el desarrollo de su panorámica. Se trata del huracán Constructivismo ruso”, escribía José Marín-Medina (El Cultural, 30 de octubre) de Rodchenko y Popova. Definiendo el constructivismo. La muestra nos llegaba este otoño desde la Tate Modern londinense con 350 obras entre pinturas, esculturas, fotografías, diseño gráfico, textil y de vestuario, proyectos arquitectónicos, maquetas de escenarios teatrales y fragmentos cinematográficos de los principales artífices del movimiento ruso. Hasta el 11 de enero. Leer crítica
10. Anthony Gormley. Between You And Me. Artium. Vitoria
Ramón Esparza (El Cultural, 20 de marzo) destacó de su trabajo “la reflexión sobre la condición humana, la relación entre escultura y arquitectura y los espacios que genera, la preocupación por una trascendencia laica y los ecos de su formación en antropología y arqueología”. Anthony Gormley llegó a Vitoria con un conjunto de obras entre las que se encontraban dos de las piezas más significativas de su carrera: Critical Mass II (1995) y European Field (1993). Leer crítica
Clásicos aunque contemporáneos, EL MUNDO / El Cultural, 31 de diciembre de 2009
2009: el año de las oportunidades
El mundo del arte no ha sufrido en 2009 tanto como se esperaba. Aunque algunos todavía afirmen que lo peor está por llegar, la impresión general es que se ha resistido bastante bien. Lo que explica que la mayoría haya mirado a otra parte y se haya postergado abordar los problemas del sector: los modelos de producción, gestión, distribución y patrimonio, a nivel estatal y autonómico y en su articulación; así como la precariedad laboral de los profesionales. Y no sólo de los artistas visuales, que sí están preparando junto al resto de artistas, un estatuto laboral. Pero no se han abordado las deficiencias en política artística: la que llevan a cabo los políticos, desde un Ministerio de Cultura con demasiados cambios de responsables en las últimas legislaturas; y la liderada por medios de comunicación, en la Universidad y en las fundaciones, en centros de arte, museos y galerías. A pesar de que la crisis propiciara un cambio de sensibilidad, de vuelta a la realidad, y de que tantos resortes glamurosos se evidenciaran con el pie cambiado.
Instalación de Eulàlia Valldosera en el Reina Sofía
Entre los que sí aprovecharon este interludio para las buenas ideas se encuentran iniciativas de formato discreto y diseño bien ajustado, con la aparición de nuevas revistas (Ars, para coleccionistas), de nuevas muestras (MADATAC, dedicada al arte audiovisual), de nuevas ferias de tamaño medio (MadridFoto y Just Madrid, en preparación en paralelo al próximo ARCO) y la remodelación de otras como Espacio Atlántico en Vigo y la extensión del festival PHotoEspaña en Latinoamérica, Trasatlántica. En otro orden, una nueva asociación MAV, Mujeres en las Artes Visuales, nació para completar el mapa del asociacionismo.
Sin embargo, las actitudes conservadoras prevalecieron en 2009 ante la que estaba cayendo. Sirvió, por ejemplo, para que el sector del galerismo se apaciguara y para que no arrecieran las críticas frente a ARCO. Los grandes museos públicos iniciaron una senda preocupante, a la búsqueda de financiación en taquillas. El Prado propuso filigranas en horarios y precios, que afectaron incluso a su función de pedagogía escolar. Mientras las exposiciones en MNCARS y MACBA amenazaron con su conversión en filiales de la Tate Modern, sin que saltaran alarmas críticas. De hecho, el público en general se encontró más desasistido de la mediación crítica. Todos los suplementos culturales de periódicos de tirada nacional redujeron sus páginas dedicadas a arte, lo que también se tradujo en mayor conservadurismo crítico. Por inercia, los más importantes Premios Nacionales, de Artes Plásticas: Nacho Criado, y Velázquez: Antoni Muntadas, aunque ambos merecidos, obviaron las abultadas estadísticas que indican que el primero sólo ha recaído en 2 artistas mujeres en 25 ediciones, y el segundo todavía no se ha estrenado, después de 8 años.
Y cierta discreción, al final, también se impuso ante escándalos sonados: Barceló en Venecia, salidas forzadas de direcciones en Centros de Arte (CGAC, Rekalde…) y arribismos confusos (Salamanca, Murcia...). Es significativo que mientras el Instituto de Arte Contemporáneo (IAC) sigue abanderando el Documento de Buenas Prácticas, aceptando a su pesar una aplicación peculiar que va dejando a cada uno en su sitio, la asociación de directores, ADACE, se haya desentendido por completo del tema.
En cuanto a nuestra lista de lo mejor durante este 2009, a pesar de las históricas de Bacon y Lágrimas de Eros, se impone la escultura, la instalación, la tradición del arte conceptual. Las exposiciones más votadas por más vistas son las celebradas en Madrid, aunque no hayan sido las mejores sin discusión. Esperamos que la lista de cada crítico sirva para rememorar otras excelentes exposiciones y para no perder la oportunidad de ver las que todavía están en cartelera.
Rocío DE LA VILLA, 2009: el año de las oportunidades, EL MUNDO / El Cultural, 31 de diciembre de 2009