La Tate muestra en Duchamp, Picabia y Ray a tres pioneros del arte actual
A la entrada de la nueva exposición en la Tate Modern hay una reproducción a gran tamaño de la Gioconda con bigote y perilla, y los jóvenes que pasan por allí posan delante para sacarse fotos con su móvil. Algunos, tal vez muchos de ellos, no habrán oído nunca el nombre de Marcel Duchamp, autor de lo que a primera vista no parece más que una gamberrada artística. Junto a esa imagen hay dos frases que pueden resumir la filosofía de Duchamp y sus dos amigos a los que está dedicada la exposición: el también francés Francis Picabia y el estadounidense Man Ray. ¿Se pueden hacer obras de arte que no sean obras de 'arte'?, se pregunta el primero. "Siempre me ha gustado divertirme seriamente", afirma Picabia.
'Fuente', arte conceptual de Duschamp. (Foto: Tate Modern)
Duchamp, el más importante sin duda de los tres para la evolución del arte contemporáneo, está hoy, para bien o para mal, en todas partes. El simple orinal de porcelana que, firmado con el nombre de R. Mutt y titulado 'Fuente', escandalizó en 1917 a los organizadores de la exposición de la Sociedad Americana de Artistas Independientes, revolucionó el concepto mismo del arte. A partir de aquel momento, cualquier objeto de producción industrial podía convertirse en obra de arte con tal de que el artista lo proclamara como tal y lo exhibiera en el espacio adecuado. Ni siquiera tenía que ser bello: Duchamp no pretendió nunca que su 'fuente' se elogiara por su belleza intrínseca. No quería que funcionase sólo en el plano estético, sino que pretendía que fuera indiferente a ese valor. Lo importante ya no era siquiera el objeto creado (frente a los postulados de Kant, se podía prescindir totalmente del juicio estético), sino la actitud del artista.
Es pues muy oportuna una exposición como la que se inaugura este jueves en la Tate (y que estará abierta hasta el 26 de mayo) para entender esa corriente artística que hoy parece dominarlo todo y que se ha dado en llamar 'arte conceptual'. Titulada sencillamente 'Duchamp, Man Ray, Picabia', resulta novedosa por cuanto, en lugar de estudiar a cada uno de esos tres pioneros por separado o en el contexto de un movimiento, analiza sus afinidades, sus gustos compartidos, sus conexiones y la forma en que cada uno de ellos influyó en los otros. Aunque de origen social distinto, Duchamp y Picabia tenían en común una actitud a la vez irreverente, irónica y anarquista frente a la vida lo mismo que frente al arte.
Obras de arte conceptual
En 1915 viajaron a Nueva York, donde conocieron a Man Ray, otro artista que estaba buscando entonces una forma de expresión individual. Los tres se hicieron amigos inmediatamente y contribuyeron a fundar el movimiento Dada en Nueva York, primero, y luego en París.
La exposición sigue una cierta cronología, pero está ordenada sobre todo por temas y comienza con los tanteos iniciales de Duchamp y Picabia con el post-impresionismo o el cubismo. Sigue una sala dedicada a la representación abstracta del movimiento, con el famoso 'Desnudo descendiendo una Escalera', de Duchamp, o 'Veo en el recuerdo a mi querida Udnie', de Picabia. Un importante apartado es el que se dedica al reconocimiento del papel de la máquina como icono del mundo moderno, objeto que permitía además al artista adoptar un estilo deliberadamente impersonal.
El centro de la exposición es sin duda la sala dedicada a la obra acaso más famosa (y al mismo tiempo más enigmática) de Duchamp, la titulada 'La novia desnudada por sus solteros', también conocida como 'El gran vidrio', por el medio en que el que está ejecutada. Los dos amigos de Duchamp comprendieron inmediatamente la novedad formal y conceptual de esa creación, que iba a influir profundamente en su obra respectiva: desde las transparencias de Picabia hasta los experimentos fotográficos y lumínicos de Ray.
Otras salas están dedicadas a los 'readymades' de Duchamp, objetos encontrados o adquiridos en cualquier parte, sin ningún mérito estético particular, o los que Man Ray llamó 'objetos de mi afecto', combinación surrealista de los elementos más dispares. Una fuerte carga de erotismo, en parte cerebral, subyace en muchas de las obras expuestas: desde las vírgenes, novias y viudas de Duchamp hasta los desnudos femeninos de estética totalmente kitsch del último Picabia o las fotografías que hizo Man Ray de su amante Kiki de Montparnasse. Completan la exposición documentos y fotografías que atestiguan, entre otras cosas, la pasión de Duchamp por el ajedrez, así como dos películas: 'Entr'acte', de René Clair, con guión de Picabia, que incluye una escena en la que Duchamp y Ray juegan una partida de ajedrez, y 'Emak Bakia', poema cinematográfico de Ray.
Duchamp, 'La novia desnudada por sus solteros', también conocida como 'El gran vidrio'
Una fuerte carga de erotismo, en parte cerebral, subyace en muchas de las obras expuestas: desde las vírgenes, novias y viudas de Duchamp hasta las fotografías que hizo Man Ray de su amante Kiki de Montparnasse o los desnudos femeninos de estética totalmente kitsch del último Picabia, como 'Chicas con bull-dog' (1942), en la imagen.La exposición incluye también los tanteos iniciales de Duchamp y Picabia con el post-impresionismo o el cubismo. Una sala está dedicada a la representación abstracta del movimiento, con el famoso de Duchamp, 'Desnudo descendiendo por la escalera' (1912). (En la imagen, un detalle de la obra)
Un importante apartado es el que se dedica al reconocimiento del papel de la máquina como icono del mundo moderno, objeto que permitía además al artista adoptar un estilo deliberadamente impersonal. Como los que Man Ray llamó "objetos de mi afecto", combinación surrealista de los elementos más dispares. En imagen, una de sus invenciones, 'Regalo' (1912).
Titulada sencillamente 'Duchamp, Man Ray, Picabia', la exposición analiza sus afinidades, sus gustos compartidos, sus conexiones y la forma en que cada uno de ellos influyó en los otros. En la imagen, 'The rope dancer accompanies herself with her shadows', creada por Man Ray en 1916.
Joaquín Rábago (Efe), La Tate muestra en Duchamp, Picabia y Ray a tres pioneros del arte actual,