Gargallo, el maestro de la escultura, regresa a casa por la Expo

Las obras más emblemáticas del escultor Pablo Gargallo regresan a Zaragoza con la exposición "Gargallo. Obras maestras del Museo Pablo Gargallo", que se puede ver desde hoy en el Palacio Montemuzo tras un exitoso recorrido por varias ciudades españolas. La consejera de cultura y educación de Aragón, Pilar Alcober, ha explicado durante la presentación de la exposición, que estará abierta hasta el 21 de septiembre, que es "una gran oportunidad poder disfrutar con las obras de Gargallo en un momento histórico para la ciudad".

En la imagen, unas obras pertenecientes a la exposición del escultor Pablo Gargallo, en San Sebastián.

La muestra, organizada por la Obra Social de La Caixa y el Ayuntamiento de Zaragoza, reúne 61 esculturas que representan desde su periodo de aprendizaje hasta su últimas obras, y llega a la ciudad aprovechando "el protagonismo" de su tierra natal, como ha indicado Raúl Marqueta, delegado general de Caixa Aragón. La exposición hace un recorrido por la trayectoria profesional del escultor para familiarizar al público con los aspectos más destacados, desde sus inicios en el taller del escultor Eusebi Arnau, su viaje a París, la amistad con Picasso y, sobretodo, las innovadoras propuestas que introdujo en el mundo del arte. El comisario de la exposición, Rafael Ordóñez, ha afirmado que a este escultor no se le puede enmarcar en ningún estilo porque "Gargallo es Gargallo: un artista con capacidad creativa personal suficiente, que hizo que avanzara la historia del arte".

"Gargallo. Obras Maestras del Museo Gargallo" está dividida en siete ámbitos diferentes que acogen los cambios artísticos del escultor, que comienzan con su independencia profesional y sus descubrimientos decisivos. En Barcelona, Gargallo asimiló las influencias del modernismo catalán, el expresionismo rodiniano, muy presente en su escultura "La Pareja" (1904), pero es a partir de 1907 cuando renueva su escultura con dos tendencias: una clasicista y moderna y la otra innovadora y personal. A partir de 1921, tras su primera época del cobre, su obra gira hacia un lenguaje vanguardista sin abandonar la tendencia clásica y realiza máscaras y cabezas en chapa metálica como "Faunesa con pendientes" (1915), en la que el artista vacía los ojos. En la época del intermedio del plomo, hasta 1923, Gargallo incorpora introduce la novedad de modelado en negativo, comenzando a utilizar el hueco y la recepción de la luz, técnica que dará lugar al uso del vacío total como elemento escultórico, como se refleja en "Mujer sentada" (1922). Antes de marchar definitivamente a París, Gargallo retrata efigies de sus mejores amigos, dentro de la época que se conoce como nuevo clasicismo, como "Retrato del pintor Xavier Nogués" (1924) y, una vez ya instalado en la capital francesa, realizó las "Aguadoras" (1925), dos mujeres a las que al artista le gustaba relacionar con las mujeres de su Maella natal en la fuente pública. En la segunda época del cobre, el escultor modifica sus obras, que pasan a ser cóncavas y abandona casi por completo la tendencia clasicista, comenzando un periodo de pruebas en el que realizó "El joven de la margarita" (1927), conocido por el mismo Gargallo como El Aragonés, por llevar un cachirulo. En París, empezó el periodo de los monumentos públicos, ya que era uno de los invitados a presentar bocetos para ornamentar la plaza Cataluña, realizando obras como "La Vendimiadora" (1928).

(Efe, Zaragoza), Gargallo, el maestro de la escultura, regresa a casa por la Expo, www.soitu.es, 4 de julio de 2008