La catedral de Barcelona, fachada a la vista

La larga restauración de la catedral de Barcelona encara su recta final. Queda aproximadamente un año para culminar, con la rehabilitación del cimborrio, una tarea iniciada en el verano del 2003. Cuando acaben estos trabajos, la estatua de santa Helena volverá a colocarse en su pináculo. Las obras de más de seis años para poner en condiciones las torres, la fachada, el cimborrio y otros elementos de la seo barcelonesa habrán costado unos 12 millones de euros.

La fachada principal de la seo barcelonesa, libre de andamios, aunque queda una gran grúa para los trabajos en el cimborrio

Los andamios y las lonas que tapaban la fachada de la catedral se retiraron a finales del mes de junio. En el 2003 se habían colocado unas redes para prevenir desprendimientos. Un año más tarde se colocaron las primeras estructuras para la restauración, y hasta hace unas semanas no se ha podido volver a ver toda la fachada neogótica. Los barceloneses y los turistas pueden ver ahora el frontal y advertir que permanece una gran grúa, mientras que el cimborrio, de 84,5 metros de altura, sigue rodeado por un andamiaje. Las piezas del cimborrio están siendo desmontadas y trasladadas a un taller para ser restauradas antes de volver a instalarse.

La primera pieza que se bajó, el pasado 12 de junio, yque ahora puede contemplarse en el claustro, es la estatura de santa Helena, que también se ha de restaurar. La estatua de santa Helena fue puesta en el cimborrio en 1913, Tiene casi cinco metros de altura. Presenta doce agujeros, con trayectoria de entrada de arriba abajo, lo que hace pensar que durante la Guerra Civil fue ametrallada desde el aire. En el interior hueco de la soberbia escultura de Eduard Batiste Alentorn se halló la metralla. El canónigo conservador de la catedral, Josep Martí Bonet, es partidario de dejar los agujeros, de manera que la restauración de la escultura será relativamente sencilla y consistirá básicamente en una buena limpieza del bronce. "Vamos rápido", dice Martí Bonet, que ya ve acercarse el final de las obras. Y es que hay otras obras aparte de la gran restauración de la fachada y el cimborrio. Actualmente se está cambiando la instalación eléctrica de la catedral. Martí Bonet avanza que este otoño se repondrán la vidrieras de la fachada y dos de la parte posterior del templo. Para más adelante queda aún la restauración de varios retablos en el interior y otros trabajos. La historia de esta larga restauración arranca en el verano del 2003. Ya el año anterior se había advertido algún desprendimiento menor, pero ese verano, la caída de unos cascotes de más volumen levantó la alarma por el estado de degradación de los materiales empleados en la construcción de la iglesia. Cuando se examinó con precisión, se advirtió que esa degradación era más importante de lo que esperaba. De esa manera, se entraría en una escalada de presupuestos.

En el 2003 se hizo una primera estimación de lo que costaría la restauración: 1,4 millones de euros. Con el avance de los trabajos, el presupuesto fue creciendo, En el 2007 el coste previsto se había quintuplicado: siete millones de euros. Al final, según confirma Martí Bonet, se habrán gastado unos 12 millones de euros. La mayor parte de este dinero ha llegado mediante aportaciones de las administraciones públicas, empezando por el Gobierno de España. Entre los ministerios de Cultura, Fomento y Vivienda, la aportación habrá sido superior a los cinco millones de euros, comprometidos en varios convenios. La mayor parte de esa aportación (tres millones de euros del Ministerio de Cultura) aún no ha sido hecha efectiva. El Ayuntamiento de Barcelona, por su parte, ha aportado, a través del Áreade Cultura y del Institut de Paisatge Urbà, 1,7 millones de euros. El arzobispado de Barcelona y la propia catedral han invertido al menos 2,7 millones, sin contar que turistas y feligreses han dado un millón de euros, mediante donaciones y el precio de entrada a la seo, conceptos por los que se espera seguir recaudando fondos. "La gente ha sido generosa, estamos contentos", dice el conservador. Aportaciones de menor cuantía que las anteriores han llegado de la Generalitat, de la Diputación de Barcelona y de corporaciones privadas como Telefónica o el grupo Santander.

Aún falta dinero, pero en el capítulo de la catedral se confía en ir consiguiéndolo. Se confió desde el principio. Casi al principio de todo el proceso, en el 2004, cuando existían serias dudas sobre la financiación de los trabajos, el propio Martí Bonet comentó con humor que "si algo sabemos hacer los curas es pedir". Se espera seguir recaudando a través de la campaña Patrocina una pedra,que recoge donativos concretos (10 euros, una piedra) e incluso suscripciones periódicas. Una fuente de ingresos, modesta y suplementaria, será el nuevo libro de Martí Bonet, que está a punto de ir a imprenta. Se titula Històries de la catedral y recoge, en formato de bolsillo, unas doscientas historias, anécdotas y costumbres relacionadas con la catedral de Barcelona.

Lluís Sierra: La catedral, fachada a la vista, La Vanguardia, 24 de agosto de 2009