Arte terrícola según los marcianos
Una galería de Londres, a través de un supuesto estudio hecho por marcianos, expone una mirada crítica del modo en que Occidente ha tratado el arte de otras culturas.
Supongamos que deciden llevarse esos objetos para examinarlos y encargan entonces a un antropólogo (si es que existe allí esa ciencia) la clasificación de los artefactos recogidos como hacen los antropólogos terrícolas con las culturas antes llamadas 'primitivas', para integrarlos en un museo marciano. Pues bien, ésa es la original perspectiva que han adoptado los comisarios de la próxima exposición de la Barbican Art Gallery londinense, que constituye a la vez una interesante mirada sobre el arte post-Duchamp y una crítica del modo en que Occidente ha tratado en sus instituciones los objetos de otras culturas.
"Es una forma nueva de mirar el arte contemporáneo, adoptando una perspectiva deliberadamente absurda", explica a EFE la experta estadounidense Lydia Yee, comisaria de la exposición junto al italiano Francesco Manacorda. "Los marcianos, suponiendo que existan, no tienen ni idea del arte de nuestro planeta, ni entienden qué es el arte, por lo que, poniéndonos en su pellejo, les hacemos adoptar un enfoque antropológico y utilizar las categorías, los sistemas de clasificación de esa ciencia", agrega. Según Yee, lo que se trata con esa exposición, que estará abierta al público del 6 de marzo al 18 de mayo, es atraer al público, aunque que no esté versado en arte, ofreciéndole una perspectiva nueva, que es "ciertamente absurda, pero que quiere ser al mismo tiempo una crítica de cómo los museos sacan los objetos rituales de otras culturas de su contexto y los presentan como esculturas. "Nosotros hemos querido hacer lo mismo, en plan paródico, al extraer el arte actual del contexto tradicional para situarlo en uno totalmente nuevo" con el fin supuesto de explicar el arte de los humanos a un hipotético público extraterrestre.
'Artefactos' con una función
Las obras de arte son tratadas así como "artefactos" que cumplen una función, bien sea real o simbólica, y son portadores de informaciones importantes para entender la cultura del planeta Tierra. Al someter el arte contemporáneo a una metodología inspirada por la etnografía y la antropología, el Museo Marciano recurre a clasificaciones taxonómicas totalmente excéntricas que crean originales agrupamientos y yuxtaposiciones de objetos.
Las alrededor de 157 obras de distinta procedencia que integrarán la exposición serán clasificadas según cuatro categorías principales (Parentesco y Descendencia, Mágica y Creencias, Rituales y Comunicación) y otras subcategorías como "veneración de los antepasados, amuletos, objetos ceremoniales, amuletos y conjuros, intercambios o contactos culturales".
Una sala estará dedicada a los objetos no clasificados, es decir aquellas adquisiciones que los antropólogos marcianos no han podido descifrar y catalogar en la estructura museística.
Las obras seleccionadas son todas ellas posteriores a finales de los años cincuenta del siglo pasado: la más antigua es una escultura de 1957 de la escultura británica Barbara Hepworth. Según la comisaria de la exposición, deliberadamente no se han incluido arte tribal ni de enfermos mentales, sino que se trata de artistas que podríamos llamar profesionales, es decir que han recibido formación como tales.
La lista es larguísima e incluye a nombres tan conocidos como Bruce Nauman, Daniel Spoerri, Piero Manzoni, Maurizio Cattelan, Rosemarie Trockel, Jenny Holzer, Thomas Hirschhorn, Damien Hirst, Robert Filiou, Marina Abramovic, Joseph Beuys, Marcel Broodthaers, George Brecht, Christo, Andy Warhol, Ugo Rondinone o Paul McCartney.
Entre los hispanos o latinoamericanos cabe además citar a los brasileños Cildo Meireles y Erika Zerzutti, al mexicano Carlos Amorales, al peruano residente en Canadá Luis Jacob, al español Ibon Aranberri, a la costarricense Tatiana Echeverri Fernández y al puertorriqueño Guillermo Calzadilla.
Joaquín Rábago, Arte terrícola según los marcianos, El Mundo, 14 de febrero