Joan Gaspar: «Picasso nunca quiso saber nada de Franco»
«Me extraña mucho lo que cuenta John Richardson acerca de que Picasso negoció en secreto con el régimen de Franco en 1956 una exposición en Madrid. Nunca quiso saber nada de Franco. Si alguien iba a su casa y decía que iba a negociar en nombre de Franco, no abrían la puerta. Marcel, que era su portero, tenía instrucciones de ello», afirma Joan Gaspar, director de la galería del mismo nombre y que conoció a Picasso a través de su padre y su tío, «los Gaspares», como les llamaba el artista. «Lo que le comentó Picasso a mi padre es que volvería cuando ya no estuviera Franco, porque había asesinado a algunos amigos. No tenía ningún interés ni ningunas ganas de volver a España con el régimen franquista», apunta Gaspar. Tampoco le suena la anécdota que cuenta Richardson sobre que Picasso aceptó en 1934 una invitación de Primo de Rivera para cenar en San Sebastián: «Me parece muy raro».
Sí recuerda, en cambio, otras negociaciones: el Gobierno español le compró tres o cuatro cuadros para presentarlos en el pabellón de España en la feria de Nueva York en los años sesenta. Pero explica que se hizo a través de su marchante, Kahnweiler: «Deben estar en el Reina Sofía, porque estuvieron expuestos en el antiguo Museo Español de Arte Contemporáneo. El único trato que yo sepa que hizo Picasso con las autoridades españolas fue con Luis González Robles, entonces director del Museo Español de Arte Contemporáneo, para que volviera el «Guernica» a España cuando hubiera libertades democráticas. Quería que estuviera en el Prado, junto a Goya y Velázquez».
Una exposición en la Tate de Liverpool le dibuja como un «mal comunista». ¿Cree que lo fue? «En aquel momento parecía que el comunismo era la solución de todos los males. Pero Picasso ayudó mucho a los comunistas. Mandaba dibujos para las portadas de una revista comprometida con la causa y ayudó a mucha gente». Tenía la bandera republicana en el cabecero de su cama, recuerda Joan Gaspar y, cuando cumplió 80 años, sonó el himno de Riego día y noche en su casa. Hasta su perro tenía un collar con la bandera republicana.
A Gaspar le cuesta creer que, después de hacer en el 37 una serie tan crítica como «Sueño y mentira de Franco», se pusiera a negociar con el régimen. ¿Cree entonces que Richardson ha inventado cosas en su biografía? «Es una persona muy divertida. Cuando Palau i Fabre iba a preguntarle a Picasso cosas para su biografía, le decía: «Si tú lo dices debe ser verdad»». Recuerda muchas anécdotas de Picasso: «Cuando un torero resultaba cogido en Nimes o Arles, él les visitaba y les regalaba unos dibujos. En algunos estuches de estoques debe haber algún dibujo oculto aún». Una más: «Un día fuimos con mi padre y Picasso a comer a Antibes. A la hora de pagar le dijo el dueño que no le cobraba si le hacía un dibujo. Picaso le respondió: «Pagaré la cuenta porque no quiero comprar el restaurante»».
Natividad Pulido, Madrid: Joan Gaspar: «Picasso nunca quiso saber nada de Franco», ABC, 29 de mayo de 2010
Sí recuerda, en cambio, otras negociaciones: el Gobierno español le compró tres o cuatro cuadros para presentarlos en el pabellón de España en la feria de Nueva York en los años sesenta. Pero explica que se hizo a través de su marchante, Kahnweiler: «Deben estar en el Reina Sofía, porque estuvieron expuestos en el antiguo Museo Español de Arte Contemporáneo. El único trato que yo sepa que hizo Picasso con las autoridades españolas fue con Luis González Robles, entonces director del Museo Español de Arte Contemporáneo, para que volviera el «Guernica» a España cuando hubiera libertades democráticas. Quería que estuviera en el Prado, junto a Goya y Velázquez».
Una exposición en la Tate de Liverpool le dibuja como un «mal comunista». ¿Cree que lo fue? «En aquel momento parecía que el comunismo era la solución de todos los males. Pero Picasso ayudó mucho a los comunistas. Mandaba dibujos para las portadas de una revista comprometida con la causa y ayudó a mucha gente». Tenía la bandera republicana en el cabecero de su cama, recuerda Joan Gaspar y, cuando cumplió 80 años, sonó el himno de Riego día y noche en su casa. Hasta su perro tenía un collar con la bandera republicana.
A Gaspar le cuesta creer que, después de hacer en el 37 una serie tan crítica como «Sueño y mentira de Franco», se pusiera a negociar con el régimen. ¿Cree entonces que Richardson ha inventado cosas en su biografía? «Es una persona muy divertida. Cuando Palau i Fabre iba a preguntarle a Picasso cosas para su biografía, le decía: «Si tú lo dices debe ser verdad»». Recuerda muchas anécdotas de Picasso: «Cuando un torero resultaba cogido en Nimes o Arles, él les visitaba y les regalaba unos dibujos. En algunos estuches de estoques debe haber algún dibujo oculto aún». Una más: «Un día fuimos con mi padre y Picasso a comer a Antibes. A la hora de pagar le dijo el dueño que no le cobraba si le hacía un dibujo. Picaso le respondió: «Pagaré la cuenta porque no quiero comprar el restaurante»».
Natividad Pulido, Madrid: Joan Gaspar: «Picasso nunca quiso saber nada de Franco», ABC, 29 de mayo de 2010