Tesoros saudíes en el CaixaForum
El Príncipe Felipe, junto con el Príncipe Sultán bin Abdulaziz Al-Saud y el Príncipe Saud bin Naif bin Abdulaziz Al-Saud han inaugurado este viernes en el CaixaForum de Barcelona la exposición 'Rutas de Arabia', con más de 300 tesoros arqueológicos, la mayoría de los cuales nunca antes habían salido de Arabia Saudí. La muestra, que vio la luz en el Museo del Louvre de París, ha sido coorganizada con la Comisión Saudí para el Turismo y las Antigüedades. Su vicepresidente, Ali Ibrahim Al-Ghabban, ha destacado que es un ejemplo de las relaciones "extraordinarias" entre España y su país.
Con un hilo argumental inspirado en las antiguas rutas comerciales, la muestra reúne básicamente piezas arqueológicas antiguas, anteriores a la irrupción del Islam. El objetivo es informar al mundo de que su territorio "siempre ha sido una tierra abierta al diálogo cultural", según Al-Ghabban. Así, se perciben rastros de las civilizaciones grecorromana, egipcia y mesopotámica. El recorrido arranca con los rastros que dejaron en la piedra las comunidades prehistóricas paleolíticas y neolíticas que se establecieron en el golfo arábigo hace más de 10.000 años, y prosigue con varias muestras de arte nómada funerario del IV milenio a.C. Estas esculturas antropomorfas, que Al-Ghabban ha comparado medio en broma con los modernos dibujos de Picasso, son una de las estrellas de la exposición, que se nutre de los descubrimientos de los últimos 30 años de excavaciones. Avanzando un poco en el tiempo se llega al esplendor de los oasis, convertidos, a partir del primer milenio a.C, en epicentros de intercambio cultural. Otras de las piezas centrales de la muestra son tres grandes estatuas que representan a hombres de torso desnudo en arenisca roja de los siglos IV-III a.C. Son tres reyes descubiertos recientemente que ni siquiera se han visto en Arabia. La parte final de la muestra está dedicada al florecimiento del islam, y a la conversión de las rutas comerciales en rutas de peregrinaje hacia la Meca y la Medina. De este periodo se exhiben estelas funerarias de rica ornamentación del cementerio de la Meca y una gran puerta otomana de plata y oro que fue colocada en la Kaaba en el siglo XVII.
"Jamás hemos estado al margen de la historia", ha asegurado Al-Ghabban como síntesis de la exposición. En su opinión, todavía hay mucho "desconocimiento" sobre la verdadera historia de su país, y su responsabilidad es hacer la máxima difusión. "Que el Reino de Arabia Saudí invita al diálogo de civilizaciones es algo que viene de una tradición veterana", ha remarcado. Ha aprovechado para señalar que los árabes que llegaron a España en el siglo VII desde Arabia Saudí no eran "bereberes" sino "gente civilizada".
Los tesoros árabes estarán en Barcelona hasta el 6 de febrero de 2011 y no visitarán ninguna otra ciudad española. Después viajarán a San Petersburgo, Berlín y Estados Unidos. Además de los príncipes saudíes y el de Asturias, al acto también han asistido el presidente de la Generalitat, José Montilla; el delegado del Gobierno en Catalunya, Joan Rangel; el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu; el director general de la Fundación La Caixa, Jaume Lanaspa; y el administrador general del Louvre, Herve Barbaret.
Con un hilo argumental inspirado en las antiguas rutas comerciales, la muestra reúne básicamente piezas arqueológicas antiguas, anteriores a la irrupción del Islam. El objetivo es informar al mundo de que su territorio "siempre ha sido una tierra abierta al diálogo cultural", según Al-Ghabban. Así, se perciben rastros de las civilizaciones grecorromana, egipcia y mesopotámica. El recorrido arranca con los rastros que dejaron en la piedra las comunidades prehistóricas paleolíticas y neolíticas que se establecieron en el golfo arábigo hace más de 10.000 años, y prosigue con varias muestras de arte nómada funerario del IV milenio a.C. Estas esculturas antropomorfas, que Al-Ghabban ha comparado medio en broma con los modernos dibujos de Picasso, son una de las estrellas de la exposición, que se nutre de los descubrimientos de los últimos 30 años de excavaciones. Avanzando un poco en el tiempo se llega al esplendor de los oasis, convertidos, a partir del primer milenio a.C, en epicentros de intercambio cultural. Otras de las piezas centrales de la muestra son tres grandes estatuas que representan a hombres de torso desnudo en arenisca roja de los siglos IV-III a.C. Son tres reyes descubiertos recientemente que ni siquiera se han visto en Arabia. La parte final de la muestra está dedicada al florecimiento del islam, y a la conversión de las rutas comerciales en rutas de peregrinaje hacia la Meca y la Medina. De este periodo se exhiben estelas funerarias de rica ornamentación del cementerio de la Meca y una gran puerta otomana de plata y oro que fue colocada en la Kaaba en el siglo XVII.
"Jamás hemos estado al margen de la historia", ha asegurado Al-Ghabban como síntesis de la exposición. En su opinión, todavía hay mucho "desconocimiento" sobre la verdadera historia de su país, y su responsabilidad es hacer la máxima difusión. "Que el Reino de Arabia Saudí invita al diálogo de civilizaciones es algo que viene de una tradición veterana", ha remarcado. Ha aprovechado para señalar que los árabes que llegaron a España en el siglo VII desde Arabia Saudí no eran "bereberes" sino "gente civilizada".
Los tesoros árabes estarán en Barcelona hasta el 6 de febrero de 2011 y no visitarán ninguna otra ciudad española. Después viajarán a San Petersburgo, Berlín y Estados Unidos. Además de los príncipes saudíes y el de Asturias, al acto también han asistido el presidente de la Generalitat, José Montilla; el delegado del Gobierno en Catalunya, Joan Rangel; el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu; el director general de la Fundación La Caixa, Jaume Lanaspa; y el administrador general del Louvre, Herve Barbaret.