El acta de defunción de Michelangelo Merisi, Caravaggio, era falsa
El mundo entero está por celebrar el próximo 18 de julio el 400 aniversario de la muerte de Michelangelo Merisi. «Hoy podemos decir que esa fecha no tiene ningún fundamento histórico». Así de tajante se expresó el presidente del Comité italiano para la Valorización de los Bienes Históricos Culturales y Ambientales, Silvano Vinceti, dando a conocer a este periódico los detalles de una de las muertes más desconocidas de la historia del arte: la muerte de Caravaggio.
Según documentación que este periódico pudo consultar, Caravaggio desembarcó ya enfermo en la pequeña localidad pesquera de Sbarcatello. Allí recibió ayuda médica, mientras los españoles que controlaban la zona recibían la noticia de la llegada de Michelangelo Merisi. Según el estudio del Comité italiano para la Valorización de los Bienes Históricos Culturales y Ambientales, las tropas españolas trasladaron en gran secreto al pintor hasta el cercano fuerte donde Caravaggio murió recibiendo sepultura en el cementerio de San Sebastián, destinado a los desconocidos.
La muerte de Michelangelo Merisi no fue inscrita en el «Liber mortuorum (el libro de los muertos)» porque las tropas españolas no tenían ningún interés en que se conociera el fallecimiento del pintor, de ahí la incertidumbre sobre la muerte del artista en estos cuatrocientos años. El experto en Caravaggio mostró a ABC los documentos con los que avala esta teoría, dándonos a conocer esta página de la historia italiana digna del argumento de una novela.
Cuando Caravaggio murió el sacerdote Guglielmo, que sustituía al párroco Jacomo Di Ventura que se encontraba de viaje en Roma, no fue informado. Al regreso de Di Ventura, los españoles explicaron lo sucedido, invitando al prelado a que ignorara la muerte de Caravaggio. Según Vinceti, el gobernador, Mattia López, supo que Caravaggio había muerto, y «a sabiendas de la pasión por Caravaggio del precedente virrey de Nápoles y del sucesor, Don Francisco de Castro, conde de Lemos, así como del propio Rey de España, Felipe III, escondió la muerte para ofrecer los cuadros que llevaba el pintor a sus superiores obteniendo un reconocimiento especial, ya que príncipes y personajes potentes de la época buscaban las obras de Merisi».
El presidente del Comité italiano que se está ocupando de la investigación, está seguro de esta teoría con la que se explica por qué la muerte del pintor no aparece en el libro de los muertos y se demuestra que «el documento encontrado en 2001 que testimoniaba la muerte del pintor el 18 de julio de 1610 en la iglesia de Santa María Auxiliadora, es falso». La pieza final de este puzzle la pondrá el equipo de Vinceti cuando tengan los resultados del ADN de los huesos exhumados en el cementerio de San Sebastián. «Si el resultado del Carbono 14 en los nueve restos óseos recuperados del cementerio confirmara que uno de ellos es de 1610, el dato científico demostraría que hemos encontrado a Caravaggio», señaló a ABC el experto.
El acta de defunción de Michelangelo Merisi, Caravaggio, era falsa, ABC, 5 de mayo de 2010
Según documentación que este periódico pudo consultar, Caravaggio desembarcó ya enfermo en la pequeña localidad pesquera de Sbarcatello. Allí recibió ayuda médica, mientras los españoles que controlaban la zona recibían la noticia de la llegada de Michelangelo Merisi. Según el estudio del Comité italiano para la Valorización de los Bienes Históricos Culturales y Ambientales, las tropas españolas trasladaron en gran secreto al pintor hasta el cercano fuerte donde Caravaggio murió recibiendo sepultura en el cementerio de San Sebastián, destinado a los desconocidos.
La muerte de Michelangelo Merisi no fue inscrita en el «Liber mortuorum (el libro de los muertos)» porque las tropas españolas no tenían ningún interés en que se conociera el fallecimiento del pintor, de ahí la incertidumbre sobre la muerte del artista en estos cuatrocientos años. El experto en Caravaggio mostró a ABC los documentos con los que avala esta teoría, dándonos a conocer esta página de la historia italiana digna del argumento de una novela.
Cuando Caravaggio murió el sacerdote Guglielmo, que sustituía al párroco Jacomo Di Ventura que se encontraba de viaje en Roma, no fue informado. Al regreso de Di Ventura, los españoles explicaron lo sucedido, invitando al prelado a que ignorara la muerte de Caravaggio. Según Vinceti, el gobernador, Mattia López, supo que Caravaggio había muerto, y «a sabiendas de la pasión por Caravaggio del precedente virrey de Nápoles y del sucesor, Don Francisco de Castro, conde de Lemos, así como del propio Rey de España, Felipe III, escondió la muerte para ofrecer los cuadros que llevaba el pintor a sus superiores obteniendo un reconocimiento especial, ya que príncipes y personajes potentes de la época buscaban las obras de Merisi».
El presidente del Comité italiano que se está ocupando de la investigación, está seguro de esta teoría con la que se explica por qué la muerte del pintor no aparece en el libro de los muertos y se demuestra que «el documento encontrado en 2001 que testimoniaba la muerte del pintor el 18 de julio de 1610 en la iglesia de Santa María Auxiliadora, es falso». La pieza final de este puzzle la pondrá el equipo de Vinceti cuando tengan los resultados del ADN de los huesos exhumados en el cementerio de San Sebastián. «Si el resultado del Carbono 14 en los nueve restos óseos recuperados del cementerio confirmara que uno de ellos es de 1610, el dato científico demostraría que hemos encontrado a Caravaggio», señaló a ABC el experto.
El acta de defunción de Michelangelo Merisi, Caravaggio, era falsa, ABC, 5 de mayo de 2010