Post-it City. Ciudades ocasionales

Post-it City representa una manera de entender el espacio urbano”. Así explicaban los responsables de la exposición la alusión, en el título de la muestra, a ese papelito de quita y pon: sirve para explicar metafóricamente aquellos comportamientos sociales marginales e improvisados que poseen un carácter ocasional, que se desplazan, evolucionan, desaparecen… sin dejar rastro, como un “post-it”. Los huertos urbanos, la venta ambulante, las zonas de intercambio sexual, los circuitos de carreras de coches de fin de semana, el botellón, los asentamiento de bolsas de inmigrantes… son algunos ejemplos de esta ciudad “Post-it”. La ciudad planificada, el espacio ordenado y privatizado, es el escenario de esas intervenciones ocasionales. Pero, éstas se expresan como algo incontrolado, no previsto por ese “orden” o planificación. Se trata –según la lectura de los comisarios– de la emergencia de lo marginal dentro de un espacio normalizado y en ellas se denuncia también el deseo frustrado y la contradicción social.

Balneraio Mapocho River (Santiago de Chile), SPAM_arq, 2007

El punto de partida del proyecto fue un seminario y taller dirigido por el profesor Martí Peran –responsable también de la muestra– en el Centro de Arte Santa Mònica (CASM), que se inició en 2005 y que después derivó en un gran proyecto internacional. Se han estudiado 78 casos de esas ocupaciones espontáneas y disidentes de la ciudad por todo el mundo: Tel Aviv, Buenos Aires, Hanoi, Santiago de Chile, Bolonia, Los Ángeles, Berlín, Tokio... con una particular atención hacia Barcelona. Equipos formados por antropólogos, arquitectos, geógrafos, artistas y estudiantes han elaborado un archivo en el que se documenta la transfiguración del espacio público por parte de los colectivos marginales. Se trataba de explorar y registrar estas para-arquitecturas efímeras y transportables, que reutilizan los materiales desechados y el espacio público para fines distintos a los que fueron concebidos.

La iniciativa de la exposición es muy atractiva. Representa una idea de la ciudad como algo vivo, como experiencia de los ciudadanos. Es la vida que irrumpe y desborda toda noción de orden, de control, de cálculo. Aquí se expresa la convicción de que la creatividad y el deseo nacen en las grietas, en los márgenes, en la contradicc
ión, y no en los despachos de los urbanistas, arquitectos y políticos que planifican y diseñan. Más aún, creo que en el substrato de la exposición existe –a pesar de todo– un gran optimismo, a saber, que la ciudad es un espacio de creación que sobrepasa cualquier cuadrícula impuesta, cualquier norma, cualquier codificación… Que cuando ya no queda ninguna tierra virgen porque todas las geografías están ya exploradas, la ciudad aparece como la posibilidad de aventura. Un espíritu libertario sobrevuela la exposición.

También el arte y la literatura surgen de la contradicción y de los márgenes. Pero no es ésta la opción que se ha privilegiado en la exposición; al contrario, se han descartado las int
ervenciones artísticas. Según los comisarios, se han seleccionado los episodios que “narraban un fenómeno, una táctica de conquista del espacio y su ocupación temporal”. En este sentido “lo informal, la improvisación y la marginalidad” han centrado su interés. Cierto es que hay, entre la iniciativas seleccionadas, algunas susceptibles a una lectura estética, y que puntualmente se han colgado fotografías de gran formato o se proyectan vídeos en pantallas gigantes… Pero, en líneas generales, la exposición posee la vocación de archivo y su estética es intencionadamente austera: vinilos sobre la pared, reproducciones fotográficas, textos cortos a modo de fichas y vídeos. De hecho, el contenido de la muestra está prácticamente duplicado y es accesible en la red, que acaso sea su ubicación ideal, como instrumento de debate y en continuo crecimiento. En este sentido no sé si la forma de exposición es la más adecuada para este tipo de documentos. Pero hay algo más que explica la renuncia a lo artístico: la muestra posee una ambición política. Es una propuesta para repensar la ciudad y contemplarla de una manera nueva: desde los márgenes. Como dice Ramoneda en el prólogo del catálogo “la ciudad no se puede construir nunca contra los márgenes” y tal vez –siguiendo al mismo Ramoneda– el subtítulo que convendría a esta exposición sería: “Materiales para pensar una ciudad más viva, menos miedosa, más rebelde”.

Recorriendo la muestra por aquellas 78 intervenciones, por momentos he tenido la sensación de ser un turista ante fenómenos que, descontextualizados, no dejan de ser llamativos y curiosos. Tal vez esperaba más de algún texto del catálogo, concretamente del de Manuel Delgado, que trata de la problemática de ciudad de Barcelona. Pero más allá de las limitaciones, se ha de dar un voto de confianza al proyecto. Entiendo que la exposición es como un iceberg, forma parte de un largo proceso de trabajo, todavía en curso y por lo tanto inacabado.

Jaume Vidal Oliveras, Post-it City. La ciudad desde el margen, El Cultural, 21 de marzo de 2008