El Goya «italiano» reúne en Zaragoza más de 300 joyas de la pintura del XVIII
La estancia de Goya en Italia fue fundamental para su carrera. Y el neoclasicismo imperante resultó también decisivo en la evolución posterior de su pintura. Ese es el argumento nuclear de «Goya e Italia», la exposición que ayer abrió sus puertas en el Museo de Zaragoza y que hoy recibirá la visita de los Reyes.
El profesor Joan Surera es el comisario de esta muestra, que va a acompañar temporalmente a la Expo zaragozana. Como indicó Surera, se ha querido introducir al visitante en una etapa poco divulgada de la trayectoria personal y artística de Goya, su estancia en Roma y sus recorridos por diversas ciudades italianas. Del «mundo romano» del último tercio del XVIII, de su sociedad y de su vitalidad artística trata esta exposición que reúne un total de 359 obras, la práctica totalidad pinturas, aunque también pueden encontrarse singulares muestras de escultura. De esas 359 piezas, 89 son de Goya. El resto corresponden a 118 artistas, entre ellos Mengs, Füssli, Piranesi, Angelica Kauffmann, Taddeus Kuntz, Luca Giordano, Corrado Giaquinto, Francisco Bayeu, Jacques-Louis David, Pompeo Batoni, Gianbattista Tiepolo, Antonio Canova, Ingres o Traversi.
La muestra, en palabras de Joan Surera, «es un viaje a Italia y un viaje de vuelta al mundo de Goya a través de la mirada italiana». Y tiene mucho de exhibición pionera porque, según destacaba ayer su comisario, «es la primera exposición que aborda un tema capital de Goya, hasta ahora abandonado o mal interpretado», su estancia e influencia italiana.
Y es que ese neoclásico del mundo romano es trascendental en su formación artística. Esa vertiente italiana permite, en palabras de Surera, «descubrir y estudiar las estructuras visuales de formación del artista». Es un neoclásico interiorizado. El genio de Fuendetodos «metaboliza» ese estilo y el academicismo para, a partir de ahí, marcar su propio camino plástico, innovador, en buena medida avanzadilla de las corrientes vanguardistas del XIX .
La aportación de Mengs
El pintor aragonés viajó a Roma en la primavera de 1769 y regresó entre febrero y marzo de 1770. Joan Surera está convencido de que, en ese viaje, Mengs resultó fundamental, bien a través de un apoyo económico, bien como atento seguidor del joven Goya. «Antes de Italia, Goya apenas recibe reconocimiento en España. Cuando vuelve, en 1771, realiza las pinturas del Coreto del Pilar y de Aula Dei (Zaragoza), y ya se le puede considerar el mejor pintor español del XVIII».
La exposición permanecerá abierta hasta el 15 de septiembre de 2008. La muestra es Goya, ante todo Goya, pero no sólo Goya. Le arropa esa larga lista de más de un centenar de artistas en cuyas obras se encuentra un punto en común: o bien una vertiente artística reflejada en la obra del pintor aragonés, o bien Italia como escenario compartido, o bien un medio para tejer el escenario físico, temporal o artístico de la etapa que se aborda.
Piezas destacadas
«La familia del Infante Don Luis de Borbón», cedido para esta exposición por la Fundación Magnani Rocca de Parma; el «Autorretrato» propiedad del Museo del Prado; «El sueño de la razón produce monstruos», también del Prado; «El sueño», de la National Gallery de Irlanda; el «Retrato de María Teresa Borbón de Godoy», condesa de Chinchón, de la Galería de los Uffizi; o la primera edición de «Los Caprichos», de Calcografía Nacional, son algunas de las piezas de Goya que se exhiben en esta exposición.
Junto a ellas, un amplio listado de joyas y de delicadas singularidades. Entre estas últimas, a modo de ejemplo, una escultura en terracota de Vicenzo Pacetti, un abanico pintado de principios del XVIII o el «Cuaderno italiano», el original en el que Goya tomó bocetos y escribió reflexiones en su estancia en Italia. El original se muestra en la exposición, pero su precario estado de conservación hace que ni siquiera se haya abierto. El visitante, eso sí, encontrará reproducciones facsímil para poder adentrarse en el Goya romano.
Roberto Pérez (Zaragoza), El Goya «italiano» reúne en Zaragoza más de 300 joyas de la pintura del XVIII, ABC, 31 de mayo de 2008
El profesor Joan Surera es el comisario de esta muestra, que va a acompañar temporalmente a la Expo zaragozana. Como indicó Surera, se ha querido introducir al visitante en una etapa poco divulgada de la trayectoria personal y artística de Goya, su estancia en Roma y sus recorridos por diversas ciudades italianas. Del «mundo romano» del último tercio del XVIII, de su sociedad y de su vitalidad artística trata esta exposición que reúne un total de 359 obras, la práctica totalidad pinturas, aunque también pueden encontrarse singulares muestras de escultura. De esas 359 piezas, 89 son de Goya. El resto corresponden a 118 artistas, entre ellos Mengs, Füssli, Piranesi, Angelica Kauffmann, Taddeus Kuntz, Luca Giordano, Corrado Giaquinto, Francisco Bayeu, Jacques-Louis David, Pompeo Batoni, Gianbattista Tiepolo, Antonio Canova, Ingres o Traversi.
La muestra, en palabras de Joan Surera, «es un viaje a Italia y un viaje de vuelta al mundo de Goya a través de la mirada italiana». Y tiene mucho de exhibición pionera porque, según destacaba ayer su comisario, «es la primera exposición que aborda un tema capital de Goya, hasta ahora abandonado o mal interpretado», su estancia e influencia italiana.
Y es que ese neoclásico del mundo romano es trascendental en su formación artística. Esa vertiente italiana permite, en palabras de Surera, «descubrir y estudiar las estructuras visuales de formación del artista». Es un neoclásico interiorizado. El genio de Fuendetodos «metaboliza» ese estilo y el academicismo para, a partir de ahí, marcar su propio camino plástico, innovador, en buena medida avanzadilla de las corrientes vanguardistas del XIX .
La aportación de Mengs
El pintor aragonés viajó a Roma en la primavera de 1769 y regresó entre febrero y marzo de 1770. Joan Surera está convencido de que, en ese viaje, Mengs resultó fundamental, bien a través de un apoyo económico, bien como atento seguidor del joven Goya. «Antes de Italia, Goya apenas recibe reconocimiento en España. Cuando vuelve, en 1771, realiza las pinturas del Coreto del Pilar y de Aula Dei (Zaragoza), y ya se le puede considerar el mejor pintor español del XVIII».
La exposición permanecerá abierta hasta el 15 de septiembre de 2008. La muestra es Goya, ante todo Goya, pero no sólo Goya. Le arropa esa larga lista de más de un centenar de artistas en cuyas obras se encuentra un punto en común: o bien una vertiente artística reflejada en la obra del pintor aragonés, o bien Italia como escenario compartido, o bien un medio para tejer el escenario físico, temporal o artístico de la etapa que se aborda.
Piezas destacadas
«La familia del Infante Don Luis de Borbón», cedido para esta exposición por la Fundación Magnani Rocca de Parma; el «Autorretrato» propiedad del Museo del Prado; «El sueño de la razón produce monstruos», también del Prado; «El sueño», de la National Gallery de Irlanda; el «Retrato de María Teresa Borbón de Godoy», condesa de Chinchón, de la Galería de los Uffizi; o la primera edición de «Los Caprichos», de Calcografía Nacional, son algunas de las piezas de Goya que se exhiben en esta exposición.
Junto a ellas, un amplio listado de joyas y de delicadas singularidades. Entre estas últimas, a modo de ejemplo, una escultura en terracota de Vicenzo Pacetti, un abanico pintado de principios del XVIII o el «Cuaderno italiano», el original en el que Goya tomó bocetos y escribió reflexiones en su estancia en Italia. El original se muestra en la exposición, pero su precario estado de conservación hace que ni siquiera se haya abierto. El visitante, eso sí, encontrará reproducciones facsímil para poder adentrarse en el Goya romano.
Roberto Pérez (Zaragoza), El Goya «italiano» reúne en Zaragoza más de 300 joyas de la pintura del XVIII, ABC, 31 de mayo de 2008