El encanto del arte 'naïf en Eruopa

Un mundo sereno, pacífico, mágico, contrapuesto a una realidad que generalmente no lo es”. Así definió una pintora francesa el género naïf, motivo de la V Muestra de Arte Naïf Europeo, que se expone a partir del 13 de marzo y hasta el 8 de mayo de 2008 en la Galería Éboli de Madrid.

Eternizar un ambiente

Escenas costumbristas y folclóricas llenas de alegría, paisajes nevados de Finlandia, campos ricos en frutos de Italia, pueblos españoles, ferias, fiestas, animales constituyen otras de las escenas que se pueden contemplar en la exposición. “Son escenas que bien nos podrían recordar a nuestra niñez y permiten que el tiempo no pase, como en una fotografía, donde la imagen queda grabada tal como es superando el paso del tiempo”, explica En la imagen, Menina, de Yiyo Moro.

Iniciativa madrileña

La exposición es una idea coordinada por Amalia Fernández de Córdoba, artista naïf y directora de la galería madrileña. La muestra cuenta con la participación de 58 artistas europeos y a Turquía como país invitado con dos representantes: Sema Çulam y Hikmet Karabucak. En la imagen, Le marriage, de Annemiek Knols de Rooij.

El arte de la ingenuidad

Definida como pintura ingenua, el arte naïf es un estilo de pintura que no se aprende, sino que nace de cada uno de los seres que la realizan. Por lo tanto, existen tantos estilos de pintura ingenua como pintores ingenuos. En la imagen, Clown mit Tauben II, de Bruno Epple.

Orígenes franceses


Una retrospectiva de Henri Rousseu en 1911 llevó al arte naïf a convertirse en género artístico propio. Poco a poco, saltó al mercado internacional desde Francia. Este reconocimiento llegó a España en la década de los 70 de la mano de Fernando Zobel y de Vallejo-Nájera y ha dado nombres reconocidos en el ámbito internacional, como Manuel Moral, Bruno Epple, Joop Plasmeijer, Ilona Schmit, Juan Borras II, algunos de ellos, participantes en la muestra. En la imagen, No habrá corrida, de Jean Pierre Lorand.

La cara infantil del pintor

Se trata de un género que conecta al pintor con su niño interior. “Crea de forma despreocupada y espontánea, atendiendo a su propia poética, sin un proyecto previo del resultado que quieren obtener”, como explica la crítica de arte Natividad López Ferreiro, en la presentación de la exposición. Este estilo recurre a la fantasía más delirante y al hiperrealismo filtrado por la caricatura. En la imagen, City view, de Joop Plasmeijer.

Primeros galardones

En esta edición, la galería madrileña entregará por primera vez los Premios Éboli otorgados como resultado de la votación del público asistente a la IV Muestra de Arte Naïf Europeo 2007. Los cuadros más votados en ese certamen fueron Inocencia, de Victoria Ruiz de Cortázar en la categoría de artistas españoles y Fête des voisins, de Martha Kolodziej, entre los artistas extranjeros. En la imagen, Moving from Paris, de Linda Frances Tott.

Una trayectoria 'naïf'

La española, Ana María de Abadal, y el alemán, Bruno Epple, recibirán el Premio Éboli por toda su trayectoria artística. El galardón material consiste en una escultura de bronce de la Princesa de Éboli realizada por el escultor Alfonso Amaya. En la imagen, L'arche de Noé, de Martha Koldoziej.

Narrar lo inocente

A los artistas de esta exposición les une sus ganas de narrar una historia y una misma idea de atraer al espectador con sus pinturas inocentes llenas de significado. Cada uno refleja su ambiente. Por ello, los artistas españoles representan escenas más costumbristas y coloridas, y los artistas nórdicos evocan las actividades propias del mar. En la imagen, Rally de coches antiguos, de Tito Luchaveche.

GALERÍA EBOLÍ, 2008

Fotogalería, El encanto del arte 'naïf, 12 de marzo de 2008